Entrevista con Panchiko
- Blues Araiza
- hace 4 días
- 11 Min. de lectura

Formada en Nottingham (UK) a finales de los años noventa, Panchiko es uno de esos milagros contemporáneos traídos a la vida, una vez más, gracias al poder del internet. En 2016, una copia física deteriorada de su (hasta entonces) único EP, ‘D>E>A>T>H>M>E>T>A>L’ (2000), fue encontrada en una tienda de segunda mano y subida a foros como 4chan. En donde su sonido melancólico y experimental a partes iguales, terminó atrapando a miles de escuchas. La banda, que había estado inactiva desde hacía años, fue rastreada por fans y volvió a reunirse con una audiencia global por demás inesperada.
Desde entonces, Owain Davies (guitarra, voz), Andy Wright (guitarra), Shaun Ferreday (bajo), Robert Harris (guitarra) y John Schofield (batería) han retomado el proyecto entre la ironía y nostalgia llevada a más y una gran bocanada de aire fresco vía ‘Ginkgo’ (2025), su más reciente LP.
En esta entrevista para Vibras, conversamos con Davies y Wright sobre el nuevo material, su renovada relación con el público, la experiencia de volver sobre escenarios, la sensibilidad del presente y el impacto de un hiatus de más de dos décadas en su manera de vivir el arte.
¡Hey, Panchiko! Me emociona poder conversar con ustedes, sobre todo después de esa gran pausa interrumpida por lo digital. Tras todo ese tiempo creando juntos me gustaría saber ¿cómo ha cambiado su aproximación a lo musical con el paso de los años?
OD: Creo que siempre he amado la música. Siento que sigo siendo tan apasionado por ella como cuando era adolescente. Si una banda o un artista me gustaba mucho, me obsesionaba con escuchar todo lo que habían hecho. Ahora con iTunes o Spotify puedes escuchar casi todo, salvo algunas rarezas. Y siempre fui así, incluso cuando no estaba tocando. Creo que antes era bastante más obsesivo, muy quisquilloso y con opiniones muy marcadas. Ahora que estamos de vuelta tocando, pienso diferente. Hacer música es algo difícil. Así que soy mucho más abierto, menos crítico con el trabajo de los demás. Es difícil tocar, exponerte, escribir una canción… y luego que la gente diga si le gusta o no. Creo que eso definitivamente cambió en mí desde que retomamos Panchiko. Me hace ser más amable con lo que hacen otros, no sé… ¿Tú cómo lo ves, Andy?
AW: Bueno, a mí me encanta la música, claro. Pero también me interesan mucho los aspectos técnicos. Con los años eso se ha convertido en una especie de extraña obsesión personal. En cuanto a lo que escucho, siempre he sido bastante abierto, aunque a veces me quedo estancado en mis patrones de escucha. Escucho las mismas bandas y canciones una y otra vez. Regresar ha sido una experiencia que me ha abierto los oídos —y también los ojos— a nuevos proyectos. Hemos tenido la suerte de que muchos fans nos recomiendan cosas todo el tiempo, nos dicen: “Escuchen esta banda”, “chequen esto”. Y si estamos tocando en festivales o de gira, siempre hay bandas nuevas por descubrir. Ha sido increíble. Me hace sentir culturalmente conectado de nuevo, ya no escucho solo a The Beatles, ¿sabes? Hay un montón de cosas nuevas allá afuera.
OD: Sí, y creo que estar de nuevo en una banda te hace interesarte más por lo que le gusta a los demás. Escuchar sus recomendaciones, aunque no sea lo que sueles oír, te ayuda a entenderlos mejor. Eso es algo muy lindo.
Entiendo que pasaron todo este tiempo viviendo como el resto de mortales a su alrededor: una casa, familia, trabajos estándar, etc. Ahora que tienen escenarios y estudios para contrastar, ¿cómo se sienten respecto a esa gran parte de sus vidas fuera de lo musical?
