Entrevista con Pomme
Claire Pommet, mejor conocida como Pomme, es una cantante y compositora francesa que se ha ganado el reconocimiento internacional por su talento musical y la poesía que inunda sus canciones. En el 2017, y con tan solo 21 años de edad, lanzó su primer disco titulado ‘À peu près’ que la posicionó como una referente importante de la música francesa gracias a títulos como “On brûlera” y “Ceux qui rêvent”. Dos álbumes después (‘les failles’ y ‘consolation’), Pomme llega con un proyecto completamente distinto a sus tres trabajos previos; se trata de una composición que lleva al escucha a través de las diferentes estaciones del año: la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
La melancolía de su sonido evoluciona con su nuevo material que va acompañado de un sonido orquestal y películas para cada estación. Sin embargo, este no puede ser presentado en vivo como lo escuchamos, ya que requeriría tener a más de 16 músicos sobre el escenario, así que Pomme lo visualiza como una oportunidad de presentar su arte tal como inició: de una forma íntima y personal. Y de esta forma fue como, vía zoom, platicamos con la cantautora sobre este proceso tan diferente y la importancia de no apresurar el ritmo de vida y aprender de los cambios. Nos adentramos en cada una de las estaciones desde su perspectiva previo a su primera visita a finales de mayo en la Ciudad de México (Lunario del Auditorio Nacional), Guadalajara (C3 Stage) y Colombia (Sala Delia Zapata).
¡Hola, Claire! ¿Cómo estás? Gracias por tu tiempo. Es un placer conocerte, estamos muy emocionados por tu concierto en México.
CP: Todo bien, muchas gracias. ¡Lo sé! Para mí también es muy emocionante.
Será tu primera vez aquí, ¿verdad?
CP: Sí, nunca he estado en México. Es muy especial poder visitar nuevos lugares gracias a mis conciertos y al hecho de que ahora me presento en tantos sitios diferentes. Siento que México es especial porque mucha gente escucha mi música ahí, no entiendo por qué [ríe].
Tienes razón, mucha gente te escucha y siento que la música francesa tiene un gran impacto aquí. Los fans mexicanos son muy apasionados en general. Creo que definitivamente sentirás esa energía cuando vengas.
CP: ¡Qué lindo!
Quiero que empecemos a hablar de tu último álbum, ‘Saisons’, un proyecto tan especial y único para ti. ¿Cómo fue el proceso de incorporar sonidos orquestales y combinarlos con tu sonido tradicional acústico?
CP: Sí, “Saisons” es realmente especial y diferente de lo que solía hacer. Porque creo que llegué a un punto en el que sentí que estaba acostumbrada a ciertas maneras de crear. Hice tres álbumes antes y siempre utilicé los mismos métodos porque me resulta muy reconfortante; ir al campo y escribir canciones folk tristes y luego ir a un estudio y grabarlo todo en directo con músicos, sentí que era menos inspirador. Pensé que ya lo había hecho demasiado. Llegó un momento en que pensé: “Bueno, llevo siete años haciendo esto y siento que quiero algo diferente”. Crecí en una familia en la que tuve la oportunidad de ir a clases de teoría musical cuando era niña. Allí aprendí a tocar el violonchelo, aunque era muy mala [ríe], pero tocaba un poco y escuchaba música clásica. Creo que de niña no entendía la oportunidad y privilegio que tenía de conectar con la música clásica.
El año pasado dije: “Wow, quiero escribir canciones y hacer un álbum, pero no quiero hacer lo mismo una y otra vez”. Sentí que tenía que volver a conectar con esta parte clásica de mis influencias. En concreto tenía en mente esta pieza que se llama “Le carnaval des animaux” de Camille Saint-Saëns, un compositor francés... Obviamente está “Quatre saisons” de Vivaldi, pero la primera era la pieza que solía tocar cuando tocaba el violonchelo. Me di cuenta de que la música clásica tiene una forma de expresar las cosas, realmente lírica e intensa, que me abriría nuevos caminos.
