Entrevista con SPRINTS
Dentro del escenario musical contemporáneo, la banda SPRINTS emerge como un torbellino de energía y creatividad. El cuarteto originario de Dublín, conformado por Karla Chubb (voz, guitarra), Colm O’Reilly (guitarra), Jack Callan (batería) y Sam McCann (bajo) cautiva el oído de sus escuchas a través de una mezcla de sonidos como el garage punk y punk rock que trasmiten a través de actuaciones electrizantes, funcionando como un sistema catártico de las emociones cotidianas de la vida. Para el 2024, nos presentan el lanzamiento de su álbum debut, ‘Letter to Self’, como una evolución artística y emocional de la banda. Sumergiéndose en un viaje introspectivo y, en ocasiones, doloroso; muestran el poder de transformar la energía de emociones negativas, como el enojo, en un momento de sanación y de fuerza. Platicamos con Jack Callan, quien nos contó sobre el proceso de grabación del álbum, así como sus inspiraciones para seguir creando música. ¡Felicidades por el lanzamiento de su álbum debut! Sé que estuvieron en el estudio ‘Black Box’ grabándolo durante 12 días, ¿cómo fue todo el proceso para llegar a lo que hoy escuchamos como ‘Letter to Self’? JC: ¡Muchas gracias! Antes del álbum, siempre tuvimos la idea de estar en un estudio de grabación residencial. Daniel Fox, nuestro productor, nos sugirió Black Box, donde solían trabajar ingenieros irlandeses y por esta razón muchas bandas, irlandesas también, lo utilizaban como estudio a principio de los años 2000. Daniel había escuchado muy buenas cosas al respecto así que decidimos probar esta experiencia. Está ubicado en una región campestre de Francia (cerca del Valle del Loira) y no se encuentra algo al menos durante 30 minutos en cualquier dirección, por lo que está definitivamente en medio de la nada. El sitio por sí solo es asombroso. Sientes que estas en un lugar antiguo con grandes paredes de piedra y techos altísimos, creo que todo este entorno hizo que el proceso fuera aún más agradable, lo disfrutamos mucho. El lugar donde estuvimos viviendo estaba a 2 segundos de distancia y, en realidad, no había más que hacer que grabar. Generalmente comenzábamos a las 10 am hasta las 11 pm, pero en ocasiones nos manteníamos hasta las 2 o 3 de la mañana, pues todos juntos hacíamos la grabación y después solo agregamos algunas voces y guitarras, esto con la ayuda de mucho vino francés, por supuesto [ríe].
Seguro de que la pasaron realmente bien allí, me parece que toda la presión o estrés que uno puede sentir durante esos procesos se calma al estar en ese contexto, rodeado de la banda y el equipo, lo que te hace sentir mejor.
JC: ¡Desde luego! antes grabábamos en Dublín, donde todos vivimos y de donde somos, pero esa rutina genera muchas distracciones, es decir, íbamos al estudio en la ciudad por 10 horas al día para después regresar a casa, encontrarte con amigos y no dejar de pensar en las cosas cotidianas que debes hacer, lo que no genera un ambiente totalmente relajado.
Además, toda esta experiencia con la banda y las personas que estuvieron involucradas en el álbum, me imagino que los hizo muy cercanos, casi como estar en familia...
JC: ¡Sí, exactamente! Para nosotros como banda fue de gran ayuda esta conexión. Todos hemos sido amigos durante mucho tiempo antes de la banda incluso y, hemos estado de gira juntos, pero es diferente ese contexto, al moverte por las ciudades simplemente puedes ir y desconectar para hacer tus propias cosas.
Mientras grabamos ‘Letter to Self’ realmente estuvimos encima unos de otros durante esas semanas y, afortunadamente, logramos no matarnos entre nosotros después de todo el tiempo juntos [ríe], de verdad fue agradable y definitivamente nos unió más.