OD: Es interesante que menciones el tema de lo cotidiano, como si dijeras que mientras hacíamos otras cosas tal vez no estábamos haciendo lo que realmente queríamos hacer… no sé. Mi trabajo anterior como maestro fue muy importante para mí, me alegra mucho haberlo hecho. Me alegra haber conocido a tanta gente, porque a veces camino por la calle y me topo con algún exalumno, y cuando me dicen que los ayudé de cualquier manera… eso es algo increíble. Disfruté mucho esa etapa y la valoro. Creo que hacer cosas “normales” te ayuda a apreciar lo que tienes ahora, y a no frustrarte por detalles pequeños. Te das cuenta de que hacer esto —que la gente quiera escuchar tu música— es algo muy raro, un verdadero privilegio. Así que, sí, me alegra haber tenido una vida fuera de esto. Porque, como hemos dicho antes, si hubiera recibido toda esta atención cuando era joven, probablemente habría sido un engreído… bueno, quizá lo soy ahora [ríe].
AW: Se habría vuelto insoportable [ríe]. A veces se siente como si el día a día fuera una especie de acto, y luego, cuando estás en el escenario, eso se vuelve la normalidad. Hacemos ambas cosas en igual medida ahora, así que a veces se mezclan un poco. Por ejemplo, mi hija me dice: “¿Dónde está mi rider? ¿Dónde está mi pago?”. Solo tiene tres años, pero ya espera que le den papas o bebidas o algo, como si estuviera de gira [ríe]. Así que sí, toda esa parte de la gira y la performance a veces se confunde con la vida cotidiana. Pero cuando regresamos a casa, todo vuelve a ser mundano… justo a tiempo para salir de gira otra vez.
¿No es extraño encontrarse con personas que los conocieron como personas comunes y ahora los ven como rockstars miembros de Panchiko?
OD: Un poco, el otro día caminaba por Nottingham y me topé con un exalumno. Fue amable conmigo. Me dijo que me había estado siguiendo (musicalmente hablando). Supongo que eso los hace sentir orgullosos y motivados, lo cual es algo muy bueno. Es interesante verlo.
AW: No estoy seguro de que seamos rockstars. Sinceramente, nunca admitiríamos que somos algo más que… un grupo de perdedores [ríe]. Nuestros amigos son bastante buenos para mantenernos con los pies en la tierra, así que eso nos viene bien.

¿Cómo dirían que todas estas experiencias (la primera etapa de Panchiko, la pausa, el redescubrimiento por internet y el regreso reciente) han influido en su manera de hacer música en 2025? Hablando específicamente del nuevo álbum, ‘Ginkgo’.
AW: Creo que Panchiko se ha vuelto una parte completamente absorbente de mi vida. Básicamente, eso es todo lo que hago ahora: "Panchikear". Cada pregunta, cada llamada, cada pensamiento gira en torno a la banda. Sorprendentemente, paso muy poco tiempo escribiendo canciones porque siempre hay mil correos, cosas que organizar… Aún así, la forma en la que escribimos ha evolucionado bastante bien para adaptarse a nuestras vidas normales. En cuanto al proceso, creo que la principal diferencia es el tiempo. Aunque no tengamos mucho, es más del que teníamos cuando éramos jóvenes y escribíamos ‘D>E>A>T>H>M>E>T>A>L’, por ejemplo. La vida se complica y, al final, sólo intentamos hacer lo mejor de ella.
OD: Creo que también las giras y todo lo que vivimos, el hecho de viajar y conocer a gente genial, ha influido mucho en la música y los temas que tratamos. A veces componemos un poco en la carretera, o simplemente absorbemos lo que está pasando a nuestro alrededor. Disfrutar lo más que podamos y poner eso en la música: expresar algo que viste, sentiste o notaste. Intentamos no inventar cosas solo por escribir, tiene que ser algo que realmente te haya tocado.
AW: Sí, además no quieres hacerlo demasiado obvio. Está bien dejar espacio para la imaginación. No es como que alguien quiera oír una canción sobre estar sentado en un autobús durante 10 horas. Así que está bueno poder tomarte el tiempo para procesar todo, filtrarlo y transformarlo en algo que quizá signifique algo diferente para alguien más. Es muy hermoso poder hacer eso.
Pensando en todas estas nuevas experiencias ¿cómo describirían su proceso creativo actualmente?
OD: Bueno, en este momento, y como tenemos un poco de tiempo libre, me siento a detallar algo durante 20 minutos y luego paso a otra, no sé... Hay este estado llamado flow, ¿no? Ese momento en el que estás tan metido en algo que el tiempo pasa volando. A veces, al crear cosas, he escuchado un consejo —no recuerdo bien dónde— que decía algo como: si te sientas a hacer algo y después de cinco minutos no está funcionando, o eres demasiado consciente del tiempo, tal vez sea mejor pasar a otra cosa. Pero si te das cuenta de que algo te está atrapando, entonces hay que aprovechar ese momento y clavarse. Aunque Andy diría que eso es imposible [risas].
