‘Sister’ de Ultraísta
El proyecto de Laura Bettinson, Nigel Godrich y Joey Waronker llamado Ultraísta lanzó su disco ‘Sister’ luego de estar inactivos desde el 2012. El material está compuesto por nueve melodías que nos adentran a un camino de fusiones musicales, donde resplandece el synth pop y la electrónica.
Este recorrido lleno de luces, colores y texturas rítmicas inicia con “Tin King”. El ánimo aumenta desde los primeros sonidos de ella. Se distinguen los beats que marcan las percusiones y el tamborileo de éstas mientras Laura Bettinson, la vocalista, enuncia palabras como fuerza bruta y basura blanca. La melodía es interesante para despegar el viaje.
“Harmony” envuelve de inicio a fin al oyente. La música lleva la delantera y casi después de un minuto Bettinson aparece con mensajes misteriosos sobre lo que no necesita en su vida. La canción se desarrolla de nueva cuenta con percusiones que dejan que la voz de Laura se enuncie con cierta prisa y velocidad. A pesar de eso, en el coro solo emite ciertas frases lentas que desaparecen poco a poco.
El tercer track, “Anybody” es de los más movidos junto a “Ordinary Boy”. En éstos, así como en la totalidad del álbum, cuenta con Bettinson pero sin que ésta ofrezca notas altas o sobresalientes de los propios instrumentos. El bajo luce en ellos y crea cierta armonía entre todos los que interactúa.
Dicho álbum se puede degustar sin que se vuelva tedioso o aburrido oírlo; es una mezcla de componentes que nos llevan a ciertos espacios para realizar bailes lentos que guían a los sonidos en cada melodía. “Mariella”, pese a ser calmada, contiene beats semejantes a los que impusieron en su anterior álbum ‘Ultraísta’.
“Water in My Veins” es considerada como una de las más destacadas de este material. Los sintetizadores marcan lo más esencial de la agrupación. Además el volumen medio de la vocalista no explota ni exalta de los sonidos, sino que camina en línea recta y solo destaca en algunos segundos. El equilibrio entre la música y sus notas es algo que se distingue durante todo el trabajo; nada está fuera de su lugar.
“Bumblebees” y “The Moon and Mercury” son los temas que ponen punto final a un disco que revirtió la actividad de la banda; donde pudieron ir más lejos de lo que ya habían creado y en el que pudieron aprovechar y explotar más los sonidos con los que alguna vez habían jugado. En ellos agregaron otros ritmos que hicieron de las canciones obras más meticulosas y trabajadas.