Entrevista con The Black Angels
Guía para atravesar las entrañas del psych sound.
Siete discos de estudio, incontables presentaciones internacionales y una vida entre nuestros auriculares han convertido a The Black Angels en íconos para la psicodelia contemporánea. Ganándose un lugar no solo entre el público especializado, sino entre todo aficionado de la música capaz de ver a las bandas que la historia se encargará de inmortalizar.
Después de exponer los detalles detrás de ‘Wilderness of Mirrors’ (2022) en nuestra pasada entrevista con los integrantes, tuvimos la oportunidad de volver a conversar con Christian Bland (guitarra, órgano), Jake Garcia (guitarra) y Ramiro Verdooren (teclado, bajo, guitarra). Espacio que aprovechamos para discutir sobre algunos de los temas más recurrentes en cuanto a psicodelia se refiere y qué mejor que escucharlo de la experimentada voz del quinteto de Austin tras su presentación como parte del Festival Hipnosis 2022.
Han sido una de las bandas principales de la escena psych durante las últimas dos décadas. ¿Cómo han vivido todo este trayecto?
CB: Hemos sido una banda por dieciocho años ya, el tiempo ha pasado volando desde el 2004. Hemos pasado por muchas etapas, buena parte de ellas en el underground. La música es lo único que ha mantenido mi impulso.
JG: De cualquier manera pasaríamos el resto de nuestras vidas tocando, así que ¿por qué no seguir? Cuando dices “escena psych” es curioso porque Austin (Texas) fue el origen de 13th Floor Elevators. Todos estos años hemos tratado de cargar la antorcha desde donde ellos la dejaron.
Teniendo todo esto en mente es difícil pensar en preguntas que no les hayan hecho ya cien veces. Por eso me gustaría centrarme en los grandes tótems de la música psicodélica y, por ende, The Black Angels. Nada como una vida entre sonidos para dar un giro interesante a los clichés.
CB: Somos un libro abierto, hombre.
Me gustaría empezar hablando de fuzz. Desde su popularización en los años sesenta se ha convertido en uno de los pedales insignia para la música lisérgica, además es bien sabido que son grandes coleccionistas. ¿Cuál ha sido su relación con este efecto a lo largo de los años? ¿Cómo ha afectado su sonido personal y el de la banda? ¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos?
CB: Alex y yo nos conocemos desde que teníamos doce años, crecimos juntos. Alrededor del 2003 nos reencontramos en Austin para tratar de iniciar una banda. En la ciudad estaba esta compañía llamada Music Mars (me parece), tenían un catálogo lleno de opciones pay & play. Te daban crédito para comprar lo que quisieras en el momento y pagarlo después, no estoy seguro de si nosotros pagamos, de hecho [ríe]. Fue así como me hice de mis primeros fuzzes: un Gibson Maestro FZ-1, en buena parte porque me obsesionaba el sonido de la guitarra en “Satisfaction” de The Rolling Stones; además de un Big Muff negro en su versión rusa. Esos pedales, junto a mi Rickenbacker y un Fender Twin Reverb, dieron forma al sonido de canciones como “Young Men Dead” o “Black Grease”.
¿Qué hay de ti Jake?
JG: Al igual que Christian, quedé prendado del sonido de guitarra en “Satisfaction”. De hecho, encontré el pedal original en una tienda local llamada Austin Vintage Guitars. Cuando llegué a casa era mi cumpleaños y mi novia estaba furiosa… “Había encontrado este pedal que sabía que te gustaría y cuando llegué dijeron que algún imbécil acababa de comprarlo”. Yo era ese imbécil [ríe].
¿Qué músicos te inspiraron a hacerlo parte de ti?
JG: Mi guitarrista favorito es Link Wray, el fuzz llevó su sonido al siguiente nivel, ligeramente trashy. Amo esa clase de sonidos, cercanos a un bote de basura [ríe], en un sentido hermoso. También hubo un tiempo en el que estuve obsesionado con los Tone Bender, solía frecuentar a este sujeto que los construía con los transistores originales. Conseguí un montón de ellos en honor a Jimmy Page (guitarrista de Led Zeppelin). Cuando estuvo con The Yardbirds grabó este solo en “Think About It” donde el fuzz es simplemente increíble.
¿Tienes alguna inclinación particular en torno a este efecto?
JG: Me encantan este tipo de fuzzes que afectan especialmente a las frecuencias medias, te hacen destacar entre el resto de sonidos. Vuelven todo ruidoso e implacable. El único pedal que traje conmigo a México fue un fuzz ¿sabes? Fue genial sacar todos los sonidos de él. Mi “seteo” favorito es cuando tienes el sonido de la guitarra a un nivel bajo con el knob de distorsión a todo lo que da. Puedes jugar con la perilla de volumen para obtener un montón de texturas diferentes, luego cambias de pastilla y el carácter del sonido cambia completamente.
Pasando a otro de los grandes temas, tenemos a la exploración psicodélica. ¿Cuál es su perspectiva respecto al uso de drogas y el trabajo creativo?
CB: Las drogas psicodélicas te ayudan a abrir tu mente en general, te vuelven mucho más receptivo. El estar dentro de un estado psicodélico es ubicarte en el corazón de la humanidad. De eso se trata toda la música psicodélica: interpretar el conocimiento obtenido a través de la experimentación, del proceso creativo. Mantener tu alma justo al centro del sonido.
