top of page

Entrevista con Just Mustard


just-mustard-we-were-just-here-album-entrevista
Fotos: Conor James

Desde Dundalk, Irlanda, Just Mustard se ha consolidado como una de las bandas más innovadoras del noise pop y el shoegaze contemporáneo. Con una propuesta sonora que combina capas densas de guitarras, ritmos hipnóticos y voces etéreas, el grupo ha construido un universo emocional intenso y envolvente. Su álbum previo Heart Under explora la tristeza y vulnerabilidad, siendo una base a su proyecto que le antecedió.

 

Tuvimos la oportunidad de hablar con Katie Ball y David Noonan acerca de su nueva entrega y los nuevos temas que ponen sobre la mesa con este material. Además, nos adentramos al proceso de creación y producción del disco y sus aprendizajes estando de gira con otras bandas.

 

¿Cómo se sienten ahora que WE WERE JUST HERE ya está disponible en todos lados?

KB: Es como una especie de dupla de energía. Lo terminamos de grabar en octubre del año pasado, así que hemos estado con él por un tiempo. Es un poco extraño que esté ahí, ¿Sabes?

 

Comentaron que lo acabaron el año pasado y ya ha pasado bastante tiempo de eso. ¿Qué fue lo que tomó tanto en lanzarlo?

KB: La industria musical, supongo. Tiene su propia línea de tiempo.

 

Una línea bastante longeva. Ahora bien, tengo un par de preguntas y una es con respecto de un material pasado. En ‘Heart Under’ exploraron temas como el extrañar a alguien y la tristeza, pero ahora, esto se ha convertido en amor y la sensación de sentirte vivo. ¿qué les hizo tomar esta dirección creativa?

KB: Creo que en mi personalidad fue cómo me moví hacia allá después de experimentar un duelo. Te dices a ti mismo: ¿Qué tengo en mi vida que es bueno? Intento enfocarme en eso. Así que creo que terminó en mi escritura también, cómo me encontró. Y sí, creo que, musicalmente, fue lo que todos querían hacer también.

 

Tomando esto en cuenta ¿de dónde viene el nombre del álbum?

KB: Viene de la letra de la canción “We Were Just Here”. Simplemente, pensamos que sería un buen título para el álbum.

 

DN: Creo que, como título, tiene un significado diferente al de la letra dentro de la canción. Me pareció una buena elección porque, cuando sacas la frase de contexto, representa algo más amplio, algo que engloba a todo el equipo que hizo el álbum, al menos para mí. En fin, sentí que podría haber sido el título de cualquiera de las canciones. Es bastante pesado, pero al mismo tiempo se sentía como si pudiera ser el de todas las canciones, significando algo distinto para cada una de ellas. Así que, se sentía como un nombre maestro, algo que funcionaba.

 

En breve discutiremos algunas canciones. Musicalmente hablando, creo que este álbum tiene un método más tradicional, en términos de concepción, comparado a sus anteriores. Hay incluso más texturas, que recuerdan a cuando recién comenzaban con su carrera. ¿Qué nos pueden decir de su proceso creativo esta vez?

KB: Con estas canciones, si algo no estaba funcionando —por ejemplo, las voces—, como si una base instrumental no encajaba con la voz, o una melodía de guitarra, no lo forzábamos. Antes, en cambio, intentábamos adaptar las voces a las instrumentales. Y si una canción no funcionaba, la llevábamos a una guitarra acústica e intentábamos entender ahí la estructura, despojándola completamente hasta lo más básico. Luego la reconstruíamos a partir del núcleo de la canción, en lugar de hacerlo desde el tono o el estado de ánimo. Así era más o menos como trabajábamos antes.

DN: Creo que eso, incluso, se extendió a los instrumentos individuales. Siento que antes pasamos mucho tiempo probando cosas que al final no terminaron en las canciones definitivas. Dedicábamos mucho tiempo a intentar que las cosas funcionaran: teníamos una idea o dos ideas buenas, y tratábamos de hacerlas encajar juntas, aunque no funcionaran. Probamos muchas maneras de forzarlas y de cambiarlas para convertirlas en algo que funcionara, y al final no lo logramos. Siempre terminábamos volviendo a la idea simple que habíamos tenido al principio, o algo así.

