Entrevista con Frankie Cosmos
- Paola Moyado
- hace 4 minutos
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Greta Kline, Alex Bailey, Katie Von Schleicher y Hugo Stanley conforman la alineación actual de Frankie Cosmos. Greta es el elemento constante que, desde hace más de una década, ha construido el universo sonoro del proyecto: un espacio minimalista y emocional, de letras que diseccionan lo cotidiano con sutileza y una sensibilidad que conecta con quienes encuentran belleza en lo pequeño.
En este nuevo capítulo, el cuarteto presenta ‘Different Talking’, un álbum que emerge como un recorrido por el paso del tiempo: fragmentos, recuerdos, lugares revisitados y sentimientos reinterpretados desde la distancia. Autoproducido y grabado en una casa en Nueva York, el disco construye, a lo largo de 17 canciones, una especie de mapa emocional donde la memoria, el crecimiento y la transformación conviven en un mismo espacio.
Con motivo del lanzamiento del álbum, conversamos con Greta sobre el proceso creativo detrás de ‘Different Talking’, su relación con el tiempo, la química de la banda y la inspiración que guía su obra hoy en día.
Hola Greta, ¿qué tal estás?
GK: Estoy muy bien, gracias. Hoy estoy empezando mi día con mucha calma, todo muy despacio y en tranquilidad.
Siempre es bueno tener días así. ¿Cómo te sientes por el lanzamiento de ‘Different Talking’?
GK: Me siento bien. Da un poco de miedo, pero también es muy emocionante. A veces lanzar un disco puede sentirse como si no pasara nada, como si simplemente saliera y luego te sintieras exactamente igual que antes. Pero creo que con este material tengo más expectativas, porque ha sido un proceso más largo y también porque tendremos más tiempo antes de iniciar la gira. Tenemos como dos o tres meses entre el lanzamiento y el tour, así que estamos muy concentrados en ensayar las canciones y preparar el setlist en vivo. Todo eso lo hace más emocionante.
Creo que, en general, este álbum explora la tensión entre nuestro yo pasado y nuestro yo presente. ¿Podrías hablarme del concepto que hay detrás del material y de cómo te diste cuenta de que querías abordar estas ideas en tu música?
GK: Es una pregunta interesante. Creo que cuando escribo nunca me centro en un solo periodo de tiempo. Lo que siento hoy siempre está conectado con lo que sentía hace diez años y con lo que sentiré dentro de diez años. Todo ocurre al mismo tiempo. Lo que me gusta de la música es que, aunque existe de forma temporal, en el momento en que la escuchas, también trasciende el tiempo y el espacio, y puede provocarte una sensación indescriptible que, de alguna manera, captura algo más profundo de tu vida. Por eso siempre estoy jugando con esa idea y apoyándome en esa tensión cuando escribo.
Normalmente, el tema de un álbum se me va revelando poco a poco. A veces ni siquiera sé cuál es el concepto hasta que simplemente lo descubro. Y siempre cambia. Dentro de cinco años quizá diré que el tema era otro. Después de tocar las canciones, escucharlas y tener más espacio para procesar todo, tu percepción también se transforma. Y creo que eso es algo que me gusta del arte: llevarlo al mundo implica aceptar que no puedes controlar cómo otras personas lo escucharán o qué obtendrán de él. Me parece fascinante que alguien que quizá esté en un momento completamente diferente de su vida pueda identificarse con la música que hacemos.
Claro, me gusta mucho esa forma en la que el arte trasciende muchas barreras. Tú escribes desde tu contexto particular, pero luego quien lo escucha, desde su propio contexto, logra identificarse. Es increíble ver que, de alguna manera, estamos conectados y fluyendo en este mundo.
GK: Exactamente. Todos formamos parte de esta experiencia compartida que es la vida. Estamos vivos y la conciencia parece una sola, es como el océano.
Totalmente de acuerdo. El álbum se describe como una colección de fragmentos y recuerdos, lugares recordados y sentimientos reinterpretados. Entonces, esta pregunta es sobre la portada del álbum: primero, ¿eres tú quien aparece en la foto?
GK: ¡Sí! Soy yo, soy yo.

Me encanta, me parece muy auténtica y me hizo pensar en mi propia infancia. ¿Por qué elegiste esa foto en concreto para la portada y qué representa para ti?