JG: Creo que es casi una necesidad artística probar todo cuanto esté a nuestro alcance en favor de ideas más emocionantes, de encontrar aquello que genuinamente nos inspire. Estar colocados, abiertos y entregados al trabajo creativo fue necesario para bandas como The Beatles, sería absurdo no hacerlo nosotros.
CB: Me gusta la analogía de un artista y sus pinceles con los psicodélicos. De un momento a otro dispones de una colección completamente nueva de herramientas con las cuales puedes pintar. Después de fumar un poco de hierba ves las cosas desde una perspectiva ligeramente distinta. Creo que las sustancias realmente ayudan a explotar la creatividad, pero no son en absoluto necesarias. Aún así, pueden abrirte puertas que ni siquiera sabías que existían.
JG: Exaltan las ideas que ya habitaban en ti. Terminan de traerlas a la superficie, al terreno creativo.
CB: Te hacen llegar al núcleo de lo que te compone.
JG: En años recientes, la gente parece estar más y más consciente de los beneficios de consumir hongos alucinógenos. Han ayudado a personas a lidiar con su depresión, con trastornos de ansiedad y a organizarse mejor interiormente. Hay una razón por la cual crecen en la naturaleza, enteramente a nuestra disposición.
Hace no mucho una amiga me contó que planea viajar a Oaxaca para poder probarlos.
JG: He escuchado que ahí están los mejores.
CB: Un amigo me dijo que son realmente grandes.
Claro, un amigo de un amigo tuyo ¿no?
CB: Sí, exactamente [ríe].
JG: Aun así, no es como que estemos obsesionados con los psicodélicos y vayamos por ahí gritando salvajemente para que la gente los pruebe. Lo hacemos de vez en cuando y con propósitos creativos.
CB: Cada uno decide cómo llevar su viaje personal. Es importante recordar que el abuso nunca lleva a nada bueno, vale la pena moderarse por las razones correctas.
Ahora, hablemos de su relación con The Velvet Underground. Forma parte de su logo, de su inspiración musical y de su historia individual. ¿Cómo se desarrolló este gran vínculo? ¿Qué significó compartir templete con uno de los integrantes? ¿De qué manera ha moldeado la relación entre ustedes?
CB: Bueno, aprendí a tocar la guitarra con canciones de ‘The Velvet Underground & Nico’, estudiando la simpleza minimalista en cada una… la forma en que construían cada acorde. Realmente influyó en mi manera de pensar la música.
The Velvet Underground y Spacemen 3 fueron algunas de nuestras principales referencias durante los primeros álbumes. Conforme avanzábamos otras de nuestras influencias empezaron a aparecer, bandas como The Zombies, The Kinks o The Beatles. Entre más viejos, más música escuchamos y más sonidos son los que terminan por incorporarse a la columna vertebral del proyecto.
JG: Enfocarnos en The Velvet Underground y manifestar el alcance de ese sonido nos llevó a tocar junto a John Cale, uno de los miembros fundadores de la banda. Tras compartir escenario y ensayar juntos sentimos que el círculo se había completado. Fue una experiencia legendaria que tuvimos la fortuna de vivir y jamás olvidaremos.
¿Y tú Ramiro? ¿Lou Reed y compañía tienen un lugar especial entre la música que te unió a The Black Angels?
RV: Absolutamente. Conocí a Christian porque nos interesaba el mismo tipo de música. Artistas de los años cincuenta como Eddie Cochrand, Buddy Holly o Elderly Brothers, además de The Velvet Underground. Amo la crudeza del sonido que podían lograr, esa sensación de guitarras conectadas directamente al amplificador, justo al filo del ruido. Nadie hacía cosas como esas durante su época.
CB: Rompieron cada regla que llegó hasta ellos.
Ha sido genial escuchar sus pensamientos sobre estos grandes temas que parecen jamás terminar. Supongo que el hablar sobre su regreso a México no es distinto, pero vale la pena preguntar. ¿Cómo se sintieron en esta última ocasión? ¿Qué tal los recibió la capital?
JG: Lo extrañamos mucho, yo lo extrañaba. Vine hace algunos años para ver a The Mummies y a mis amigos de Doctor Explosion en un festival. Luego otra vez junto a mi esposa, terminamos enamorándonos de la ciudad. La gente es genial, la comida es genial, la cultura, toda la vegetación. Me siento feliz de haber regresado.
CB: La Ciudad de México ha sido uno de los puntos centrales creativos dentro de mi vida. La identidad visual de los juegos olímpicos de 1968 me inspiró profundamente como artista gráfico.
El arte en ‘Passover’ grita México ’68.
CB: ¡Exacto! Ese fue el principal referente para la portada. Puedo sentir la magia en el aire estando ahí, la esencia gráfica que me ha marcado.
Me gustaría conocer tu experiencia post Hipnosis, Ramiro.
RV: Bueno, era mi primera visita [ríen], pero todo fue fantástico. Me siento muy cómodo con los mexicanos porque al crecer en la frontera y estar aquí, con personas con quienes puedo hablar español, en contacto con la cultura… se siente como mi casa, como mi tierra.