Entrevista con Hinds
Hinds regresó tras el anuncio de una transformación inminente. Se convirtió en la incertidumbre de volver a comenzar tras diez años de trayectoria, una metamorfosis que brilla en ‘VIVA HINDS’, un álbum que remonta a las fantasías y2k con la pasión del grunge y el enojo positivo de la escena neoyorquina. Como un homenaje a todo lo que han sido y lo que serán, nace este trabajo de estudio que conecta, en un punto, el pasado y el futuro del dúo español.
Así llegamos al lanzamiento esperado de nueva música, con la energía del verano y la imaginación girly, nos llevan al extremo en tonos baby blue, con uno de los trabajos más evolutivos de la banda; colaboraciones con Beck y Grian Chutten, vocalista de Fontaines D.C., melodías en inglés y español, una serie de combinaciones inesperadas.
Con motivo de su nuevo material de larga duración, Hinds regresa a la Ciudad de México a hacer lo que más aman, subirse al escenario. Para entrar en el mundo de su transformación y su amistad, platicamos con Ana Perrote y Carlota Cosials.
Muchas felicidades por el lanzamiento de su nuevo álbum. ¿Cómo se sienten con esta transición que han tenido al sacar nueva música? ¿Revive sentimientos? ¿Se sienten como cuando sacaron música por primera vez? ¿Qué es lo que han vivido a partir del lanzamiento de la primera canción?
CC: Mira, está siendo el año de nuestras vidas, de verdad. Uno del que no teníamos mucha expectativa, no creímos que nos fuera a salir todo tan bien, pero está siendo maravilloso. Cada single que sacamos es un pequeño mundo y también cada videoclip. Hemos estado durante un mes entero trabajando en cada uno de ellos, estando en Estados Unidos y luego en Europa. Está siendo tan guay todo y a la gente le está gustando tantísimo que yo alucino. Estamos muy contentas, de verdad.
AP: Además, siento que estamos más contentas que cuando sacamos música por primera vez, tenemos esa emoción primeriza. Siento que, de alguna manera, ‘VIVA HINDS’ es como un first album, pero a la vez con todo el conocimiento y toda la realidad de lo duro que es dedicarse a la música. Así como lo difícil que es mantenerse, componer cuatro álbumes y llevar diez años de carrera, que no es nada fácil. Cuando te quitan algo y de pronto lo vuelves a tener, lo aprecias muchísimo más, entonces es lo que está pasando. Tampoco teníamos ningún expectativa con este álbum, es el primero que no pensábamos que fuese a cambiar nuestra carrera, como: “Va, este es el disco, este es el bueno y de pronto, a partir de aquí, ya no vamos a tener ningún problema y todo el dinero iba a llegar”, es el primero que no iba con eso. Lo único que esperábamos era hacer música y confiar en nosotras. Como le quitamos esa expectativa, todas las buenas noticias son una sorpresa y todo lo bueno que está pasando, que no es poco, es mucho más emocionante que cuando te lo esperas. No pensamos en si iríamos a México en septiembre, ni que iba a salir el álbum, si iba a seguir bajo el mismo nombre. De verdad, había muchas grandes preguntas, dudas e incertidumbres.
No, claro, y me imagino cómo pudo haber sido. A mí me tocó reportar la noticia de la llegada del gran cambio en Hinds. Cuando estaba escribiendo la nota, en aquel momento, incluso sentía esa incertidumbre. Al momento de escuchar por primera vez “Boom Boom Back” dije: “Ah, ok, todo tiene respuesta, todo tiene un sentido de ser”. Digamos que fue una espera que valió toda la pena del mundo. Se ha convertido en esas canciones que todo el tiempo puedo estar escuchando y me hacen sentir bien, entonces comparto esa emoción también. ¿Cómo funcionó su propia amistad al hacer el disco? Me imagino que fue un momento de sentarse y decir: “Pues vamos a componer”, pero creo que su amistad y su química natural tomó un papel muy importante.
CC: ¿Sabes que pasó también? Los golpes más duros nos pillaron ya trabajando, entonces creo que eso nos ayudó mucho. Si que tuvimos esos momentos de mirarnos a los ojos con miedo y con duda, pero fueron muy breves realmente. A pesar de que nos estuvieran dando collejas por todas partes, decíamos: “Venga”. Teníamos muy claro que queríamos escribir, que estábamos buscando un management, que íbamos a encontrar esto, íbamos a encontrar lo otro, un poco esta cosa de: “Ya no tenemos nada más que perder”. Con tal de que nos tuviéramos la una a la otra, me sentía cómo si fuéramos las reinas del mundo. Nos podían estar abandonando toda la infraestructura, que no teníamos asegurado el sello discográfico, estuvimos sin manager un buen tiempo y encontramos unos, pero luego no querían, y después no sé en cuántos, nos marearon y bla bla bla… los ahorros se van acabando. Todo este tipo de cosas y aun así, te prometo que era como: “Mira tío, puedo estar picando piedra, pero si es con Ana sé que va a estar guapísimo.”
