Entrevista con Folly Group
A nivel mundial existen problemas que recaen en todas las sociedades y que parecen ser un tumor que, con el paso de los años, únicamente parece expandirse y no ceder ante nada ni nadie. En las generaciones jóvenes, estos problemas se traducen en incertidumbre sobre el futuro, crisis financieras o existenciales que ocasionan ansiedad, miedo y depresión. Sin embargo, una de las formas más recurrentes en que la gente puede sacar sus frustraciones es a través de la música, y la banda londinense Folly Group estaría en la lista de proyectos que pueden liderar esa rabia. Haciendo nada más que ruido seco y fuerte directo al cerebro de quien lo escuche, el cuarteto inglés conformado por Louis Milburn (voz, guitarra), Sean Harper (batería), Tom Doherty (bajo) y Kai Akinde-Hummel (percusiones) se ha dado paso desde las alcantarillas de una de las ciudades más importantes del mundo para hacerle saber a su país (y al resto del mundo) que están hartos de las problemáticas recientes, pero estas quejas llegan a través de guitarras, bajos y gritos para dejar en claro que no están jugando. Su álbum debut, ‘Down There!’, se abre paso en este 2024 como uno de los proyectos más irreverentes que se podrán escuchar este año. Cargado de canciones llenas de reclamo social, ataques de ansiedad que parecen infartos y descontento en general, Folly Group no sigue líneas establecidas y de forma caótica nos entregan diez canciones que dan en el blanco. En Vibras platicamos con Louis, Tom y Kai acerca del sonido de su primer material de larga duración, su amistad, el uso de extinguidores como elementos de percusión y lo que los une como banda más allá de su furia constante en contra del sistema. Para aquellas personas en México que tal vez no estén familiarizadas con Folly Group, ¿podrían contarme sobre la creación de la banda? LM: La idea de crear la banda surgió en una noche, de regreso a casa, en la que estábamos ebrios Tom, Sean y yo. Vivíamos juntos, así que íbamos regresando de algún show al que fuimos y bueno, solo nos vimos entre nosotros y nos preguntamos: “¿por qué no hacemos una banda nosotros tres?”. Cayó la coincidencia de que en ese momento estábamos escuchando muchas bandas de punk en nuestro día a día, entonces nos juntamos y empezamos a jammear durante un tiempo… pero sentimos que algo nos faltaba, y ese algo era Kai. Yo ya lo conocía desde hace años porque tocábamos en otra banda, entonces le dije y se unió en 2019 a lo que ahora conoces como Folly Group.
¿Han pensado que son parte de la generación de artistas que salió después de la pandemia?
LM: Claro, nos hemos dado cuenta de eso en los últimos años. KA: De hecho nos sentimos como una banda vieja, pero somos bastante nuevos en realidad. Aunque sólo en nombre, porque todos llevamos ya bastantes años tocando en distintas bandas, desde que ni siquiera teníamos la edad para entrar a un bar, pero ha sido bueno agarrar esa experiencia y traer ese conocimiento a Folly Group. Lo dices como si hubiera sido hace mil años, ¿cuántos años tienen? LM: Yo tengo 26. KA: Soy el más viejo de la banda, tengo 31, pero nos quitamos 2 años por la pandemia entonces tengo 29. Haciendo a un lado las edades, háblenme sobre ‘Down There!’, porque tienen un estilo muy impredecible. ¿Cómo fue darle entrada a este sonido, donde solo decidieron querer hacer mucho ruido y ver que pasaba? KA: Creo que esa decisión fue de todo, menos consciente. Cuando la banda comenzó recuerdo haber platicado con los chicos sobre que sonar bien en vivo era la prioridad. Y me refiero a que podamos tocar las canciones que tengamos grabadas y que suenen igual de bien que en el estudio. Sobre todo por practicidad, porque si nos íbamos a estar moviendo por todo Londres, no podíamos andar cargando algunas cosas que nos hicieran sonar como en el estudio. Sobre la parte de ser impredecibles, solo somos 4 personas con gustos muy distintos entre sí (musicalmente hablando) haciendo canciones. Esa es la amalgama de porque sonamos así. LM: Todos tenemos diferentes intenciones. Podremos empezar en algún punto, pero nos movemos en un tipo de círculo hasta que terminamos en el centro y me refiero a la toma de decisiones, de sonidos, etc. Solo es una forma de colaborar entre nosotros.
