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Entrevista con White Lies


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Fotos: Jono White

White Lies regresó este 2025 con Night Light, su séptimo álbum de estudio. Una compilación de nueve canciones que, en un espacio cálido e íntimo, reúne la evolución orgánica del proyecto musical. En su centro, los sonidos orgánicos y la grabación análoga se muestran como un desarrollo natural para la banda, que se refiere al pasado con una visión clara de su futuro.

Su estreno este noviembre, además, se vio acompañado del anuncio de una gira por México que incluye presentaciones en Guadalajara y Monterrey, junto con su primera aparición en el festival Vive Latino el próximo marzo de 2026. Este material prioriza la calma en fluctuaciones de energía, es movimiento polarizado por instrumentaciones que unifican a sus protagonistas, sin perder de vista el estilo “gótico” que caracteriza a la agrupación británica. Para conocer a profundidad la creación de este álbum, sus inspiraciones y su lugar dentro de la carrera del proyecto musical, conversamos con Jack Lawrence-Brown, su baterista.

Este nuevo material ha sido una experiencia completamente nueva como escucha. Es muy interesante poder percibir su crecimiento en estas canciones. Para comenzar, me gustaría hablar sobre el proceso de este álbum; sé que, como banda, se toman espacios de tiempo para componer. Hay un par de años entre Five y As I Try Not To Fall Apart, lo mismo que con Night Light; ¿por qué es importante para ustedes tomarse el tiempo en el estudio al realizar un nuevo disco?

J: Somos una banda un tanto lenta, es la verdad. No trabajamos muy rápido. Siempre hemos intentado tomarnos nuestro tiempo; en realidad, la única vez en nuestra carrera en que no pudimos hacerlo fue entre nuestro primer y segundo álbum. Teníamos mucha presión por hacer un disco inmediatamente después de girar el primero, por una variedad de razones. Ahora todos estamos en nuestros treintas, tenemos familias, así que era una pausa natural entre álbumes: bebés nacían, cosas así. Fue un proceso relajado de composición; reitero, no estamos desesperados por sacar más música. Queríamos esperar hasta que todos estuviéramos en el mismo punto. En nuestro último material, As I Try Not To Fall Apart, el proceso fue muy estresante: se creó durante el COVID; hacer un álbum en medio de encierros y demás cosas obstaculizó todo su proceso, quedó desajustado. En esta ocasión tuvimos mucho tiempo disponible, así que decidimos no apresurarnos. Nuestra meta era grabar el álbum de forma orgánica, porque la música que componíamos se sentía así, se inclinaba hacia una producción setentera. Intentamos hacer un álbum en donde todos tocáramos juntos en un solo cuarto, lo cual suena bizarro, porque en 17 años de carrera nunca habíamos hecho algo así. Tomó tiempo y, sobre todo, práctica llegar hasta el punto que deseábamos con las canciones, pero, cuando la grabación llegó, la emoción era diferente.


Y, para mí, es algo tangible: se nota el cuidado en cada canción; suenan a piezas con construcciones específicas, casi como óperas. Es especial que sea, a su vez, natural y ambicioso. Quiero recuperar algo que mencionas con respecto a la influencia de los 70s: ¿puedes detallar más en qué aspectos afectó a este nuevo disco?

J: Es una buena pregunta. Cuando hablamos de los 70s, en términos de influencia —ya sea como generación o como década—, es algo que creció muy dentro de este álbum. Especialmente en el aspecto de la producción, los sonidos son cálidos y naturales en su mayoría. Entiendo que podrían pensar en estilos como Kraftwerk, pero me refiero a los álbumes de rock hechos enteramente de manera análoga. Anteriormente recibimos muchas comparaciones con música de los 80s; imagino que era por los sonidos fríos que utilizábamos. Solíamos construir música como un rompecabezas, porque tardábamos una eternidad haciendo beats y bajos, o baterías y sintetizadores, para después juntar todas las piezas. Al apuntar a hacer algo enraizado en los 70s, buscábamos un álbum orgánico, uno en donde pudieras escuchar todos los instrumentos presentes. No hay una banda en particular que mencionar, pero, de hecho, veíamos muchas presentaciones en vivo en YouTube; existe un canal de un show de esa década llamado The Midnight Special, con una cantidad enorme de presentaciones increíbles, en donde todos poseían un gran sonido en vivo, además de un gran sentido del performance. Intentamos capturar con precisión esto mismo de una forma que nunca antes habíamos hecho. Tiene mucho que ver que nos sentíamos seguros, porque confiábamos en las canciones que escribimos al entrar al estudio. Había una sensación de curiosidad y emoción por grabar las canciones de esa forma, en una jam todos juntos.

Esa sensación fue un cambio muy grande que reconocí desde que escuché el piano al frente de muchas canciones. En ese sentido, creo que implica volver al artefacto de crear desde el inicio y no solo en la postproducción; le da mucha humanidad a toda la interpretación.

