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Entrevista con Soccer Mommy

De la crítica profesional a la palabra sincera.

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Pensar en la relación de las personas de tal época y el tiempo en sí es adivinar en círculos. El contexto moldea las mentes dentro de él de manera tan constante como las ideas a su entorno. Fijar la atención en los puntos humanos de lo contemporáneo es teorizar una fracción de nuestro presente.

Sophie Regina Allison, nacida un 27 de mayo de 1997, pasaría sus primeros años rodeada del paisaje metropolitano de una de las capitales musicales de los Estados Unidos; Nashville, Tennessee, cultivando una melomanía creciente en escuelas de arte especializadas y un acercamiento instrumental más que temprano.

Allison se encontraría con su alter ego musical durante 2015, año durante el cual comenzaría a publicar música en plataformas digitales bajo el nombre de Soccer Mommy. Tras mudarse a New York, firmar con Fat Possum Records y dejar la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano, la joven intérprete volvería a Nashville en busca de un futuro dentro de lo musical, creciendo exponencialmente en los años siguientes de la mano de tour de artistas como Mitski, Slowdive, Phoebe Bridgers, Paramore, Vampire Weekend, Foster the People y Wilco.

Así y celebrando el lanzamiento de ‘Sometimes, Forever’ vía Loma Vista Recordings a finales de junio, nos dimos a la tarea de conversar con la joven artista sobre sus perspectivas frente al panorama musical contemporáneo, el equilibrio interno entre lo necesario y lo pasional, la evolución en sus procesos y el disfrute de la cotidianeidad como único salvavidas de la voracidad sistémica. Resultando en el retrato de la musicalidad actual a través de una de sus exponentes.

Entre los intentos por coincidir en fechas para esta entrevista estuve tratando de decidir en torno a qué hacer girar las preguntas ¿sabes? Eres una artista contemporánea en toda la extensión de la palabra, la música que haces importa justo ahora. Naciste y creciste en la industria musical del siglo XXI, pasando de shows locales a escenarios importantes alrededor del mundo. Más allá de confirmar los datos duros de tu carrera, me gustaría tener una idea más real sobre ti ¿Cómo te sientes siendo una artista en pleno 2022?

S: Honestamente me siento mejor a comparación de cómo me sentía antes de la pandemia. Creo que he llegado a buenos términos con muchas de las cosas que implica ser un artista más allá del aspecto musical. Jamás me ha sido difícil tocar música y componer, pero me ha costado lidiar con el resto del trabajo ¿sabes? Aún así, me siento realmente emocionada justo ahora, no solo por el álbum, también por salir, tourear, ver la reacción de la gente, regresar al groove cotidiano tras el covid. He tenido algunas fechas desde el cese del confinamiento, pero estar de gira con el nuevo álbum se siente como resetear todo un poco.


Siendo ‘Sometimes, Forever’ tu tercer larga duración debes haberte ya acostumbrado a los procesos extramusicales de la industria ¿cierto? La planeación, el marketing, los presupuestos, la burocracia, el apartado visual. ¿Cómo has logrado balancear este mundo antiparalelo con la intimidad de lo artístico?

S: No amo cada parte de ello [ríe], pero tampoco lo odio completamente. Hay varios aspectos con los que no tengo ningún problema y otros que simplemente no soporto; sesiones fotográficas, grabar videos, cosas como esas. Aún así, esto es lo que hace posible pasar la mayor parte de mi tiempo dando conciertos, entregando mi música a las personas, creo que es necesario separarles. Para mí, todas estas cosas son el trabajo de día que debo mantener para hacer lo que realmente quiero por las noches. Debes darte a ti mismo la paciencia necesaria para poner toda tu energía en crear música y estar en paz con lo demás, sin desgastarte en tratar de hacerlo perfectamente, no es lo que debería importarte.

Concentrar tu sensibilidad emocional en las cosas que genuinamente disfrutas.

Tal parece que esta suerte de jerarquización sensible ha dado resultados; conciertos de talla internacional, números de siete cifras en plataformas y una creciente base de fans son solo algunas de las palabras con las que podemos dimensionar el alcance de tu proyecto. ¿Cómo percibes tus días de indie kid habiendo logrado todo esto?

S: Disfrutaba mucho ese periodo donde daba pequeños shows alrededor de New York y Nashville, sentir a las personas disfrutando de mi música, emocionarme por cada comentario o compra en bandcamp, era realmente significativo, era genial. ¡Alguien compró una de mis canciones hoy y pagó un dólar! [ríe]. Si siguiera ahí sé que tendría que mantener otro trabajo, lo cual sería agotador, además, no podría presentarme en estos grandes escenarios ni presentar la música de la manera en que me gustaría. No podría planificar cada presentación o trabajar con la banda o lograr la sensación perfecta en el sonido. No podría enfocar todo mi tiempo en la música.

Parece que el crecer ha traído más tragos dulces que amargos, ¿cómo dirías que ha cambiado tu relación con la música desde tu debut en 2016?

