Entrevista con Carlos Sadness
El verano llegó en forma de ‘Tropical Jesus’, un personaje mitad fantasía y mitad realidad. El cuarto álbum de Carlos Sadness llegó a endulzar con melodías frescas al oído del mundo, cual ‘rayito de esperanza’ como pronuncia en su canción “Aloha”.
La constante evolución musical de Sadness, desde su proyecto anterior llamado Shinoflow, vislumbra a un artista completo; que crea arte visual y auditivo, que engalana cada una de sus frases y bocetos con colores y sentimientos. Después de Ciencias Celestes (2012), La Idea Salvaje (2015) y Diferentes Tipos de Luz (2018), llega Tropical Jesus.
La consolidación de un compositor que lleva más allá su trabajo como cantante, al inmiscuirse, además de la composición gráfica de su trabajo, en el imaginario de crear un alter ego que surge a partir de su estilo físico.
Es por esto que Vibras charló con Carlos Sadness sobre su nuevo álbum, las influencias que retrata en él a partir de sus viajes a América Latina, de los nuevos significados que adquieren sus obras al impregnarse en la piel de sus fans y la manera en que relata lo que vivió en el Teatro Metropólitan hace dos años.
‘Tropical Jesus’ surge a partir de que un locutor, en Colombia, nombró de esta forma al músico como referencia a aquellos que no lo conocían. Aquellos que aún no lo habían visto. Su larga cabellera y sus summer vibes hicieron que esa broma, como Carlos la denomina, terminara por ser el título de su cuarta entrega.
“Me gustó jugar con ello porque es un recurso que se ha utilizado en la literatura y en la música. Lanzar un libro con el nombre de un personaje que cuente muchas historias. Me apetecía hacer esto porque cuando hago clic con un título, de repente me imagino todo un disco con él”.
Asimismo, esta obra es la primera donde se muestra una fotografía y no una ilustración como en las demás, que ahonda en la temática anunciada. Con una cruz al fondo, colores pastel y el personaje en primer plano con la palma de la mano cubriendo uno de sus ojos, Sadness refirió que ésto se debe a que en la mano existe información sobre el pasado y el futuro. Por lo que esta especie de deidad, se exhibe de manera atemporal.
A través de los 13 temas que componen su álbum se localiza una charla entre el español y los astros. En “Ciclo Lunar”, por ejemplo, el barcelonés explica que es un tema que diferencia la astronomía de la astrología.
“Ciclo Lunar rompe el encuentro entre dos personas: una cree en esas supersticiones y la otra ve a las estrellas como algo que no se comunican con él, desde el aspecto científico. Es una canción irónica. Se retrata a alguien que cree en las cosas que yo no y esto crea un conflicto en un tema que nos apasiona a ambos: las estrellas”.
“Ahorita”, “Gringo”, “Aloha” y otros de los vocablos y sonidos tropicales utilizados por el compositor nos llevan a un viaje efímero por América. Continente que ha albergado al barcelonés desde hace unos años. La influencia cultural ha marcado en los ritmos y frases que Sadness expone en esta ocasión: “Muchas de las melodías las empecé a escribir allí; “Ahorita” es una canción que nace del vocabulario latino que en España no se usa. Me apetecía tomar una palabra y llevarla a otro lugar a través de mi música. [...] He estado mucho tiempo en México y en América Latina en general mientras lo componía y se ve reflejado en la obra”.
No habían transcurrido ni cinco días, del lanzamiento de TJ, cuando alguien decidió tatuarse la imagen de “Adiós a los dinosaurios”. Al suceder esto, Carlos considera legítimo que su arte cobre nuevas interpretaciones a diferencia de lo que él refería en un inicio.
“Pienso que hay una historia detrás y que la canción le ha ayudado a canalizar una emoción o le recuerda una persona o un hecho. Uno siempre se siente halagado cuando ve un dibujo o una frase suya tatuada. [...] ¡Y qué locura! Que alguien haya apostado por algo que tiene cuatro días de vida para ponérselo en su piel. Me parece increíble”.
Carlos se presentó, en noviembre del 2018, en el Teatro Metropólitan. En una ciudad que no es de él pero lo hizo de ella. Al otro lado del mundo, de donde es él, el músico abarrotó uno de los recintos más importantes de la capital de México. Al hablar de esto con sus seres queridos, Sadness admite que es difícil explicarlo.
“Es complicado porque hablas de un lugar muy lejos de donde has crecido y de una cultura que es parecida, pero diferente al final. Hay rasgos semejantes, como la pasión por la música, pero otras cuestiones cambian, como el humor o el lenguaje. [...] Es una sensación muy poderosa al tocar en un sitio tan retirado de casa pero que te hace sentir en ella. Te arropa por tu música y con su cariño. Explicar eso a quien no ha estado allí es difícil. Son cosas que hasta que no lo vives, no puedes entenderlo”.
Debido a la contingencia sanitaria, los eventos masivos se han detenido. Sin embargo, en países como España, las actividades empiezan a reactivarse. Con nueve fechas en su agenda, el barcelonés viajará por algunas ciudades de su país. Un aforo más pequeño que el normal y bajo los lineamientos requeridos, es como se realizarán sus próximos conciertos.
Ante esto, el cantautor explica que ojalá los shows vuelvan, en algún punto, a ser como antes. Por el momento es difícil y están en un proceso de adaptación y cambio. Además, comentó que aunque él no se ha presentado en vivo, tiene otras formas de disminuir el golpe económico. No obstante, puntualiza que es importante que la música no muera por aquellos que trabajan directamente en la industria que ejecuta los eventos en vivo. Es por ello que gracias a las personas que compran su entrada, ayudan a reanudar la actividad.
Además de traernos el color que nos hace falta, Sadness envía su brisa refrescante desde el otro lado del planeta para escuchar su nuevo material. El calor, las palmeras, el olor del mar, y lo cálido de esta estación nos remontarán a una postal paradisíaca de un eterno verano.