J: El piano es la forma en que comenzamos a escribir. Con frecuencia es Harry [McVeigh] quien empieza a tocar partes en el piano; esa es la fundación. En álbumes previos, dejábamos atrás el piano, convirtiéndolo en sintetizador, mientras que en Night Light escribimos en su mayoría desde el piano, usando su sonido como base para todo el álbum. Eso también es nuevo para nosotros, porque nunca le habíamos dado protagonismo a ese instrumento como parte de White Lies. Gran parte de ello se debe a que invitamos a un pianista al estudio: Seth Evans, quien era miembro de Black Midi. Él hace mucho trabajo de producción con otras bandas de progresivo y es excelente creando arreglos de piano con sonidos de ese estilo, alcanzando incluso el glam, lo que lo hace sentir casi como algo que David Bowie haría. Esa es una de las referencias que le dábamos a Seth, buscábamos un sonido vampiresco y exagerado, que fuera un instrumento líder más que un accesorio.

Precisamente yo lo relaciono con el tipo de arreglos que utiliza Elton John.

J: Definitivamente; de hecho, es una muy buena referencia. Elton John es el tipo de piano de los 70s al que queríamos acercarnos, tal es el caso de “All The Best”, la segunda canción del álbum.


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Portada: Night Lightde White Lies

Quizás sea una interpretación muy arriesgada, pero muchas de las canciones hablan de tener grandes sueños, dándole un gran sentido de ambición al disco. ¿Crees que esto resuena en el aspecto progresivo del álbum?

J: Claro, aunque yo diría que, a pesar de sus diferencias con álbumes pasados, es muy parecido líricamente a cosas que hemos escrito antes. En términos de la banda misma, nuestro sentido de ambición en general es muy grande en este momento. A veces lanzamos un disco con metas relativamente modestas, casi infravalorando a dónde puede llegar. Con este material creemos que tiene el potencial de ser un gran disco en nuestra carrera; se siente como el más coherente que hemos hecho. Pienso que es uno de nuestros mejores álbumes. Es muy difícil juzgarlo en este momento porque es muy reciente y lo amamos completamente. Aun así, estoy muy seguro de que es nuestra mejor pieza; hay muchas canciones que seguramente se convertirán en clásicos de White Lies, serán canciones que añadiremos a nuestro set en vivo y se quedarán por más tiempo. No somos una banda muy extrovertida, no somos desmedidos en lo que hacemos, pero sí existe una ambición en este lanzamiento, porque es ambicioso desde su creación. Nos encantaría que este disco nos abra nuevas puertas aun en este momento de nuestra carrera; aunque hayan pasado siete álbumes, da la impresión de que podremos tocar en nuevos lugares que antes no podíamos.

Lugares como México, siendo honesto, son aquellos en los que descubrimos qué tan lejos podemos llegar con el álbum. Nuestro concierto más grande en 15 años fue en la Ciudad de México, en el Pepsi Center, ese fue un headline enorme para nosotros. Una de nuestras ambiciones es regresar a la Ciudad de México con este disco y tocar en un lugar grande, más grande si es posible. Si lo logramos, veremos qué resultados tiene. Eso está por verse; de momento iremos con un gran festival el próximo año: el Vive Latino.

Me sorprendió mucho cuando anunciaron su presentación; estaba esperando su show solitario, pero me emociona saber qué sucederá en el festival.

J: Nos lo describieron como un festival con proyectos, en su mayoría, en español, en donde no había muchos espacios para bandas en inglés. Eso nos entusiasma, porque es una oportunidad para presentarnos frente a muchas personas que quizá no nos conocen, junto a muchas que sí. Es genial poder hacerlo, también como una alternativa al festival Corona Capital, al que también tenemos ganas de ir el próximo año. Iremos en marzo, pero estoy casi seguro de que añadiremos un concierto en solitario en la Ciudad de México más adelante. También tenemos fechas en Guadalajara y Monterrey, así que habrá una gran cantidad de shows en México.

Espero que este álbum traiga muchos fans nuevos para la banda. Retomando la pregunta anterior, mencionaste que siguen estando en la misma página líricamente entre sus álbumes. En especial, he reconocido el tema recurrente del amor y la muerte en este caso, en “Juice” y “Night Light”, que me hizo recordar a otras canciones como “Death”, de su primer álbum. ¿Por qué creen que el amor y la muerte se muestran tan relacionados en sus canciones?

J: Somos una banda de grandes tópicos; cuando escribimos, tendemos a inclinarnos por un sonido épico. La referencia a “Death” es muy interesante. Charles [Cave] ha sido el letrista principal de la banda y siempre se ha influenciado por compositores ligeramente góticos; pienso en Nick Cave, por ejemplo. Charles suele escribir orientándose al storytelling; muchas de nuestras canciones son historias más que vivencias, aunque ahora se mezclan más, conforme hemos crecido. Es una gran pregunta. El amor y la muerte van de la mano, porque cuando tienes algo que amas, tu mayor miedo es perderlo. Mientras más creces, más notas esa relación. Nosotros ya somos mayores; sé que somos una banda con una larga vida. Hemos hecho música desde que teníamos 16 años, básicamente la mitad de nuestras vidas; hemos sufrido cambios, incertidumbres emocionales y, inevitablemente, lo que hemos experimentado se filtra en nuestras canciones. A veces las canciones de White Lies son historias con las que puedes conectar por la forma en que están escritas; otras veces son solo piezas de ficción. Últimamente son menos nuestras canciones ficcionales, pero, por ejemplo, “Unfinished Business”, del primer álbum, es una historia gótica. Utilizamos las mismas emociones con diferentes formas en las nuevas canciones. También pienso en las canciones que tienen letras poco serias, sé que a la gente le gustarán algunas que aún no lanzamos; me intriga cómo pueden reaccionar a una canción que no es profunda o que no tiene una carga emocional gigante. Son buenas porque son ligeras; me resulta muy interesante ver sus reacciones.