Sabiendo que el álbum es una exploración de sus momentos más vulnerables y una apertura a los sentimientos y emociones que han tenido, ¿cuál fue la canción que fue más difícil de escribir, grabar y llevar al resultado final?
JC: Diría que definitivamente “Shadow of a Doubt” fue la más difícil. Karla escribe todas las letras, así que, principalmente, es la dificultad de expresar sus propias experiencias. La canción se grabó solo en tres tomas y fue un desafío emocionalmente hablando, Karla capturó la rudeza y vulnerabilidad en la canción que emanaba desde el primer instante en el estudio. Sin duda, uno de los momentos en que fue agradable que todos estuviéramos allí para apoyarla. Sabíamos que esto iba a conectar con las personas y que, probablemente, más de uno se sentiría identificado. Que alguien escuche tu trabajo y eso realmente pueda ayudarlos, ya sabes, si están pasando por un momento difícil es inexplicable. Eso es lo que pienso sobre la música: es bastante poderoso cuando lanzas algo y la gente se acerca, para darse cuenta cuánto significa para ellos. No siempre piensas en ese resultado cuando estás escribiendo la canción, pero una vez que se libera, es satisfactorio verlo.
Me parece que todo el álbum traza un camino de conocimiento propio donde a través de diferentes sensaciones nos podemos sentir identificados. Al escuchar la primera canción, “Ticking”, no pase un momento agradable con la mezcla de sonidos, pero, al finalizar, la canción se siente como una sensación de alivio. Me pareció una analogía muy acertada de lo que es la vida: la mayoría de las veces no queremos pasar por malos ratos, pero nos olvidamos de que a través de ellos encontramos también lo que nos hace felices.
JC: Es muy cierto, con “Ticking” en particular, la idea musicalmente era que sonara como una sensación de ansiedad. También desde el primer momento supimos que seria la introducción al álbum, y desde luego a los shows en vivo después.
Hablando de conciertos, ¿cómo se sienten al expresar todos estos sentimientos con el público? JC: Ha sido muy grato porque que el álbum tiene un poco más de variedad de sonidos en comparación con la música que tocábamos antes. Sigue siendo muy intenso el setlist pero ahora, por ejemplo, con “Shadow of a Doubt” o “Shaking Their Hands”, podemos bajar un poco el ritmo. Desde que salió el álbum, hicimos una semana de presentaciones en pequeñas disquerías en el Reino Unido, la respuesta ha sido realmente buena. Vamos a comenzar una gira pronto en Europa, y estoy deseando que suceda para tener shows más sudorosos, ruidosos y llenos de energía. ¿Qué les ha inspirado para encontrar su identidad como banda, no solo musicalmente hablando? JC: Tomamos inspiración obviamente de la música, pero definitivamente también de libros y películas. Karla lee y ve muchas cosas de horror, lo cual coincide con gran parte del sonido. Incluso con los videos musicales que fueron en gran parte inspirados por la estética de horror de películas como ‘Hereditary’ y ‘Midsommar’. Yo leo mucho de ciencia ficción (Karla también empezó a leer ese tipo de cosas) y las canciones intentan capturar eso sonoramente. Hablando de música, estamos muy metidos en el ruido de principios de los 90s, mucho Pixies, y en cosas más contemporáneas, mucho IDLES, Savages, por ejemplo.
¿Te gustaría agregar algún mensaje, sobre este nuevo material, para quienes los escuchan?
JC: El álbum está motivado por experiencias personales, trata abiertamente sobre momentos difíciles. Utiliza la ira, pero no como una emoción negativa, sino como algo positivo. Y cómo todas estas canciones son una forma de lidiar con emociones complicadas, con la idea de que no tenemos que estar atados a ellas, sino que podemos superarlas: reconocer la ira y luego decirle adiós.
Ojalá lleguemos pronto a México, ¡gracias por todo! Espero que así sea, ¡mucho éxito!
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