Creo que está mucho en la esencia de todo lo que está pasando en el disco. Sobre todo esta parte que, para mí, era importante y es que toda la temática va alrededor de cosas que compartimos con la gente que queremos. Hablar de desamor, de nuestro propio cuestionamiento, de existo pero soy un extraño para mí mismo, de la tristeza y, al mismo tiempo, ese sentimiento esperanzador, con todo lo que les estaba pasando, ¿el álbum se convirtió en una especie de diario o de catarsis? No solo al nivel de las letras, pero quiero saber si eso les pasó también al momento de construir un nuevo sonido.
AP: Sí, lo que dices del diario es absolutamente verdad. Es que cuando tienes sentimientos tan fuertes, como una ruptura, una crisis existencial enorme o una gran decepción, que tienden a ocupar mucho en tu cabeza, es muy difícil salir de ahí. Entonces, cuando estás en un proceso creativo componiendo canciones y un disco, es casi inevitable que hables de ellos. De las primeras canciones que compusimos fue “Boom Boom Back” que es, como decías, una canción que te hace sentir bien, que viene de un sitio como de un amor roto, de apatía y de... “me da igual todo, me voy a donde sea en Los Ángeles”. Viene de un lugar oscuro, pero te hace sentir bien, ¿no? Te hace sentir empowered de esa oscuridad.
Esa fue de las primeras canciones que compusimos y además, por el sonido, descubrimos un pedal que es el Synth 9, que hace que las guitarras suenen un poco a sintes. Se nos abrió una gran puerta que dijimos: “Wow, vale, podríamos ir por aquí, ¿no?” De pronto teníamos una visión de que el disco iba a ser así high energy, con ese tipo de sonido, como con guitarras, sintes y tal. Pasó el tiempo, seguimos componiendo y componiendo, notamos que muchas canciones eran muy tristes, oscuras o serias, hablábamos de temas más serios de los que solíamos hablar. Somos conscientes de cómo se nos percibe y de que somos una banda que a la gente le da mucha alegría ver y que la transmitimos porque somos positivas, pero hubo un momento en el que fue como: “mierda, no estamos haciendo el disco que pensábamos que iba a hacer”, ¿sabes? Como: “Joder, esto es más oscuro, cómo se lo va a tomar esto la gente” ó “cómo me lo tomo yo misma como compositora”. Luego tú tienes que estar defendiendo esas canciones y hablando de esos sentimientos tan feos, tocándolo en vivo y reviviéndolo un poco. Es verdad que estuve hablando con un amigo: Carlos, guitarrista de Fontaines DC. Tenemos una colaboración con Grian y nos dijo: “Yo sinceramente no tendría miedo, esto es lo que está saliendo. Llevas muchos años de banda, este su cuarto disco. A mí como fan de Hinds me interesa mucho saber por lo que estás pasando en esta etapa y me motiva mucho que estés haciendo algo diferente”. Oír eso nos relajó y es verdad, tampoco podemos evitarlo, ¿sabes?
Sí, es el crecimiento natural de todos, ¿no? Llega un punto en donde estamos en esta crisis de quién soy, de qué hago ahora y de toda esta incertidumbre. Para mí también era una especie de momento nostálgico. ¿Buscaron en su propio bagaje musical el sonido para poder musicalizar lo que les estaba pasando?
CC: Como estábamos un poco con lo de volver a los inicios, estuvimos bastante a tope con el mundo de The Moldy Peaches, una banda de Nueva York del comienzo de los 2000, que fueron una patada a la industria, porque en aquel momento también necesitabas supercalidad en todos tus discos y este es un álbum que está grabado con una guitarra y partes de una batería, ni siquiera era una batería completa. Entonces, el hecho de que un álbum así pueda llegar tan lejos, nos demostró que podíamos hacerlo de la manera que lo íbamos a hacer, que iba a ser en una casa y que montábamos nosotras nuestro propio estudio y créeme que no somos ingenieras [ríe]. Llevando ahí los amplis y la batería… La sensación de: “Olvídate de los protocolos y de las normas porque realmente, para hacer música, puedes hacerla como te dé la gana”. Entonces moló mogollón encontrar nuestra propia manera, encontrar esas dos casas en Francia que fueron la hostia y eso fue maravilloso.
AP: Quizás por un poco lo que dices de como The Moldy Peaches, que está así, lo que hace las grabaciones así, o como Daniel Johnson, lo que hace en ese tipo de grabaciones y ese tipo de sonidos, es realmente poner un foco en el songwriting, en la composición, en la propia canción y lo mismo con Courtney Barnett o como el country, que te hace estar menos oculto en efectos de distorsión, en menos capas. También, el hecho de que es el primer disco entero que componemos sin sección rítmica, sin bajista o batería. Entonces, nos ha dejado mucho más espacio para centrarnos en la propia canción, ¿sabes? No tanto en las guirnaldas de alrededor, sino en sí, en las canciones, en las letras, en lo que decimos, y toda la propia grabación. Al no haber una persona que solo está ahí para hacer el bajo, o solo está ahí para la guitarra, para la batería, que quieres lucirte y hacer lo mejor con tu instrumento, demostrar lo virtuosx que eres, ha sido todo lo contrario, ha sido como enfrentarnos las dos solas a este challenge de hacer un disco entero entre las dos, y con ayuda de otras dos personas, un productor y un ingeniero. Al final, al ser muy pocas manos para un proyecto tan ambicioso, ha hecho que sea un sonido que acompaña mucho y favorece bastante a la canción, mucho más que al músico o a la producción.
