Entrevista con Villagers
Una polilla y una flama como metáfora de nuestra realidad.
Villagers, proyecto del irlandés Conor O’Brien, a través de su nuevo material discográfico titulado ‘That Golden Time’, nos invita a un viaje de introspección y reflexión sobre la sociedad actual y su relación con los avances tecnológicos. La música de Villagers a menudo se caracteriza por su estilo folk alternativo, aunque ha experimentado con una variedad de géneros y estilos a lo largo de su carrera. Sus letras suelen ser introspectivas y poéticas, explorando temas como el amor, la identidad, la mortalidad y la naturaleza humana. A lo largo de este proyecto y con nominaciones al Mercury Prize por su trabajo musical, O’Brien ha asegurado su lugar como uno de los músicos más talentosos e innovadores de la actualidad. Platicamos con Conor acerca de las ideas que lo llevaron a formar su álbum ‘That Golden Time’, la importancia de la tecnología y como afecta en nuestra sociedad, así como la variedad de sonidos que han tenido las canciones que crea. ¡Hola Conor! espero que estes bien, es un placer hablar contigo hoy. C: ¡Hola! Igualmente, gracias por el tiempo. Han pasado un par de años desde tu último álbum, ¿qué cambios has tenido durante este tiempo y cómo te han preparado para el lanzamiento del nuevo material ‘That Golden Time’? C: Ha sido algo completamente distinto, sin duda. Estábamos en tour del último álbum justo al final de la pandemia, fue algo surreal, tuvimos incluso que cancelar algunas fechas. Escribí una de las canciones de ese álbum durante la semana que tuve COVID. Después de todo eso, el mundo se abrió de nuevo, y comencé a escribir ‘That Golden Time’ en circunstancias muy diferentes. Siento que desde la pandemia, mi sentido del tiempo se transformó, a veces no soy consciente de la temporalidad de las cosas, lo cual es un poco extraño [ríe] y a partir de esta mezcla de ideas, en mi mente, es que comienza a surgir el material.
Sin duda, la pandemia lo cambió todo. Hablando del proceso creativo, que sabemos que no es un proceso lineal, ¿qué ideas tenias cuando comenzaste a trabajar en el álbum, y cómo se fueron transformando para llegar al resultado que podemos escuchar? C: Me convertí un poco obsesivo con la idea de explorar cómo nuestras mentes, como seres humanos, cambian por los avances tecnológicos, el Internet, las redes sociales, etc. Comencé a escribir sobre ello, no podía parar de pensar en el tema mientras lo anotaba en mi libreta. Se convirtió en algo un poco abrumador y, en ese momento, supe que sería la idea central de este álbum tan ‘extraño’ que habla sobre ciertos algoritmos. También estuve leyendo un poco de literatura antigua, por ejemplo Nietzsche del siglo XIX, y cosas que existían antes del Internet. Es asombroso como parece que sabían justamente lo que iba a pasar en el mundo; en ese tiempo los escritores filosofaban sobre la expansión del cristianismo en Europa y otras religiones, pensamientos dogmáticos. Y, creo que en el uso del Internet existe también un pensamiento dogmático o binario… muchas personas adorando, no un dios pero si sus teléfonos o a ellos mismos, sus identidades, cosas que se expanden de acuerdo con cómo se desarrolla el Internet. Había muchas ideas dando vueltas por mi cabeza y que de alguna forma fueron entrando en el álbum. Claro, el Internet tiende a ser un arma de dos filos. Por un lado es una herramienta que nos consume y con la cual se busca tener una aprobación externa o validación de los demás. Por el otro, en esta era donde vivimos, es la herramienta más importante con la cual podemos dar a conocer nuestro trabajo y quienes somos. Para ti, ¿cómo se podría hacer un balance de esto? C: Uf, pues no lo sé [ríe] es algo complicado. Si nos alejamos un poco en el panorama actual, realmente estamos en el comienzo de esta era, es fácil pensar que nos adentramos en este mundo desde hace mucho pero, en realidad no ha pasado tanto tiempo. Y esto podríamos usarlo, individualmente, para ayudar a tener una mejor cohesión social en vez de generar una sociedad poco tolerante, como lo vemos en muchos sentidos actualmente. Hay una canción en el álbum, llamada “First responder”, que es la máxima expresión de este, para mí. Habla sobre haber conocido a un socorrista médico, quien nos ayudó a mí y a mi familia. Así como esta persona, hay muchas que viven su muy heroica vida en silencio, son héroes que simplemente se encargan de ayudar a sus comunidades en una forma de voluntariado. Creo que dentro del mundo del arte, veo mucho ego frecuentemente, por mostrar (e intentar demostrar) tanto a los demás, y quizá hay cosas que aun debemos aprender… Desde luego que si… y relacionado a esto pero, visto desde el lado del público, existe cada vez más el tema de vivir un show en vivo a través de la pantalla del celular, es algo que quizá se da por esa misma idea de intentar demostrar ‘algo’ a los demás ¿qué piensas de ello? C: Lo odio muchísimo. Hace poco estuve en el concierto de The Smile, en Dublín, y había un chico delante de mí, unos 30 cm más alto, que pasó todo el show sosteniendo su celular arriba, ¡todo el show! No sé qué hacía, ¿una transmisión en directo? o ¿qué es lo que pasa ahí? En varias ocasiones, otros asistentes, le pidieron que lo bajara pues obstruía la vista, pero simplemente lo siguió haciendo sin importarle. Me parece que tenía alrededor de 23 años… quizá simplemente yo estoy envejeciendo [ríe]. Pienso que lo más importante de los conciertos, y literalmente el punto de la música, es vivir y estar juntos físicamente en el momento, como seres humanos.