Esta vez fuimos más conscientes de que, si algo no funciona, hay una razón por la que no lo hace. Y no intentar forzarlo a tomar otra forma. Simplemente, lo dejábamos ir y probábamos otra cosa, sin quedarnos obsesionados con una idea que pensábamos que era buena. Creo que fuimos más dispuestos a descartar cosas cuando no funcionaban, y eso también fue bueno para las instrumentales.  Sí, solo hubo unas pocas canciones en las que realmente nos quebramos la cabeza con ciertos detalles. Y, claro, si trabajas en algo durante mucho tiempo y al final consigues algo bueno, es un éxito. Pero la mayoría de las veces, lo más sencillo es lo mejor. 


just-mustard-we-were-just-here-album-entrevista
Portada: ‘WE WERE JUST HERE’ de Just Mustard

También noté que las letras estaban enfocadas a tener un punto de vista más optimista. ¿Fue difícil para ustedes lograr esto? Tomando en cuenta que a veces no es del todo fácil concentrarse en las cosas buenas.

KB: En este caso, usaba mi imaginación y me inspiraba en lugares físicos de alegría, como pistas de baile, carnavales, montañas rusas y cosas así. Intentaba escribir una canción desde ese lugar, pensando en cómo te sentirías si estuvieras ahí. Eso ayudó mucho.

 

DN: Creo que mucho de lo que dices sobre intentar escribir desde un lugar de optimismo, “intentar” es probablemente la palabra clave. En el sentido de que no se trata de hacer música mística ni nada por el estilo, sino del propio intento. Estoy jugando con las palabras, pero el acto de intentar es lo que constituye la escritura, sea lo que sea.

Y sí, como dices, hay muchas cosas negativas ocurriendo todo el tiempo, y aun así tratar de escribir desde el optimismo es la parte importante. Desde mi perspectiva, tanto por las letras de metal que escribí en el pasado como por mi experiencia dentro de la banda.

 

¿Hay alguna canción en particular que disfrutaste escribir?

KB: Creo que hubo un par de canciones que se armaban bastante rápido. “We Were Just Here” y “Endless Deathless” se hicieron muy deprisa, y fue muy emocionante hacerlas, porque era como: “Oh fácil, ya está”, casi terminadas desde el primer momento. También, recuerdo que escribir “SOMEWHERE” fue muy divertido. David y yo teníamos la intro y estábamos súper entusiasmados con el sonido de la guitarra y la batería. Yo estaba intentando encontrar una línea vocal y, creo, me fui a limpiar la cocina. Luego volví y dije: “¡Ya lo tengo!” Fue muy divertido y emocionante. Era de esos momentos en los que podríamos haber escuchado ese loop de diez segundos todo el día y habríamos estado de excelente humor. Fue un sentimiento de euforia de composición en los que simplemente dices: “Sí, lo logramos”.

Hablando de líneas vocales, el trabajo que Katie hace en este disco es impresionante. Se sentía como una mezcla entre dream-pop y shoegaze. ¿Consideras que fue un reto lograr rangos tan altos?

KB: Era algo que definitivamente quería hacer, es decir, tener más variedad de sonidos y de voces, y un mayor rango a lo largo de todo el disco. En directo es más complicado, porque muchas de las canciones son muy suaves, pero sí. Creo que, cuando estábamos escribiéndolas, pensaba cosas como: “¿Qué no he hecho todavía?”. Al escribir las voces, me guiaba por esa idea, en lugar de intentar hacer algo parecido entre unas canciones y otras. La verdad, fue divertido explorar y ocupar más espacio del habitual.

También mirábamos una canción y pensábamos: “Aquí el bajo ocupa mucho, las guitarras se quedan en los medios”, y entonces yo decía: “Bien, pues yo me voy bien arriba”. Era una forma de intentar rellenar las frecuencias y equilibrar el sonido de ese modo.


En general, ¿están satisfechos con el producto final? ¿o les hubiera gustado cambiar algo? 

KB: Definitivamente estoy más satisfecha ahora que con los discos anteriores. Siento que nos tomamos el tiempo necesario para dejarlo tal y como es. Tal vez haya un par de cosas que volvería a mirar o ajustaría, pero, en general, estoy bastante contenta.

