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‘Forevher’ de Shura


BLUE, IS THE WARMEST COLOR.

Tal y como es en su natal Inglaterra, el álbum debut de Shura Forevher fructua entre climas que automáticamente te llevarán a explorar la conjugación de toda una gama de sentimientos.

Con el ruido blanco de una película y como si se tratara de la canción que suena a la entrada de un teatro deslumbrante, Shura nos deleita con "that's me, just a sweet melody", una tonada suave de 1:11 minutos de duración que sirve como carta de presentación de una chica de 28 años que se muda a New York, sin esperar el giro de 180° que la música dará a su vida.

Las luces bajan y automáticamente "side Effects" llena la atmósfera de romance, creando una escena perfecta para los amantes que caminan bajo las tenues luces de Brooklyn teniendo a éstas como testigo de sus manos entrelazándose.

Después llega "religión (u can lay your hands on me)”, que con el ritmo del syntpop une todavía más a ese par de almas para demostrar que solo importa el amor hasta "the stage", que logra emerger de una guitarra progresiva hasta chocar con los sintetizadores y la afable voz de Shura, quien exhala y susurra "leave everybody dancing up on the stage" una melodía para al fin estar a solas.

Luego viene "BKLYNLDN", que nos hace llegar al éxtasis de una historia donde los corazones rotos aún palpitan esperando a la persona correcta.



En "I tried not to miss anything, but I didn’t even know what I was doing there..." descubrimos la historia de un hombre viejo que al cabo de 8 años, después de la muerte de esposa, toma valor para llamar a la chica de la estaba enamorado en preparatoria.

El relato y la canción hacen el dúo perfecto, pues la sintonía melancólica, conmueve e inspira a tomar riesgos en la vida; pero los nudos en la garganta llegan con "princess leia" donde el viento y el brumoso aire de la ciudad se apropian de nuestra mirada para consumir nuestros pensamientos.

En "flyn" entrelazamos los sentidos a los coros de la composición para acoplarnos a un momento de reflexión donde no todo está perdido.

Para "forever" la pasión se presenta una vez más, ya que en la antepenúltima pieza del álbum este tema colisiona y nos lleva al momento adecuado de un hechizo indescriptible.

"control", el tema final, nos da la sensación de querer fundirnos en un largo abrazo que por mucho tiempo estuvimos esperando.

Shura cierra con un canto a la fragilidad humana, un momento donde todos somos vulnerables. Al ser parte de la comunidad LGBT, enaltece el orgullo de amar y ser amado sin barreras ideológicas o de género.

En este álbum que describe como una obra personal y emotiva, la artista se adueña de nuestro sentir y apuesta a que su música podrá darle un giro de realidad a quien lo escuche.


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