No era capaz de escribir música clásica por mi cuenta, pero conocí a una amiga llamada MALVINA, es compositora para cuerdas, metales y maderas. Es una artista increíble, ya estábamos trabajando en algunas cosas y ella trabajó en mi show orquestal de ‘consolation’ en París. Le dije: “¿Te gustaría hacer un proyecto especial que sea una especie de mezcla de canciones tradicionales y música clásica?”. Dijo que sí, así que era una forma de volver a conectar con la naturaleza y crear de forma diferente y colaborar con otras personas. Eso era algo que realmente no había hecho en los últimos años porque sentía que necesitaba volver a conectar con mi propia creatividad y no me sentía lo suficientemente segura, supongo. En este proyecto quería hacerlo todo de forma distinta, probar nuevos géneros musicales y nuevas formas. Fue muy especial, solo grabé guitarra y voz para cada estación y luego le dije a MALVINA: “Para las partes de primavera y verano puedes hacer lo que te inspiran esas estaciones”.
Luego, para la estación de otoño trabajé con Flavien Berger, mi amigo con el que produje ‘consolation’. Y para la parte de invierno fue con Aaron Dessner, quien también es un productor increíble. En realidad se acercó a mí en el momento exacto y dijo: “Oh, quiero hacer música contigo”. Le pregunté si quería hacer el acto de invierno y dijo que sí.
Fue un proyecto que me permitió ser más libre a la hora de crear y probar cosas nuevas. Salió muy bien y siento que fue una forma de romper mis hábitos, lo cual a veces es muy bueno. Te permite empezar algo diferente. Quizá vuelva a lo de antes, pero mientras intento hacerlo de otra manera… porque además no hay una gira adecuada para este álbum. Son como 19 músicos clásicos en el escenario, así que no es factible. Sólo hice un concierto en París para Deezer, solamente tocaré algunas canciones del álbum con mi guitarra y no vamos a poder hacer una gira. Creo que lo que lo hace más especial es que es efímero.
Me parece muy interesante todo lo que dices y me quedo con la idea de cambiar de hábitos y permitirte probar algo nuevo. Y está relacionado con algo que dijiste en otra entrevista, que este álbum te permitió no sólo reconectar con la naturaleza, sino también ir a un ritmo más lento... Justo ayer volví a ver “Perfect Days”....
CP: ¡Oh! Me encanta esa película.
Sí, yo también la amo y no puedo dejar de pensar en esta forma de vivir cuando mencionas que decides colaborar y reconectar. ¿Qué has aprendido sobre la contemplación? Y justo el no ser la figura central de este álbum, porque sé que te has nombrado a ti misma como observadora en este álbum más que como protagonista.
CP: ¡Wow! Sí, es muy interesante. Todavía estoy en el proceso de eso, porque soy muy mala para ir despacio. Soy muy hiperactiva, tengo TDAH como la mayoría de la gente de mi edad. Para mí es difícil ir despacio, no me es natural ir lento y observar las cosas. Hace apenas una semana que estoy en un descanso de la gira y los próximos shows serán los de Colombia y México, así que tengo como tres semanas de descanso de las presentaciones. Es una locura... Estos días me encuentro simplemente observando a la gente por la calle, y también involucrándome más en mi vecindario en París, donde nunca estoy. Siempre estoy de gira y haciendo cosas. Recuerdo que cuando me mudé a París tenía un amigo que se cambió como dos años después que yo y en dos semanas conocía a más gente del vecindario que yo, porque nunca estoy en el mismo sitio y nunca hago hábitos en ningún lugar. Siento que ‘Saisons’ y la naturaleza son lo contrario de esto. Se trata de hábitos y del curso natural de las cosas, cosas que van y luego vuelven. Es lo contrario de mi vida. También mentalmente es bien agotador estar siempre de viaje. Por el simple hecho de que todos estamos destruyendo el planeta y yo también participo en cierto modo si voy cada vez más rápido.
Estoy de acuerdo, es una realidad a la que nos enfrentamos hoy en día. Y al igual que el mensaje de la película, vivir más rápido no es la solución.
CP: Por supuesto, creo que la parte más importante de ir despacio es cuidar de ti misma y de lo que te rodea. Ir rápido es muy agradable y tiene sus ventajas, pero no puedo seguir ese ritmo de estar corriendo todo el tiempo. No me sentiría bien haciendo eso toda mi vida. No es natural, va en contra de todo lo que creo, que es ser feliz sin tener que demostrar que existo todo el tiempo o que tengo que hacer o producir cosas para ser alguien que existe. Este álbum, para mí, es como un intento de ir hacia ese camino. De hecho, lo estoy experimentando ahora mismo con este pequeño descanso. Incluso una semana es algo enorme para mí, porque es muy raro pasar de estar ocupada todo el tiempo a tener menos cosas que hacer. Estoy tratando de tranquilizarme. Observar a la gente ya es una actividad para mí [ríe].
