NRMAL 2020
Fotos: Alan Cortes | @alancortest / David Barajas | @daviddbarajas
«Lo más fresco del underground», es el lema con el que se ha hecho fuerza el festival Nrmal desde su primera edición en 2010 desde Monterrey.
Ahora, luego de 10 ediciones, este lema se hizo mas presente, pues después de una ardua demora, el Festival NRMAL nos presentó un line up con nombres poco complacedores para el público. Además, Flying Lotus, principal y primer artista confirmado del cartel, canceló su presentación un día antes. Esto evidentemente tuvo muy descontentos a los asistentes, quienes lanzaron cientos de comentarios negativos.
Pero la fiesta debía continuar ¿no? Aunque el Festival NRMAL no haya complacido del todo a su público, eso no significaba que las propuestas musicales del cartel no fueran autenticas o interesantes. Al contrario, era momento de asistir y salir del Deportivo Lomas Altas con nuevas melodías en tus oídos.
De inicio tuvimos al talento nacional, la banda de doom metal Fumata dio inicio a este festival que apuntaba a ser un caos o se tuviese poca asistencia, pero no fue así, pues a mediodía y en pleno momento donde los rayos del sol nos derretían tuvimos un puñado de gente que no dudo ni un instante en acercarse al escenario para hacer headbanging mientras los riffs densos y potentes sonaban a máxima potencia.
Las personas comenzaban a llegar más y más, las primeras oleadas de baile se hicieron presentes con Jackie Mendoza y su dream pop psicodélico. La mexicoamericana puso sabor al momento con canciones como; “Mucho más”, “Seahorse”, “What I Need” y “Loco Flow”, en esta última hizo de su ukelele un caleidoscopio repleto de imaginación sonora.
Después el rock se hizo presente en NRMAL con Belafonte Sensacional, proyecto que paso de ser solista a toda una numerosa banda. Desde que subieron al escenario se sintió el apoyo y cariño del público, los gritos y la euforia era notable, pues no pasó mucho tiempo para que el slam amistoso se armara con “Valedor” y “Lo hice por el punk”, también fuimos participes de una versión muy ácida y agradable de “No bailes de caballito” de Mi Banda El Mexicano.
Esto apenas comenzaba, era tiempo de darle paso al ecuatoriano Mateo Kingman, quien nos puso en el mood mas tropical y nos llenó de energía pura desde el primer instante. El baile se hacia presente nuevamente entre los beats y los cantos íkaros de cada canción, era la oportunidad de dejarnos llevar y conectar con cada melodía de raíz latinoamericana. Temas como; “Tejidos”, “Lumina” y “Religar”, sonaron durante su presentación.
Mas tarde, la banda de californiana Wand, subió al escenario para contagiarnos con su garage rock las derivas espectrales y psicodélicas de sus riffs fuertes, mismas que retumbaron por todo el Deportivo Lomas Altas. Cory Hanson y compañía subieron los ánimos a tope, pues “White Cat”, “Flying Golem” y “Strange Inertia” nos llenaron de adrenalina.
La primera mitad del festival ya había pasado, la cantidad de asistentes ya era notable y se preparaban para los shows mas esperados del festival. Era tiempo de ver a la holandesa BEA1991, quien desafortunadamente no logró terminar su set por falta de tiempo, pues arrancó con una larga intro llena de sonidos introspectivos que eran complementados por una serie de visuales bastante curiosos. Lo poco que pudimos escuchar de su voz fue fenomenal, canciones como; “Did You Feel Me Slip Away?”, “My Own Heaven” y “Loser Wins” nos transportaron a un ambiente muy chill donde nos sentíamos sobre las nubes.
El atardecer fue perfecto para ver The Sea and Cake con sus melodías relajantes y precisas para disfrutar entre camaradas los últimos rayos del sol. La banda de post-rock oriunda de Chicago nos dio un paseo por toda su discografía y nos demostró por que después de 20 años siguen mostrando una conexión con el público, igualmente se vio reflejada la buena química que tiene todos los integrantes sobre el escenario. Logramos escuchar “Cover the Mountain”, “An In Echo” y “Coconut” a lo largo de su repertorio.
El flujo de gente ya era notable, lo que apuntaba a ser un festival con poca asistencia, en realidad ya era una fiesta eterna. Los beats volvieron en manos del alemán Olaf Bender, mejor conocido como Byetone, quien nos inyectó una buena dosis de techno minimalista que nos llevo sobre una odisea interminable de sonidos fuertes y precisos.
La noche cayó sobre nosotros y los últimos dos actos del día teníamos que gozarlos como nunca. Era turno de ver Bush Tetras, una mítica banda de post-punk con 40 años de trayectoria que vino a darle vigor a las mujeres de nuestro país. Canciones como; “Too Many Creep”, “Das Ah Ritos” y “Cowboys in Africa” fueron sonadas en esta velado, pero algo impresionante de su show fue que en un momento el audio se detuvo por fallas técnicas y estás increíbles chicas al mando de la banda no dejaron de tocar, demostraron que realmente aman lo que hacen y conservan las mismas ganas como en sus inicios.
Todo lo bueno tiene que terminar, era tiempo de ver a Juana Molina, una brillante cantautora argentina que fungió perfectamente como la headliner del Festival NRMAL. La mezcla entre lo experimental y lo punk de sus canciones era notable, “Un Día Punk” fue la primer canción con la que nos deleitó y pudimos escuchar su hipnotizante voz con la que puso el ambiente místico.
“Cara de Espejo” y “Sin dones” nos hicieron bailar como niños en la pradera a través de sus traviesas melodías. La armonía que nos dejo era inefable, era un momento dorado que parecía sacado de un anhelado sueño, “Auto Bicho” y “Un día” fueron las ultimas piezas que pudimos oír de Juana.
El festival terminó de la mejor manera, supieron superar las adversidades, aunque quizás no todos los asistentes quedaron contentos con que terminará ahí. NRMAL nos demostró que tenemos que abrirnos a escuchar nuevas propuestas musicales, a sentir y dejarnos llevar en ella.
Sobretodo, son el festival con mas presencia femenina en su cartel de todo el país, lo cual debería de ser muy remarcardo, pues es bien sabido que los grandes festivales siempre son encabezados por actos totalmente de integrantes masculinos.
Este año NRMAL supo manejar la situación, quizás sea el inicio de algo nuevo o solo fue un tropiezo en el camino, pero no lo sabremos hasta la siguiente.