‘Natural Affair’ de The Growlers
The Growlers, la banda que fundó el beach goth, está de vuelta con un nuevo disco en el que se permiten jugar con ritmos de pop, dance rock y sus ya tradicionales temáticas.
'Natural Affair', compone 12 canciones y fue lanzado bajo la firma de Beach Goth Records de la misma agrupación. Como primer track presenta una canción que da nombre al disco y fue promovida en sus redes sociales por bastante tiempo. En ella podemos encontrar tonadas pop que refrescan un poco la solidez sonora de la banda, pero no pierden la perspectiva oscura que tanto los ha caracterizado y que de forma tan natural logra Brooks Nielsen.
Como segunda entrega tenemos 'Long Hot Night (Halfway To Certain)', tema que retoma los ritmos goth de la banda, pero sigue en esa influencia pop que viaja hacia una noche de amor y bajas pasiones en donde la esperanza es la respuesta y el cielo nocturno el único testigo de una fortuna incierta.
‘Pulp of Youth’, la canción tres, es una melodía de beach goth y surf rock que se retaca de reflexiones y miramientos hacia una juventud y la vida de su gloria. Fue lanzada como sencillo para el nuevo álbum y en su formato para YouTube mostró a un niño jugando con un triciclo como el recurso visual que la banda suele utilizar para complementar sus canciones.
‘Social Man’, el siguiente track, nos aleja todavía más del sonido que la agrupación tenía hace unos años y se inclina al dance rock y funk para fluir con melodías que nos hacen mover las caderas, mientras la trae a memoria las decisiones hedonistas que en ocasiones tomamos como un escape que aleja el dolor de nuestra realidad.
‘Foghorn Town’, tema cinco, sigue descendiendo en esta espiral oscura y característica de Nielsen, pero con la particularidad anímica del beach goth que deja brillar su parte más ‘goth’ en tonos pastel y atmósferas de ensueño.
En su parte lírica, esta canción juega con la dualidad de lo bello y lo grotesco, con el miedo y la redención, y construye así una hermosa resiliencia sonora en la que su lado más glamuroso y natural -o sea el gótico- brilla sin cansarse. El tema además logra un enorme equilibrio sensorial que a la banda se le reconoce y felicita porque, entre esas ondas y bailes que suceden en la mente de Nielsen, hay lucidez y una grandilocuencia que calma el estadio mental de angustia y agonía.
Por lo que pareciera que entre tanto hastío y vertigo existe una luminiscente esperanza que ya no radica en polos absolutos, sino en una gran diversidad de posibilidades que pueden convertirse en sitios donde la felicidad y la armonía son posibles.
A manera de complemento me permitiré citar a Noisey para decir que ‘Foghorn Town’ es el tema en el que los reyes del beatch goth lo han logrado todo:
"A veces te sientes gótico, a veces no lo haces. En el fondo, todos sabemos que la vida es solo dolor y que solo hay negrura"...
... Dejando ir a ‘Foghorn Town’ llegamos a ‘Shadow Woman’, una canción donde el beach goth sigue siendo asombroso, pero detenta una melodía playera propia de la costa de California que se convierte en un escenario de gozadera y romance en el que ¡el reggae también existe! y, además, tiene una parte 'oscura' que enamora y nos lleva a olvidar las fronteras rítmicas con que limitábamos a una banda.
´Truly’, el siguiente track y uno de los mejores, rememora por fin las tan solicitadas melodías de sus primeros años y de paso nos integra a esa fusión del goth con otros géneros por allá del 2016, cuando esta mezcla sonora llevaba sintetizadores a cuestas y no sabría que se convertiría en pop goth music.
Este tema podría asemejarse ‘Living In A Memory’, de 'Hung At Heart' (2013), al hablar del desamor y el despecho como la forma más pura del dolor donde el goth reside, por lo que ubicándola dentro del disco como la continuación de una historia gestada entre ‘Natural Affair’, ‘Foghorn Town’ y ‘Shadow girl’ se transforma en un excelente contenido.
Rompiendo por completo con esta vorágine emocional llega ‘Tune Out’, una canción que nos levanta, nos sacude la cabeza y nos despierta del efecto causado por ‘Truly’.
Su letra nos habla de lo mismo; de una vuelta a la tranquilidad en la que solo importa seguir avanzando y fluir dentro de la armonía para conectarnos con la felicidad, la euforia y la simpleza, caminando junto a la música sin ninguna incertidumbre… “maybe is better to forgett".
Y para seguir olvidando llegamos a un tema setentero llamado ‘Coninstar’, el cual sigue el juego narrativo de Brooks, pero rompe abruptamente con los ritmos de los tracks anteriores. De este podemos decir que la armonía es buena, pero muy diferente al beach goth que habíamos conocido, pues si bien no es parecida al género de sus primeros años, lleva a los músicos a una madurez bien lograda y que llega justo a tiempo para sus 13 años de existencia.
En la letra tenemos un dejo autobiográfico de Brooks que nos habla de sus años como ‘city fountain cleaner’ en Los Ángeles, según lo cuenta Jessie Atkinson para Gigwise.
‘Stupid Things’, la siguiente canción, llega en la misma línea en la que el beach goth se tranforma en una especie de dance goth, o pop, y obedece los ritmos de reggae y de los setentas, siendo en ‘Try Hard Fool’, el tema 11, el lugar donde encontramos otra vez a The Growlers en su esencia pura, gótica y complicada con un dominio hermoso sobre sus capacidades musicales cultivadas a lo largo de los años.
En esta composición también tenemos a un Brooks tremendo que logra una fatalidad tan poderosa que requiere de los otros temas para no volverse mortal, además de que la sinceridad y confianza con la que este tema nos habla logra sobreponerse a los anteriores. Es la madurez musical de la banda consolidada en menos de cinco minutos de duración, y junto a esta, la del beach goth.
‘Die and Live Forever’, el tema con el que cierra el tan ansiado álbum, y en el que recayó el peso que nos permite emitir una opinión sobre el ‘Natural Affair’ y The Growlers, resulta una entrega que musicalmente nos pone en movimiento, pero puede confundirnos en sus primeros segundos por la ruptura que con ‘Try Hard Fool’ y todo lo que ello implica.
Aquí, aunque nos vemos en el cómodo sitio en el que la banda culminó sus otros discos, como el ‘Casual Acquaintances’ (2018) o ‘Chinese Fountain’ (2014), falta algo, por lo que son las temáticas universales -el amor y la eternidad- que se presentan en la letra las que nos dejan la esperanza de que los californianos sigan creando música nueva.
EN RESUMEN…
Desde el lanzamiento de Natural Affair invadiendo toda la social media era evidente que The Growlers había cambiado. Para algunos incluso su logotipo es similar al de The Strokes y el riesgo de que jamás regresen al sonido de sus primeros años, mucho.
Sin embargo, esta transformación no tendría por qué ser negativa o mala, sino que podría gestarse como una nueva faceta musical que, tal vez, era necesaria para la banda al hacerla girar hacia estilos musicales diferentes donde pueden expandirse de forma creativa.
La influencia de Casablancas es evidente, pero si consideramos las muestras biográficas que Brooks y los compositores nos dan en la parte lírica, entendemos que la transformación después de todo funciona y nos gusta.