Me hiciste recordar la reacción de los fans al primer visualizer de “Juice”, una canción que para mí es transgresora, un poco profunda, como decías. Cuando la escuché por primera vez pensé en “Ragworm” o “Hurt My Heart”, de discos previos. Siendo canciones casi de ópera rock, es especial para mí poder visualizar su desarrollo musical a través de su trayectoria. ¿Cómo llevan a cabo esa evolución regresando a su pasado y evocando al futuro?

J: Realmente lo entendiste con “Ragworm”, del disco pasado; esa es una canción esencial para entender el nuevo álbum. Nunca tocamos esa canción en vivo, pero disfrutamos muchísimo tocarla. En ella puedes ver el piano líder, es una canción de rock con piano. En el caso de “Juice”, buscábamos algo que se sintiera épico, una sensación parecida a lo que es “Bigger Than Us”, dándole madurez a ese sonido. Para eso le dimos prioridad a los instrumentos, porque hay mucha guitarra acústica, el piano, por supuesto, y la cualidad de ser interpretado en vivo. “Juice” es una canción de rock alternativo influenciada por el género americana; esto sucede en bandas modernas como Wilco, que construyen una canción de rock épica sin ser cursis. Hacia allá apuntamos con Night Light, evitamos lo cliché o lo cursi en la producción para acercarnos a la música que nos gusta, el rock alternativo o rock progresivo, el estilo americano del rock de finales de los 90. Eso queríamos: una canción de White Lies al estilo americana. Este álbum se grabó con las bases de tocar todos los instrumentos como uno mismo; su núcleo lo hace sonar parecido en cada canción, haciendo de Night Light algo coherente desde “Juice”, como canción rock, hasta “Everything Is Ok”, como balada. Todas pertenecen a una emoción única. En ocasiones podrán escuchar sonidos de guitarra española o escobillas en la batería, con detalles de jazz, todo ello antes de convertirse en una canción de rock. Cuando utilizas el mismo grupo de instrumentos y el mismo estilo, el álbum resulta algo cohesivo: se trata de un ethos que guió al álbum.


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Me agrada que mencionas “Night Light”: al inicio parece una canción de cuna, muy emocional, que después se convierte en una explosión sonora. Para mí esto es un gran ejemplo del corazón del álbum: hay historias en su sonido, fluctuaciones de energía en cada tema.

J: Eso es muy cierto. Las canciones que decidimos lanzar como sencillos tienen un poco de variación entre ellas, son más upbeat. Creo que “Night Light” es una de las mejores canciones de la banda; tomó mucho tiempo que esa canción funcionara. Vivía entre dos ideas, que son la primera y la segunda parte del álbum, y no sabíamos cómo juntarlas. La primera parte es muy delicada; una canción de cuna, como mencionas, con un sonido muy orgánico, algo como lo que hizo Talk Talk en álbumes tardíos. Mientras que la segunda parte es muy eufórica; fue complejo hacer que sonara bien. Fue hasta que llegamos a esta forma final que nos entusiasmó la transición a esa euforia. Era algo que habíamos escrito hace mucho tiempo; sabíamos que era un hook especial, que, además, nos hace felices poder tocar en vivo. Queríamos asegurarnos de que su primera parte, tal vez lo más tranquilo que hemos compuesto, pudiera ser uno mismo con su final. Cuando terminamos, le preguntamos al productor, Riley MacIntyre, cuál era su canción favorita; respondió que era “Night Light”, porque la consideraba una de las creaciones más bizarras en que ha trabajado. Y es verdad: es extraña; son guitarras delicadas que se transforman en sonidos como M83. Estamos muy orgullosos de esa canción; espero que sea una que funcione en vivo, porque me encantaría poder tocarla en muchas ocasiones.

Me parece la canción perfecta para un encore en el concierto. Ya que mencionas a Talk Talk, yo pensé en A Flock Of Seagulls, en donde la guitarra melódica se rodea por arreglos paralelos. Disfruté mucho el álbum, en verdad.

J: Me alegra que te haya gustado este álbum. Si nos has escuchado por mucho tiempo, podrás apreciar el camino hacia estas canciones de mejor manera. Este disco tiene sentido si sigues los pasos de los anteriores que hemos hecho. Es una evolución en términos de estilo y de composición. Muchas de estas canciones son mis favoritas en la historia de White Lies, así que espero que tenga una larga vida y sea disfrutado por mucha gente.


 
 
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