GK: Me encanta esa foto. Siento que es una imagen muy artística. Cuando la encontramos pensé: “Parece una foto extraña de Diane Arbus o algo así” [ríe]. A mi amiga Athena y a mí nos gustó tanto que ella incluso hizo un cuadro inspirado en la foto. Es muy espontánea y divertida, con el pompón de animadora a un lado y ese vaso de leche, un poco extraño [ríe]. Además, creo que ahora tengo un aspecto muy similar, porque llevo el mismo corte de pelo y todo eso.
Y cuando estábamos grabando el disco, fue casi como volver a la infancia, porque nos grabábamos a nosotros mismos y aprendíamos a hacer un álbum desde cero de esta manera. Sentí que era un proceso muy distinto, y creo que sacó a relucir esa energía ingenua e infantil que todos llevamos dentro; hubo mucha diversión y muchas tonterías. Por eso sentí que varias partes del disco trataban sobre explorar tu niño interior. Así que me pareció muy lógico que, por primera vez, apareciera en la portada de mi álbum cuando tenía cuatro años.
Representa y sintetiza muy bien la idea de todo el álbum. Como mencionabas, es un álbum autoproducido en el que trabajaron juntos en una casa en Nueva York. ¿Cómo fue ese proceso y de qué manera los guió al resultado final de ‘Different Talking’?
GK: Fue genial. Aunque también fue difícil. Siempre había querido grabar un disco fuera de un estudio y sin un productor externo. Y todo fue posible gracias a Katie. Ella es ingeniera y tenía tanto el equipo como la capacidad para hacerlo realidad. Creo que probablemente fue más difícil para ella, porque tuvo que asumir ese rol. Aunque todos intentamos turnarnos para ser productores o ingenieros, definitivamente no habríamos podido hacerlo sin Katie.
Nos hacíamos la pregunta: “¿Por qué un equipo de baloncesto necesita un entrenador?” La respuesta es que los jugadores no pueden decirse entre ellos: “Tu lanzamiento estuvo terrible” o algo así. Es útil tener a alguien cuyo trabajo sea aportar una perspectiva externa. Y como todos ocupábamos ese lugar al mismo tiempo, a veces era difícil tomar decisiones o estar seguros de qué camino seguir. Para mí también fue un reto constante verme a mí misma como la líder, como alguien que está al mando. Siempre quiero que todos estén contentos, así que pienso: “Bueno, si no te gusta, lo hacemos de nuevo”. Pero si a otra persona le encanta, ¿cómo puedes hacer felices a ambas? Ese equilibrio era complicado.
En general, fue una experiencia muy agradable. Básicamente les envié 60 demos, elegimos nuestras favoritas y trabajamos sobre ellas. Probablemente desarrollamos unas 23 canciones y, al final, nos quedamos solo con 17. Pero sí, fue genial vivir en el mismo lugar donde estábamos trabajando: preparar comidas juntos, resolver cosas en equipo… Es como estar de gira, en una especie de campamento de verano con los demás.
Durante los días en los que trabajaban en el álbum, pasaban prácticamente todo el tiempo juntos. Cuando necesitaban un descanso, ¿qué hacían? ¿Salían por la ciudad o qué actividades realizaban?
GK: Por lo general veíamos películas por la noche, y Katie solía querer estar sola más que el resto porque… es inteligente [ríe]. Se iba a su habitación a pasar el rato; además, ahí estaba su pájaro, su mascota. Así que ella y Úrsula se quedaban ahí, y Alex, Hugo y yo nos quedábamos despiertos hasta tarde jugando. Hacíamos juegos, rompecabezas y simplemente convivíamos. También hacíamos algo que Alex llama “ir a Memoryville” donde básicamente nos enseñábamos fotos de nuestra infancia en la computadora, hablábamos de nuestras vidas y nos conocíamos mejor. También cocinábamos juntos la cena.
En realidad casi no vimos a nadie más durante esos días. Tal vez nos reunimos con dos amigos en todo ese tiempo, pero fueron 40 días de casi aislamiento total. Nuestra mayor socialización era cuando salíamos a comprar café; sentíamos que el barista con quien hablábamos un minuto ya era nuestro amigo [ríe]. Fue algo divertido.
Pienso que es algo que requiere mucho compromiso para que no se vuelva difícil. Como me decías al principio, después del lanzamiento comenzarán una gira con más de 30 fechas por Estados Unidos y Europa. ¿Cómo te sientes al tocar en vivo con la banda?