AW: Ninguna canción ha salido en cinco minutos, o algo así, al menos para mí. A veces simplemente no es el día para escribir. Pero también hay un punto en el que me siento y me quedo mirando la guitarra hasta que salga algo, porque soy... muy terco. Si quiero sentarme aquí y escribir una canción, eso es exactamente lo que voy a hacer. No tiene que ser necesariamente una buena canción, pero para mí es importante —no para todos, pero sí para mí— hacer lo que me propuse. Si no lo hago, siento que algo quedó incompleto en mí ese día. Sí, claro. Incluso si es horrible, me alegra haber escrito unas letras que sé que no van a estar en la canción, porque son palabras que ya no tengo que escribir de nuevo. Es como un proceso de eliminación. Solo hay un número limitado de palabras en el mundo, así que... eventualmente las usaré todas. Y cuando tenga 70 años diré: “He terminado La Canción” [risas].
Una de mis líneas favoritas de todo el álbum está en “Shelled and Cooked”, dice algo como: “[...] Preferimos cerrar las contraventanas, bajar las persianas, que admitir que se nos está acabando el tiempo”. Parece apuntar a esa urgencia por aprovechar el día a día, que es, al mismo tiempo, una forma de situarse en el presente.
AW: Estás a nada de una pesadilla existencial [ríe].

Es el pan de cada día [ríe]. A lo que me refiero es, ustedes son adultos, han construido una vida y se encuentran en un punto muy específico de su carrera musical. ¿Todavía sienten esa ansiedad por el futuro?
OD: Bueno, uno nunca sabe lo que va a pasar. Creo que sólo podemos intentar hacer lo mejor que podamos y…
AW: Yo estoy muy ansioso por el futuro de Owain, el mío está bien [ríe]. No sé, algo terrible podría pasar, ten cuidado. Eso es todo lo que digo. No es una amenaza. Bueno, tal vez un poco [ríe]. Pero creo que cuando uno crece un poco, tal vez la ansiedad de la vida en general se estabiliza, o al menos te acostumbras a cierto nivel de ansiedad. Los temas existenciales siguen ahí, burbujeando en el fondo, pero uno los maneja como se puede, supongo. Hay ciertas inevitabilidades en el universo sobre las que realmente no puedes detenerte demasiado. Estoy bastante contento con cómo están las cosas.
OD: Supongo que cuando te haces mayor sólo tienes que seguir con las cosas. Tienes otras preocupaciones. Tal vez se trata más de aceptar la ansiedad y vivir con ella. No puedes cambiarla, así que... ¿qué vas a hacer? Solo seguir adelante e intentar vivir la mejor vida que puedas, con lo que tengas.
AW: Somos viejos. Hemos llegado hasta aquí, así que supongo que no lo hemos hecho tan mal. Seguiré haciendo lo mismo hasta que ya no pueda [ríe].
Una de las cosas a las que era escéptico, tras esta primera ola de atención que recibieron desde internet, era el después. ¿Qué iban a hacer con ese impulso? Pero, muy honestamente, ‘Ginkgo’ es buenísimo. Y lo disfruto no por quienes fueron ustedes hace 25 años o por el hype de nostalgia digital que los trajo de vuelta, sino por quienes son ahora. Gracias por seguir haciendo música.
AW: Muchas gracias, es muy cálido de tu parte.
OD: Sí, esas palabras son increíblemente amables... es alucinante. Perdón si sonamos sarcásticos o como si estuviéramos bromeando, pero realmente significa mucho para nosotros.
AW: Ya sabes, somos ingleses, todo el mundo allá vive del sarcasmo.
OD: A veces nos cuesta creer que haya personas que realmente sientan algo con esto. Nosotros sólo intentamos hacer la música que queremos hacer y ver qué pasa. Claro que tomamos referencias de todos, conocimos a muchísima gente en las giras, y eso lo valoramos profundamente. Y sí, sólo podemos hacer lo que está en nuestras manos. No podemos recrear el pasado, pero sí podemos dejarnos influenciar por él o reaccionar a lo que sucede a nuestro alrededor para crear algo nuevo.