CC: Sí, totalmente. Súper de acuerdo. Por eso han salido temazos.
Sí, sí, concuerdo completamente con eso. Ahora que lo menciona Ana, me interesa saber cómo fue trabajar con Grian [Chatten], creo que le añadió una dinámica muy interesante a esa canción en particular.
CC: Hemos quedado tan contentas de que esté su voz en el álbum, es tan importante y tan especial para nosotras.
AP: Cómo suena.
CC: Pero como suena y piénsalo ya a nivel poético e histórico, ¿sabes? De que acabe su voz sonando en este álbum en concreto, no en el siguiente cuando ya lo hemos petado, que no teníamos nada. Fue una pena porque no llegamos a estar juntos en el estudio, no pudo venir. Si que nos vimos un poco antes, cuando ya había dicho que sí a la canción y demás. Sí que se había hecho él como una playlist, porque él hizo toda su melodía solo y su letra también, en el sentido de completa libertad. Me acuerdo que me recomendó un grupo y que estaba pensando en hacer algo similar, pero luego no se pareció en nada [ríe].
AP: Pero eso es muy Hinds. A pesar de todas las referencias que tenemos, nunca hemos sonado a nada que ello.
CC: Efectivamente, pues Grian tampoco y, sinceramente, creo que es un poco el comportamiento de un genio, de que te llega el mensaje de: “Sí, que mañana lo tengo”, jamás llega mañana. “Grian, por el amor de dios, nos vamos mañana del estudio. Con que no lo pases hoy, no va a haber manera de grabar la canción”, y, efectivamente, a las 12:30 de la noche o a la 1 de la mañana, pero supertarde, llega un mensaje: “give me an email”, nos lo envió y fue la hostia. Al día siguiente, grabamos la canción a toda leche, cambiando ciertas partes y tal, adaptándonos a su verso y a su estrofa. Y, jolín, lo que queremos ya es coincidir en algún festival o algo y subirlo al escenario a cantar con nosotras. Va a ser tan bonito.
Sí, es un comportamiento muy creativo, creo yo, y me gusta porque es la persona que deja la tarea hasta el último día.
CC: Nos representa en realidad un poco a todos, pero duele estar al otro lado, duele ser el que lo espera.
AP: El karma [ríe].
Ojalá verlo en vivo, sería increíble, un momento histórico, por completo. La pregunta obligada: van a venir al Foro Indie Rocks! de la Ciudad México, me encantaría verlas porque es un momento increíble y más con este material, creo que tiene todo el potencial de ser un gran álbum en vivo. ¿Cómo se sienten con venir para acá?
CC: Ay Dios mío, es por fin. ¿Sabes lo mucho que hablamos de México sin parar? Solamente hemos ido un par de veces y nos da para hablar de ello, lo queremos tanto y lo amamos con tanta pasión, nos da tanta envidia a la gente que va todo el rato sin parar y nosotras queremos hacer lo mismo. Sí, nos encantaría crecer más allá y volver más a menudo, comer tacos juntos.
AP: Sí, y no sé qué grupos disfrutan más de tocar en directo que nosotras. Me atrevo a decir que no conozco a ningún grupo que lo disfrute tanto.
CC: Es verdad.
AP: Qué ganas de verdad. Es que es una mierda, porque cuando siempre tienes muchas ganas es como: “can't wait, qué ganas”. No sé cómo explicarlo más, pero créeme que si estás ahí en ese concierto, lo vas a entender, lo vas a ver y lo vas a sentir igual de fuerte que nosotras.
No, yo estoy segura, porque además creo que todas estas canciones tienen esta energía de ser canciones de estadio, ¿sabes? Canciones que coreas, que bailas, con las que sientes una conexión muy directa. Me gustaría saber si también fue como una bonita forma de rendir homenaje al ponerle al disco ‘VIVA HINDS’, que es algo que la gente corea cuando están en el escenario.
AP: Totalmente, completamente.
CC: Claro, es una mezcla de en honor a los fans, porque fueron los que se lo inventaron, fueron ellos que, en aquellos momentos que nos tuvimos que cambiar el nombre, gritaban: “¡VIVA HINDS, VIDA HINDS!”. Y esa era la caña, nos dio toda la fuerza y la confianza en nosotras mismas para creernos que éramos Hinds de verdad. Además, es una reafirmación de que podremos con todo y de que somos invencibles.
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