 

DN: Al final, cuando haces un disco, siempre puedes elegir estar insatisfecho si quieres. Siempre puedes mirar el resultado desde esa lente de “¿Qué podría haber hecho mejor?, ¿Qué podría haber sido distinto?”. Y creo que yo tiendo a pensar así más veces de las que me gustaría. Por eso he tenido que aprender a aceptar que, pase lo que pase, mientras hayas dado todo de ti o hayas intentado hacer lo mejor posible en ese momento, no tiene mucho sentido mirar atrás y pensar: “Esto podría haber sido mejor”. También, podría haber sido peor. Simplemente, fue lo mejor que pudimos hacer en ese momento. Y hay un nivel de satisfacción bastante grande que viene de saber que realmente pusiste todo en ello.

Es, en cierto modo, la única forma que tengo de apagar esa autocrítica constante: asegurarme de haber hecho lo mejor posible en ese momento. Y siento que eso es lo que hicimos. Sin duda lo habríamos hecho de otra manera si hubiera sido en otro momento de nuestras vidas, pero así son las cosas. Quizá no tenga mucho sentido decirlo, pero así es como me siento al respecto.

Ahora, adentrémonos en las canciones. El primer sencillo que sacaron fue “POLLYANA”. ¿Por qué tomaron la decisión de que esta fuera el primer vistazo del álbum?

KB: Era bastante diferente a lo que habíamos publicado antes, y eso fue lo que me entusiasmó de lanzarla primero. Pensé que las letras funcionan como una buena introducción a de qué trata el álbum, así que me pareció una buena elección.

DN: Sí, estoy de acuerdo. También fue importante el hecho de que fuera la primera canción del disco. Se sentía como lo correcto. En parte por la misma razón por la que es el tema de apertura del álbum: es la introducción, como la primera página de un libro. Es lo que te sitúa, lo que te mete en el mundo del material. Es el primer paso dentro del universo del disco, así que tenía sentido.

Anteriormente comentamos sobre la canción que nombró al álbum. Cuéntennos más acerca de esta.

DN: Iba a decir que, por lo que recuerdo, el origen es un poco curioso. Según mi memoria, fue una concepción bastante graciosa, porque creo que Katie ya tenía una canción escrita con esa letra.

KB: Yo tenía una canción escrita, pero estaba en una tonalidad completamente distinta y con una vibra totalmente diferente. Aun así, siempre me gustó la melodía vocal. Luego tú tenías tu parte de guitarra, ese arpegio, y Mette tenía ese sonido sostenido, más dron. Estábamos intentando hacer una canción a partir de tu parte o de la parte de Mette, y en un momento fue como: “¿Y si simplemente las juntamos?”.

Y entonces improvisamos sobre eso y yo probé un par de cosas distintas alrededor. Luego intenté con la melodía vocal de la otra canción que había estado escribiendo y fue como: “Ah, esto es”. Creo que después David y yo nos llevamos la canción a casa y organizamos la estructura vocal y la progresión de acordes. Luego, la terminamos de arreglar con toda la banda.

DN: Es una especie de híbrido. Hubo partes que surgieron de sólo estar tocando sin un objetivo —el bajo, el movimiento rock, la batería—, pero al mismo tiempo eran como tres ideas completamente separadas que se unieron a través de la improvisación. Y lo bonito es que ninguna de las otras canciones del álbum se armó de esa manera. Fue algo muy orgánico.

just-mustard-we-were-just-here-album-entrevista

¿Y si no me equivocó fue la esta misma la que salió en una serie de Netflix, cierto? ¿Cómo pasó esto?

KB: Sí, lo fue. Supongo que nos lo pidieron. Alguien que trabaja con nosotros nos preguntó si estaría bien que la canción apareciera en la película y dijimos que sí.

 

DN: La verdad es que lo único que sabemos es que alguien del equipo de la película estaba trabajando en ella. No podemos decir con certeza si era un productor, el director o quizá el supervisor musical, pero uno de ellos se enganchó con la canción bastante pronto, en una etapa muy temprana del proceso. Desde entonces dijeron que querían que estuviera al final de la película, lo cual fue genial.

Es muy bonito que pase algo así. Fue muy especial ver nuestra música utilizada en un contexto diferente y sentirla de otra manera. Fue algo extraño, pero en el buen sentido. Resultó un poco raro ver algo tuyo reinterpretada para otra cosa, como si tuviera una representación distinta o una nueva vida.