Es importante que puedan sonar bien tanto en streaming, como en vivo. ¿De qué sirve tener un millón de escuchas si no lo harás bien frente a tu público? LM: Nosotros sí podríamos frente a 10 millones [ríe]. No, ya hablando en serio, siempre hemos sido una banda en vivo, por eso nos emociona mucho haber lanzado este nuevo disco porque queremos tocarlo en donde podamos. Tienen muy claro a dónde quieren ir, se nota porque su sonido es distinto y juegan con sus propias reglas, ¿pero qué cosas sienten que es de lo más absurdo y aburrido a la hora de crear música? KA: A nosotros no nos sirve hacer todo de forma lineal, las guías no nos sirven. Todo el tiempo vuelan ideas y nuestro proceso de creación no funciona así. No quiero decir que seamos desorganizados, más bien es caótico. Y tan solo con este disco, las canciones no las terminamos de escribir hasta que de plano ya estábamos con el tiempo encima, pero es porque siempre hay cosas cambiando y llegaban otras ideas que nos gustaban más que las primeras. Pero a decir verdad, tuvimos mucho tiempo para crear este álbum y fuimos muy perfeccionistas, aunque seguramente después de hacer el tour, tocar mucho y escuchar las canciones, empezaremos a dudar de porqué no agregamos otros temas al disco, aunque en teoría la respuesta es porque simplemente se quedaron fuera, ya no hubo tiempo, pero siempre estamos disparando ideas. De hecho, a la hora de tocarlas en vivo, hacemos algunos cambios en nuestras canciones. Son pequeños cambios pero luego sí decimos “mierda, ojalá hubiéramos agregado esto al disco”. Sí suena caótico, ¿qué o quienes dirían que fueron sus principales influencias para este disco? KA: Para mí, yo diría que Soulwax, aunque realmente nada es obvio cuando escuchas nuestro disco. A Tom por ejemplo le fascina el garage europeo, a Sean le gusta el dance, así que se hizo una mezcla de todo que terminó influenciando. LM: Yo digo que Space Afrika.
Para ustedes hacer música es una forma de expresar sus inconformidades, y de hecho le dan un peso importante a la alienación que ocurre en su país. ¿Pero hacen alguna otra actividad además de esto para hacerse notar? KA: Principalmente se trata de hacer música, y en el disco hablamos mucho sobre lo que ocurre en todo el mundo y de cierta forma hasta es deprimente, pero solo es la verdad de las cosas. Y bueno, tratamos de retratar cómo es ser joven y tener que vivir en una ciudad como Londres, donde sentimos mucho peso en nuestros hombros. Desafortunadamente, no siempre te puedes mantener financieramente solo de hacer música, y eso nos orilla a tener que buscar otras opciones. Pero bueno, no todo es malo acá, igual hay muchas ventajas de vivir en Londres y una de esas es poder tocar en distintos venues. Así que, la forma en que nos gusta combatir lo que no nos gusta, es haciendo lo que amamos. LM: Otra forma de combatir la alienación es con nuestra amistad. Compartimos nuestros pensamientos y frustraciones y las afrontamos juntos. Es un ejercicio interesante y te hace ser solidario con gente que ha pasado por las mismas experiencias que tú o que está peleando con los mismos problemas. Creo que este disco habla mucho sobre eso. TD: Sí, hacer música y ser amables entre nosotros. Las cosas allá no son tan distintas que acá en México, creo que esa frustración es general y va en aumento entre las generaciones jóvenes en todo el mundo. KA: Sí, entiendo que es algo que nos afecta a todos. Pero para no deprimirnos, vamos a hacer un juego. Cada vez que diga alguna de estas palabras, ustedes me responden con alguna canción de su disco: Cuidado mental. FG: “East Flat Crows” y “Bright Night”.
Cuidado físico.
FG: “Freeze”.
Presiones financieras.
FG: “Strange Neighbour”.
Ansiedad.
FG: “Big Ground”.
Amistad. FG: “I’ll Do What I Can”.
Cuando estaban creando este disco resultó que hubo diez lugares alrededor de Londres que fueron importantes durante el proceso creativo, ¿pero cuál de todos estos dirían que fue el más importante?
LM: Para mí fue The Floirin, un bar que está sobre Holloway Road en el norte de Londres e íbamos mucho ahí entre grabaciones. Nos sentábamos y platicábamos nuestras ideas sobre el disco o a veces sobre cualquier otra cosa, pero fue muy importante.
KA: Hay otro lugar y ese sería Studio 9294, porque fue nuestro primer evento sold out y fue uno de esos momentos en los que realmente sientes que estás haciendo las cosas bien.
¿Qué le espera a Folly Group ahora que el álbum está publicado?
LM: Empezamos tour en marzo en Londres, después nos vamos hacia otras ciudades de Europa y también tendremos algunos shows en Estados Unidos durante mayo. Vamos a estar en Los Ángeles, así que sería bueno que algún promotor en México nos quiera pagar los vuelos para tocar ahí.
Para terminar, en el álbum crearon sonidos que no fueron hechos necesariamente con instrumentos, ¿pero cuál fue su favorito?, ¿el extinguidor o las sillas?
KA: Lo de las sillas fue cosa mía, así que diré que eso.
LM: Eso de las sillas estuvo loco, pero yo me quedo con el extinguidor.
TD: El extinguidor fue el elemento más importante de percusión en este disco.
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