AW: Mucha gente ha dicho que el disco tiene mucha energía, y creo que eso se debe completamente al hecho de que la mayoría de nuestros fans son como veinte años más jóvenes que nosotros. Así que es como si tomáramos prestada un poco de esa energía y la usáramos para hacer canciones pop. Una suerte de simbiosis muy linda.
No son vampiros, ¿verdad?
AW: No, no… Iba a decir “vampiros”, pero pensé que podía sonar mal [ríe].
Pensando en este voltear atrás desde el ahora, ¿hubo algún punto en el que pensaran en… soltarlo todo? Hablo de renunciar no sólo a Panchiko, sino de alejarse por completo de lo que significa el arte.
OD: Antes hacía música simplemente porque me gustaba hacerla. Siempre pensé que tal vez eso me llevaría a algún lado, o algo así… Pero resultó que las cosas que hice cuando era adolescente —que creía que no eran viables— fueron las que más conectaron con la gente. No lo digo en un sentido negativo, era solo mi percepción: “Estas son maquetas hechas por adolescentes, quizás sean un poco ingenuas”… pero tal vez eso es precisamente lo que vale la pena de ellas.
AW: Creo que hay cierta inocencia en muchas de esas canciones, porque las escribimos sin saber ni siquiera cómo componer una canción. Y hay algo hermoso en encontrar o grabar algo tan… puro. Creo que eso es parte de lo que resuena con las personas. Pero nunca sentí que tenía que lamentar la pérdida de una carrera artística que no tuvimos. Siempre estuve bastante contento simplemente escribiendo canciones y haciendo lo que sea. Creo que en el momento en que empiezas a esperar algo de la industria musical —o de la música misma— más allá de tu propia satisfacción, es cuando te pierdes. Al final del día, uno sólo necesita escribir una canción pop para uno mismo, ¿no? Y si a otras personas les gusta, entonces eso es maravilloso.
¿Cuáles dirían que son sueños post-adolescentes hoy en día?
OD: Recuerdo que cuando era más joven soñaba con tener un gigantesco amplificador Marshall vintage. Pensaba: “algún día podré tener uno realmente grande y bueno”. Pero ahora pienso: ¿para qué querría comprar un amplificador enorme? Hoy en día no compramos amplificadores gigantes, basta con que suenen bien, eso es genial para mí. Cumplimos ciertos sueños, y supongo que ahora el sueño es disfrutar, vivir la vida.
AW: Estar tan vivos como sea posible. Estar en nuestra situación es el sueño de muchas personas, ¿no? Así que no quiero decir nada más. Mi realidad está absolutamente bien. Bueno, podría pedir que el volumen de mi hija pequeña bajara tres o cuatro niveles… pero fuera de eso, no podría pedir más.
Me alegra escuchar eso, y me alegraría aún más escucharlo sobre escenarios nacionales. ¿Tienen algún plan cercano para la Ciudad de México?
OD: Hemos recibido muchísimo apoyo de la gente en México desde el primer día en que supimos que nos escuchaban allá. Ha sido increíble. Incluso hay quienes han viajado cuando tocamos en Estados Unidos solo para vernos. Este año estaremos en el Festival Hipnosis. Será muy lindo estar allá. Les agradecemos mucho por apoyarnos, por escucharnos y por irnos a ver en noviembre. Pasaremos un buen rato juntos.

Suena prometedor, ¿qué hay del futuro cercano para Panchiko?
AW: Quiero hacer otro álbum. Voy a hacer otro.
OD: Sí, un álbum, ¿por qué no?
AW: Si la gente está de acuerdo, podemos hacerlo. Sólo necesitamos un poco de tiempo para recargarnos. Pero hay muchos planes de gira. Vamos a hacer algunos shows en Asia, tal vez en Japón, Corea del Sur y en muchos lugares por allá. Eso también está en camino. El próximo año va a estar bastante movido. Eso nos mantendrá ocupados. Ese es el plan.
Me alegra saber que tendremos Panchiko por un muy buen rato más. Ha sido genial poder conversar con ustedes muchachos ¿algo más que les gustaría compartir para Vibras?
AW: Sólo un: “gracias”. Gracias por tomarte el tiempo de platicar con nosotros. ¡Nos vemos pronto!