A veces estamos acostumbrados a ver música en la televisión, en canales como MTV, pero el hecho de que su canción haya aparecido en una serie de Netflix tiene otro nivel de reconocimiento. Así que felicidades por eso. Pasemos a otra canción, “Endless Deathless”. Según Apple Music, es una de las más populares. Entonces, cuando la estaban creando, ¿sentían que iba a convertirse en un éxito?

KB: Definitivamente sentíamos algo. Estábamos todos muy emocionados mientras la escribíamos. Creo que, en ese momento, era la canción que más nos gustaba de todas las que habíamos hecho hasta entonces. Desde que empezamos a improvisar, estábamos muy entusiasmados.

DN: Y no tuvimos que trabajarla demasiado. Eso suele ser buena señal. Simplemente, la escribimos, pasó casi sola, y recuerdo pensar: “Sí, esto está bien”. Es curioso, porque muchas veces cuando estás intentando escribir música y, después de un montón de ideas malas, por fin aparece algo que suena bien, te da casi miedo decir: “Esto es bueno”. No es que pienses que sea malo, pero nadie quiere emocionarse demasiado y decir “esto es increíble”. Sobre todo, porque lo dudas, como si no terminaras de creer que realmente has dado con algo bueno.

Me ha pasado también trabajando con otras personas. No quieres decir: “Esto es lo mejor que hemos hecho”, sino más bien: “Sí, está bien, dejémoslo así”. No toquemos esto, no lo estropeemos. Y fue un poco eso. Sentimos que estaba bien tal y como era y decidimos dejarla en paz, no sobre trabajarla. Puedes arruinar una canción si la fuerzas demasiado, y éramos muy conscientes de eso. De hecho, prácticamente no hicimos nada más. Básicamente la sacamos casi en el momento. Obviamente, Katie trabajó mucho más las letras después, pero la batería y casi todas las partes surgieron en un solo instante, en el espacio de cinco o diez minutos.

Creo que lo único que se añadió después fue el puente, la parte del medio, y las voces del estribillo llegaron bastante más tarde. Estuvimos un tiempo intentando dar con ellas. Era ese tipo de proceso en el que sabes que te encanta la canción, pero sientes que aún falta encontrar la pieza justa para cerrarla. Y eso se fue cocinando a fuego lento durante un par de meses, hasta que finalmente llegó.

Creo que es una gran canción. Recuerdo que la primera vez que la escuché fue viendo su Instagram, ya sabes, cuando agregan fragmentos de sonido a las publicaciones. De repente, empezó a sonar la canción y pensé que era bastante buena, naturalmente. Me bastaron cinco segundos para pensarlo. Por otro lado, quería preguntarles si hubo canciones que no llegaron a entrar en el disco y, de ser así, si considerarían retomarlas para trabajarlas y quizá publicarlas en un próximo álbum.

KB: Creo que hubo un par. Recuerdo que en ‘Heart Under’ había una canción que no entró en el disco. Y, ya sabes, siempre hablábamos de arrastrarla al siguiente álbum, pero al final nunca lo hicimos. Probablemente pasaría lo mismo otra vez. Piensas que la vas a retomar, pero si no entró, posiblemente no era lo suficientemente buena como para formar parte en otro. Esa sería mi forma de verlo: simplemente dejarla donde está.

DN: Hay una canción que escribimos y que sí me gustaría terminar. Creo que la descartamos solo porque todavía no teníamos claro qué queríamos hacer con el álbum y no encajaba. Luego sí entendimos el rumbo del disco, pero aun así no coincidía con el ánimo del material. Esa es una a la que sí volvería, aunque en realidad ya está grabada, así que lo único que habría que hacer sería terminarla si quisiéramos publicarla como un Side B o algo así.

Pero coincido con Katie: no creo que debas arrastrar canciones completas a otro álbum. Si haces un nuevo disco, tiene que partir de un lugar nuevo. Si no, se siente como si estuvieras usando tus lados B para construir el siguiente, y eso da la sensación de ir hacia atrás. Es como si las canciones que no pasaron el corte la vez anterior se convirtieran ahora en el nuevo estándar, y eso no termina de cuadrar.

Dicho eso, a veces sí sobreviven ideas sueltas. Quizá una línea de bajo, o una melodía vocal. Nos ha pasado antes: escribimos una canción, no la terminamos o la descartamos, y luego una idea de esa canción reaparece más adelante en otra distinta. Eso sí puede funcionar. Pero no diría que las canciones completas tal y como están. Tienen que desarmarse en partes, descartarse y reutilizarse por separado. Esa es mi opinión.