Exactamente, lo que implica estar en un recinto donde las personas a tu alrededor están unidas por lo que están escuchando, es una experiencia única en verdad. Hablando sobre shows, ¿qué es lo que más esperas del tour que comenzarás próximamente? y ¿qué canción de este nuevo álbum te emociona poder presentar en vivo? C: He estado ensayando con mi banda desde hace ya algún tiempo, entonces creo que estamos listos y sobre todo muy emocionados por esto. La canción “Behind That Curtain” que, en el álbum es una canción lenta de jazz y piano y de repente se convierte en un sonido electrónico-jazz-dance al final [ríe], en los ensayos ha sido una locura. Lo estamos llevando por otro nivel cósmico [ríe] y con un ambiente tipo orquesta. No puedo esperar más para explorar esos sonidos en vivo, es una parte muy importante para mí en los shows, conocer las canciones desde otras perspectivas y permitirles tener cambios drásticos en comparación al álbum, sin duda muy emocionante para mí. Y es una manera de que la música que creas pueda tener variantes que incluso le generen otros significados. La parte del trabajo visual es algo que también se relaciona con estos cambios y exploración de las canciones. Cuéntame un poco sobre la portada del álbum y cómo entiendes la analogía de la polilla y la flama del video “That Golden Time”, con la realidad. C: Es un tipo de metáfora, y un símbolo para mí, trata de la forma en que nosotros como seres humanos estamos compulsivamente haciendo clic a nuestras pantallas durante todo el día y como esto nos desorienta un poco de la realidad. La polilla se desorienta con la flama y la confunde con la luna, perdiendo su camino para, finalmente, morir por esa misma llama que la atrajo, una curiosa metáfora entre nosotros y la tecnología [ríe]. En la portada del álbum está representada esa polilla, y en el otro extremo, hay una moneda antigua irlandesa de 20 peniques, con la cual crecí antes de la llegada del euro. Esta simboliza otro tema del álbum que son los sistemas de valor y la idea de que existen muchos de ellos en nuestra sociedad actual que se determinan culturalmente, sabes. Si vemos a través de la historia, estos valores cambian constantemente, y creo que hay algo de esnobismo cronológico en estos días. (El esnobismo cronológico es un argumento de que el pensamiento, el arte o la ciencia de una época anterior es inherentemente inferior a la del presente). Creemos que estamos en el punto máximo de la civilización solo por los avances tecnológicos, y que somos mucho más inteligentes que en el pasado, pero esto puede no ser siempre cierto. Quizá haya cosas que podemos aprender de la sociedad pre-internet. Concuerdo completamente, muchas veces quedamos cegados por esa carga de tecnología, sin darnos cuenta de que hay otras cosas más allá de eso en las que podríamos enfocarnos más. Sobre el tracklist del disco, ¿Cuál fue la canción más desafiante de hacer durante este proceso de grabación? C: Interesante, creo que todas han tenido diferentes recorridos. Algunas canciones fueron escritas 5 o 6 veces una y otra vez y, algunas estuvieron desde el primer intento. Tal vez la canción “No Drama”, irónicamente es la canción más dramática del álbum [ríe] pero, era muy diferente al inicio. Incluso tuve una versión tipo reggae de ella, me encanta el género aunque, yo creo que era un reggae malo [ríe]. Pasó también por un estilo bossa nova pero, no podía terminar de hacer los arreglos para que todo tuviera sentido dentro de la canción, sabes. Finalmente pude encontrarlo estando solo yo en el piano, con una voz un poco mas internalizada, como un susurro, lo que me permitió poder explorar y construirla desde ahí hacía algo más como una epopeya cinematográfica. Me tomó mucho tiempo pero estoy muy orgulloso del resultado que tuvo.
Es una de mis canciones favoritas del álbum, la disfruté muchísimo. C: Oh, ¡muchas gracias por eso! ¿Hay algo que quieras decirle a quienes escuchen este nuevo álbum? C: Escuchen el álbum con el corazón y la mente abierta, estoy muy orgulloso de él y se siente como una gran liberación de mi alma. Está puesto todo mi corazón en el proyecto entonces, al escucharlo dejen que fluya y que conecte con ustedes. ¡Estoy segura que así será! Muchas gracias por tu tiempo y esperamos verte pronto en México. C: Gracias, tenemos muchas ganas de ir a México, ¡espero que sea pronto!