Podemos aprender mucho de la observación y de la gente que nos rodea. Especialmente cuando estamos acostumbrados a vivir en una ciudad, como tú en París y nosotros aquí en Ciudad de México… Siento que pasan muchas cosas al mismo tiempo. Así que tomarse un momento para ver los pequeños detalles cuando estás en el metro o caminando por la calle es muy lindo.
CP: ¡Lo sé! Es demasiado lindo. Normalmente, cuando tengo prisa... Digo, sigo usando el metro y caminando por la calle, pero veo mi teléfono. Estoy en un estado mental en el que todo es tan rápido y ahora ya intento caminar y no mirar el celular. Me parece una tontería que ni siquiera me haya dado cuenta de que caminar y ver el teléfono es un poco intenso, pero todo el mundo lo hace. Cruzamos las calles y estamos mirando la pantalla, es muy peligroso. Intentar no mirar el celular mientras camino ¡es un primer paso! [ríe].
Tenemos que deshacernos de ese hábito [ríe], pero poco a poco. Por nuestra salud mental y física. Quisiera cambiar un poco de tema y regresar a las estaciones porque ayer volví a ver las películas que has publicado para el álbum. Creo que cada vez que las veo me doy cuenta de más detalles. ¿Tienes alguna favorita?
CP: Hasta el momento hemos publicado tres: otoño, invierno y primavera. Creo que la de primavera es la más especial para mí porque tenemos a Gabriella Papadakis... Es una patinadora sobre hielo increíble y muy inspiradora. Tenemos casi la misma edad, 27 años más o menos, y ha sido cinco veces campeona olímpica. Tener a otra persona creando, patinando y bailando en la película era el objetivo principal de este proyecto. Como has dicho, para mí no ser el personaje principal todo el tiempo y poder hacer esto fue muy agradable. Me dio otras ideas. Yo estaba como: “Dios mío, deberíamos hacer un programa en el que la banda sonora fueran solo las estaciones y hacer más cosas”. Porque la música tiene menos letra y más espacio, más partes instrumentales. Eso inspira para crear cosas en otros medios y otras formas de arte, lo que es un poco más difícil cuando haces canciones tradicionales en las que tienes la letra y no hay tanto espacio. Pero en este álbum a veces hay como tres minutos de cuerdas sonando y ninguna voz. Creo que era la combinación perfecta. Me encanta la idea de mezclar distintos géneros y medios para hacer arte.
¡Sí! Me emocioné mucho cuando vi a Gabriella y a Cizeron patinando en los Juegos Olímpicos, así que fue una hermosa sorpresa verla en tu película. En cuanto a la realización, creo que hiciste un trabajo increíble con tu equipo, con cada estación sentí algo diferente. También quiero hablar del otoño, porque fue aterrador y triste, y hubo momentos para varias emociones. ¿Cómo fue trabajar con Hugo Pillard? Fue el director de la película de esa estación, ¿verdad?
CP: Básicamente es mi mejor amigo, así que estamos acostumbrados a trabajar juntos. Para la parte de otoño, le dije que solo hiciera la película de terror de sus sueños. Le encanta ese género. Básicamente, el otoño es la estación de los muertos y de la muerte de la naturaleza, es algo que me fascina, y hay una gran parte de mi proyecto que es más oscura y gótica. Me encanta vestirme como integrante de la Familia Addams [ríe]. Pero sí, para cada persona que participó en este proyecto, tanto MALVINA, como Aaron o Flavien, Hugo o Nina (mi amiga que hizo las otras películas conmigo)... Cualquier participante en este proyecto tenía una enorme libertad sobre lo que quería hacer. Para mí, lo bonito de colaborar es dejar que la gente se exprese y también elegí a personas en las que confiaba y a las que admiraba. Le dije a Hugo: “Tienes nueve minutos, haz la película de terror DIY de tus sueños”.
¿Tuviste un papel importante como co-directora en el proceso de alguna manera? Por ejemplo, que hayas trabajado las ideas con Nina y Hugo. ¿Tuviste inspiraciones específicas en películas o directores?
CP: Siento que hay muchos temas, pero es curioso porque al principio de ‘Saisons’ me inspiraban más las tarjetas de felicitación... tarjetas de felicitación vintage que dicen “¡Feliz Pascua!” o “¡Feliz Año Nuevo!”... cosas así. Son muy lindas y tienen gatitos o niños pequeños jugando en la nieve, conejos en verano para Pascua... Así que me encanta la idea cliché de las estaciones del año y cómo hacen sentir a todo el mundo, todos saben lo que pasa. Para mí es como el amor, todo el mundo sabe lo que es, pero cada uno tiene su propia percepción de él.