 

Pasemos a la segunda parte de la entrevista. ¿qué aspectos toman en consideración cuando suben al escenario y dan un show?

DN: Lo primero es asegurarnos de ensayar todo lo que podamos, como cualquier banda. Llevar las canciones al directo, tocarlas lo más fieles posible a como son en el disco. Pero, además, también intentamos inyectar algo distinto. Trabajamos mucho las dinámicas en vivo y, a veces, llevamos algunos sonidos a extremos más marcados, introduciendo un poco de caos de vez en cuando. En general, como banda solemos tocar entre los cinco todo lo que está en el disco. No hay nada en directo que no podamos recrear tal cual como está grabado. No es que hagamos una “versión en vivo” diferente de las canciones, son más o menos lo que son desde el principio.

También, estamos pensando en subir un poco el nivel de lo visual y tratar de crear algo nuevo y emocionante para el público. Queremos que el show sea algo más integral, que toda la producción funcione como un conjunto autosuficiente, que podamos repetir cada noche, pero que al mismo tiempo se adapte a cada sala en la que tocamos. Algo que interactúe con el espacio, pero que siga siendo replicable. Estamos dándole vueltas a cómo lograr eso.

KB: Creo que, con el nuevo álbum, también hemos estado muy centrados en tener en cuenta la suavidad de las voces y en cómo hacer que atraviesen la aspereza de las guitarras. Hemos trabajado mucho en encontrar ese equilibrio.

Tengo dos preguntas más. Han estado de gira con distintos artistas en los últimos meses. ¿Usualmente, aprenden cosas de otros músicos cuando salen de gira con ellos?

KB: Diría que con Fontaines D.C. fue especialmente interesante porque nuestra primera gira por el Reino Unido la hicimos con ellos, al igual que la europea y la de Estados Unidos. Así que definitivamente aprendimos mucho de esos chicos en concreto. No sabría decir con exactitud qué, pero seguramente hay cosas que sé ahora gracias a ellos, aunque no sea plenamente consciente. En cambio, con Depeche Mode solo tocamos en un concierto en Dublín, así que realmente no hubo mucho tiempo para aprender nada.

DN: En general, en cuanto a aprender como músico, los conciertos en vivo son probablemente lo más inmediato, al menos para mí, a la hora de hacer música. Verla en vivo tiene un impacto enorme. Cada vez que voy a un concierto, me voy con más ganas de hacer música. Ver a cualquier banda en vivo suele provocar eso: te entusiasmas con cosas distintas.

La diferencia, cuando además estás de gira con una banda durante mucho tiempo —como nos pasó con Fontaines D.C.—, es que no solo te inspiras viéndolos tocar, sino que también empiezas a entender la mecánica de cómo hacen lo que hacen cada noche. Ves cómo cambian pequeñas cosas, cómo influyen las salas, cómo las sutilezas del espacio modifican la música y la actuación. Es curioso, porque es lo mismo cada noche, pero al mismo tiempo es diferente cada noche.

Eso, al menos a mí, me dio mucha más perspectiva sobre lo que significa tocar música en vivo: poder observar toda una gira de una banda. Es una experiencia más amplia. Para tener algo así, tendrías que seguir a una banda durante todo un verano. Y la única forma real de vivirlo es siendo banda telonera, no yendo solo a un concierto puntual.

No sé si todo esto tiene mucho sentido, pero creo que es algo muy valioso. Al final, cada vez que ves a una banda, siempre hay algo que te influye o te inspira. Incluso si no es una música que te encante, siempre hay algún momento del show que te hace pensar: “Esto es realmente genial”, o algo concreto de cómo se adaptan o construyen la actuación que te llama la atención.

Para terminar esta entrevista, tengo una pregunta divertida. Si pudieran crear el cartel de un festival, ¿quién sería el headliner de cartel?

KB: Creo que uno de los mejores conciertos en los que he estado fue Portishead en el Electric Picnic, en 2014 o quizá 2015. Me encantaría volver a verlos, así que ellos serían una gran opción.

DN: También pondría a Tribe Called Quest, Alanis Morissette, My Bloody Valentine y Aphex Twin. Ese sería mi festival, mi noche de viernes ideal.

 


 
 
Facebook I Vibras Vol. 18.1.png

LEE NUESTRA REVISTA DIGITAL

bottom of page