GK: ¡Estoy muy emocionada! Como está formada la banda ahora mismo, hemos hecho unos 30 conciertos en total, porque el baterista es el miembro más reciente y en los últimos años ha habido algunos cambios en la alineación. Por eso es tan especial haber tenido este tiempo para crear el álbum y fortalecer nuestra química como cuarteto.
Tener una banda es divertido, pero también implica mucha concentración y disciplina, y al mismo tiempo disfrutar de la compañía del resto. Para mí, ser amigos es parte esencial, así que hacemos muchas pausas para tomar café o tener comidas largas. Lo duro de una gira es que no estás en casa en absoluto: trabajas prácticamente 24/7 durante semanas y no puedes estar en tu escritorio, en tu cama, en tu rutina. Por eso, aprender a pasarlo bien juntos es algo que también practicamos, igual que las canciones.
Ha sido muy divertido ensayar, grabar videoclips y hacer otras actividades como grupo. El show que estamos preparando es realmente bueno, así que espero que al público le guste tanto como a nosotros.
Suena increíble; la música en vivo siempre se siente diferente y tiene mucho que ver con toda la preparación y el storytelling que hay detrás. ¿Qué canciones del nuevo álbum son imprescindibles para el tour?
GK: Probablemente toquemos alrededor de la mitad del nuevo disco en la gira. Ahora estamos muy concentrados en aprender todas las canciones, y ha sido increíble porque, mientras lo hacemos, vamos descubriendo cómo suenan en vivo, y eso nos ayuda a decidir cuáles terminarán en el setlist.
Creo que la mitad del show serán canciones nuevas y la otra mitad temas antiguos; normalmente tocamos unas 30 canciones por concierto. Además, estamos cambiando constantemente de instrumentos: quién toca el bajo en una canción o la guitarra en otra. A veces corro a tocar una nota en el teclado entre temas… así que está siendo muy divertido descubrir cómo llevar todo eso al escenario y hacer que funcione técnicamente.
Cuando tienes algo de tiempo libre y antes de salir de gira, ¿qué es lo que más te gusta hacer aparte de la música?
GK: Disfruto mucho el arte visual: me encanta pintar, hacer collages y últimamente he estado trabajando en un cómic. Me gusta muchísimo porque es otra forma de expresión artística. Y cuando sé que voy a estar de gira durante un buen tiempo, hago una especie de hibernación como los osos, pero la mía consiste en pasar todo el tiempo posible con mis amigos antes de estar lejos unos meses [ríe]. Disfruto socializar, dibujar o crear algo con ellos. Sé que quienes forman parte de mi vida entienden ese proceso, pero aun así trato de aprovechar al máximo esos momentos antes de desaparecer un rato.

Hace poco empecé a hacer una dinámica con mis amigos en la que nos reunimos para dibujar o pintar mientras platicamos de diferentes temas, y siento que es una forma muy linda de conectar y crear una memoria colectiva con las personas que quieres.
GK: ¡Exacto! Creo que se desbloquea otra parte del cerebro cuando conversas mientras haces algo creativo al mismo tiempo. No sé… tiene algo muy especial.
¿Qué es lo que más te inspira ahora mismo?
GK: Oh, es una gran pregunta. Siento que últimamente solo puedo pensar en las artes visuales porque es en lo que he estado trabajando. Estoy haciendo un cartel para un espectáculo y me inspira mucho la acuarela, la forma en que la pintura se mueve dentro del agua. Creo que diría que el agua es lo que más me inspira en este momento. Me gusta que sea algo natural y hermoso, algo que todos necesitamos. Nuestro cuerpo está hecho de agua y todos somos eso: fluye, se mueve, cambia constantemente, se evapora, llueve… lo es todo.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Por último, ¿con qué palabras describirías el sonido de Frankie Cosmos?
GK: Mmm, qué difícil… Para alguien que no tenga contexto, quizá diría: “Música rock”… espera, no quiero decir géneros, me retracto de eso [ríe]. El sonido de Frankie Cosmos, en cuatro palabras, sería: conexión, poesía y pequeños momentos.
Me gusta. Creo que el nuevo álbum definitivamente es eso: cómo esos pequeños momentos de nuestra vida se conectan entre pasado, presente y futuro, y cómo todo se mueve en conjunto.
GK: Totalmente, lo has entendido. Eso es lo que siento al respecto. Los pequeños momentos son como la lupa que te permite ver la célula microscópica que compone y contiene todo el universo.
Muchas gracias por la plática, Greta. Esperamos verles por México pronto.
GK: ¡Eso espero! Muchísimas gracias, fue una charla muy linda.




