Entrevista con Black Mountain
El proyecto de rock psicodélico de Vancouver, Black Mountain se ha caracterizado por darle un toque fresco y moderno al los sonidos del rock clásico, incorporado enormes dosis de mezclas progresivas y metálicas. Regresando este año con un nuevo álbum, Black Mountain ha logrado implantar un estilo de vida libre y salvaje en Destroyer, un tesoro psicológico que regala momentos llenos de intensidad, pistas crujientes y un recorrido en automóvil que harán explotar tu cabeza. Platicamos con el fundador de la banda, Stephen McBean, para desglosar el proceso creativo del nuevo álbum, su nuevo estilo de vida y teorías del rock en el siglo XXI.
‘Black Mountain’ es una banda canadiense, con un sonido psicodélico y rock-punk, ¿cómo comienza la historia de ‘Black Mountain'?
Stephen: Somos un grupo de amigos que en el pasado también han sido parte de otras bandas, que buscaban hacer algo nuevo, diferente y retro, de un día a otro, empezamos a hacer música juntos, decidimos llamar al proyecto Black Mountain porque suena como el nombre perfecto para una banda de rock ‘n roll y de ahí hemos continuado hasta el día de hoy.
Compuesta por cinco integrantes, cada uno con diferentes proyectos y de diferentes generaciones. ¿Cómo funciona el trabajo en equipo entre ustedes?
Stephen: Creo que funciona bastante bien, aunque a veces hay quienes tienen más energía que otros y no lo sé, nunca había pensado al respecto. Todo se siente tan natural, sale orgánico y es lo que ha llevado Black Mountain donde esta ahora. También como ya nos conocíamos antes de empezar con la banda, siempre nos hemos llevado bien.
Su último álbum, ‘Destroyer’, es definido como un estilo de vida de “wild-ass-freedom”, ¿qué significa?
Stephen: Es un cambio para la banda que habla más de esta libertad y exploración, conectando con más personas y compartir una energía sónica; representa las diferentes maneras de acercarte a la música. Es un sentir imparable, de principio a fin.
De tu nuevo álbum, ¿cuál es tu canción favorita y por qué?
Stephen: Me gustan todas, cada una ha tenido su tiempo de gloria y al armar todo el álbum, cada canción tiene lo suyo. “Future Shade” es la canción con la que empezó todo este viaje, así que si tuviera que escoger una seria esa, siente más cerca del corazón, es especial.
La portadas de cada uno de sus álbumes son muy artísticas, desde un tiburón mirándose al espejo hasta el mar con una bocina. ¿Cómo dirías que estas se conectan con su sonido?
Stephen: Jeremy (teclado) hizo todas las portadas y el arte de cada disco, creo que ha hecho un excelente trabajo para que encaje con cada concepto de los álbumes y nos hemos enfocado en que parezcan como la portada de un clásico, en su categoría, algo diferente, místico y único. Desde nuestro primer disco buscamos que todo lo estético también tenga ese toque de misterio a nuestro sonido y eso hace que todo, lo visual y la música, sean parte de la experiencia. En realidad me gustan todas, la de In the Future y Destroyer son mis favoritas. Con cinco álbumes e incluso un soundtrack, ¿Cómo dirías que el sonido de ‘Black Mountain’ ha evolucionado?
Stephen: Tenemos suerte, porque tenemos la libertad de explorar varios territorios sónicos y luego podemos hacer más cosas con sintetizadores, con un diferente enfoque y algo de rock más pesado. Es algo que no sigue una línea y a veces solo está influenciado por lo que escuchamos durante ciertas etapas. Definitivamente con Destroyer tratamos de hacer un álbum lleno de sencillos, más bailable pero diabólico a la vez, lo llamo el “Devil’s Album”.
Si con una palabra pudieras describir cada uno de tus álbumes, ¿cuál sería?
Black Mountain: Freaky.
In The Future: Épico.
Wilderness Heart: Rock.
IV: Brillante.
Destroyer: Highlight.
Un clásico de Vibras: si tu música pudiera ser un animal, ¿cuál sería y por qué?
Stephen: Sin duda sería un tiburón: porque son fuertes, duros y misteriosos. Son de los animales más tenebrosos y mortales, son bastante cool.
¿Cómo te sientes cuando dicen que “el rock esta muerto”?
Stephen: Entiendo que ahora se dice más que ya no existe el rock ‘n roll y que tal cosa ya es algo del pasado, pero es muy ambiguo y no lo sé, no creo que se haya vuelto viejo o haya perdido su encanto. Para mí nunca estará muerto y aún hay mucho que explorar por ahí.
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