Quería que fuera un poco cliché, así que el principio de cada parte de la película es muy limpio y parece casi un anuncio. Para la segunda parte, con las cuerdas y donde la música se desarrolla más, quería que fuera más experimental y como un tipo documental. No tengo ninguna inspiración específica en mente, pero me encanta el anime y el cine experimental. Me encantan las viejas películas raras de los años 70 y 80, por ejemplo “Bedknobs and Broomsticks”, trata de una bruja... es como el estilo de Mary Poppins. La parte de verano de la película aún no se ha estrenado, pero hay una gran inspiración en Mary Poppins, así que... sí. Las viejas películas de los años 70 con mujeres muy femeninas y con grandes vestidos, pero también las extrañas películas de terror son una gran inspiración. Bong Joon-ho también. Me gustan tantas cosas diferentes, pero creo que Hugo sería mejor que yo para hablar de influencias específicas. Yo soy la que escribe las historias, y él es más específico en cuanto a la imagen.
Así es como volvemos a darnos cuenta de la importancia de la colaboración. Y la fusión de las ideas y pensamientos. Hemos hablado de otoño y primavera, pero quería preguntarte también por la parte del invierno: “carte de noël”. Recuerdo la Navidad cuando era niña como un momento muy feliz y ahora siento mucha nostalgia al volver al pasado. ¿Tienes algún recuerdo favorito de la pequeña Claire en Navidad?
CP: ¡Sí! Nací en Lyon, que es la segunda o tercera ciudad más grande de Francia. En realidad está peleada con Marsella, así que no sé cuál de las dos es más grande [ríe]... Pero yo nací en los suburbios de Lyon, así que cuando era niña en Navidad poníamos los regalos bajo un árbol afuera en la nieve, era muy especial porque era realmente mágico. Pero no volvió a ocurrir [ríe], porque el clima cambió. Lo recuerdo con un sentimiento de alegría y como algo muy hermoso. También por eso me gusta tanto Québec, está muy nevado y eso me tranquiliza... Siento que cuando Québec deje de tener nieve será el fin del mundo, la nieve está desapareciendo. Así que eso está relacionado con mi recuerdo favorito de salir a la calle y abrir los regalos bajo el árbol de navidad.
¿Tenías algún regalo favorito?
CP: ¡Oh! En mi familia estábamos muy consentidos, me daban muchos regalos [ríe]. Cuando tenía unos 18-19 años... ya no era una niña, pero pedí algo durante años, así que no sé por qué mis padres decidieron regalarme una máquina de algodón de azúcar. Les dije: “Llevo queriendo esto desde que tenía 11”. Me la regalaron y ya ni siquiera vivía con ellos, estaba en París. Volví a París con mi máquina de algodón de azúcar, una muy pequeña. Y es tan gracioso porque ahora está en mi sótano y nunca la uso. Pero durante una década estuve obsesionada con ella porque realmente la quería.
Estaba a punto de preguntarte si todavía hacías algodón de azúcar con ella.
CP: No, la usé durante unos tres años y luego pensé: “¿Qué diablos estoy haciendo con una máquina de algodón de azúcar? Es tan raro” [ríe].
Gracias por hablarnos sobre todas las estaciones, el proceso de este nuevo álbum y tus recuerdos tan especiales. Nuevamente, qué emoción tenerte por primera vez en la Ciudad de México en unos días. ¿Hay alguna sorpresa para el público? ¿Deben prepararse de alguna manera antes del show?
CP: Desgraciadamente no habrá banda, pero es una forma de presentar mis canciones que tanto amo. Llevo haciendo esto toda mi vida... Sí, he estado en una banda unos tres años, pero antes estaba sola en el escenario. Cuando viajo me encanta volver a esta fórmula que es realmente sencilla. Canto las canciones tal y como las escribo, así es más íntimo, hay más improvisación y libertad. Y además... ¡traduje una de mis canciones al español!
¡Wow! Qué bonito, no diremos cuál para que sea sorpresa [ríe]. El Lunario es un espacio que se presta para tener este acercamiento y algo más íntimo. Mucha suerte en tu visita a México y Colombia.
CP: ¡Qué cool! Estoy muy emocionada, no puedo esperar. Nos vemos muy pronto. ¡Muchas gracias!
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