S: No creo que mi manera de componer haya cambiado en absoluto, sigo escribiendo de la misma manera en que lo hacía cuando tenía cinco años. En cuanto a las presentaciones en vivo tampoco ha habido un cambio radical, quizá he pasado por algunos altibajos, creo que puedo llegar a ser en extremo perfeccionista en cuanto a los shows, lo cual me lleva a periodos donde nada es suficiente y me frustro, pero justo ahora siento que he podido regresar a sentir que me divertí al final de cada concierto; sentir que el público se emocionó, que pasamos un buen rato tocando juntos. De cierta manera, ha sido volver a esa primera sensación de tocar en vivo, donde sonaba probablemente horrible tocando dentro un sótano [ríe], pero al mismo tiempo me sentía cómodo con donde estaba, se trataba de confiar en tus compañeros, dejarte sentir. Aún si surgían un montón de problemas, sabíamos que habíamos tocado bien, que todo saldría bien. Esos aspectos no han cambiado realmente, en cuanto a la promoción, ahora debo poner mucho más esfuerzo y tiempo en anunciar shows o lanzar nueva música, se ha convertido más en una cuestión de negocios.

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Portada: ‘Sometimes, Forever’ de Soccer Mommy

Pasando del contraste pasado a lo actual, una de mis canciones favoritas del nuevo álbum es, sin pensarlo mucho, “Unholy Affliction”. La letra mantiene más de una idea sobre el valor de lo humano y el rechazo del mecanicismo en la labor artística. Creo que es realmente valioso escuchar discursos como este viniendo de artistas relevantes hoy por hoy, hacer saber que hay una alternativa a las malas prácticas dentro de la industria musical, un ideal punk porque levantarse en la mañana.

S: Totalmente. Hay muchas personas tratando de lidiar con todo eso actualmente, posiblemente siempre las ha habido, pero específicamente es ahora que la gente ha empezado a tomar consciencia de todo. El punto de “Unholy Affliction” es expresar no querer ser un bot, que no podrán lanzarte dinero y obligarte a hacer cualquier cosa. Creo que es necesario saberlo para muchas de las personas tratando de desenvolverse en la industria. No se trata solo del dinero, es el no sentirte obligado a aceptar todo lo que llegue a ti o seguir ciegamente lo que lleve a alguna clase de éxito. Terminas dándote cuenta de que, honestamente, no quieres nada de eso, de que quieres combatirlo, de que es un trabajo y es imposible amarlo enteramente. Te hace separar lo que importa de lo que no, de lo que estás o no dispuesto a hacer a cambio del éxito.

¿Dirías que el valor humano sobre el canon de éxito se trata de una filosofía de vida o profesional?

S: Diría trabajo, principalmente. Podría extenderlo a la vida, pero no se presenta en la mía tan frecuentemente. En cuanto a trabajo, esto es lo que siempre quise hacer. Cuando recién empezaba, estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera necesario, tomar cualquier show, cualquier oferta; quería hacerlo todo y seguir. Pero llegué a cierto punto donde podía decir “Quiero hacer estas cosas y estoy dispuesta a estas otras, pero este es el límite”. Claro, haré este video, pero no me permitiré obsesionarme con ello. Creo que está bien tener ciertas cosas fuera de los musical donde dejas que alguien más decida, porque no tiene nada que ver con lo que quieres hacer de tu vida.

¿Quién es Sophie fuera de lo musical?

S: Hmmm… soy una persona bastante normal ¿sabes? Aún salgo con mis amigos de la secundaria, voy al cine. Me gusta existir de la manera que me hacía feliz antes de que la música fuera mi carrera. Sigo siendo la misma chica, excepto que ahora paso la mayor parte de mi tiempo haciendo música. Cuando estoy en casa no quiero pasar el rato necesariamente con otros músicos o artistas, o ir a estos grandes eventos, solo quiero estar con mis amigos y ver The Bachelor [ríe], comprar entradas para una película de horror malísima, cosas simples como esas.


Creo que encontrar el significado en estas pequeños detalles es la única manera de no dejarse aplastar por el día a día, disfrutar de lo sencillo, mantener presente que hay todo un mundo fuera de cómo te ganas la vida.

S: Sí, también creo que lo mejor es tratar de disfrutar todas estas cosas, no hacer de tu musical persona tu vida entera.

Ha sido asombroso tener este espacio para conocerte un poco mejor Sophie, no hay nada como dar un vistazo a las ideas detrás de la música que nos mueve. Para cerrar la entrevista, nos encantaría saber si ya tienes planes para México en los próximos meses, un concierto de Soccer Mommy en la ciudad se siente más que necesario.

S: No, pero me encantaría ir. Se suponía que iríamos antes de la pandemia y los chicos y yo morimos por ir. Creo que no tenemos nada pensado por el momento, pero estaremos por allá dentro de no mucho.


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