Entrevista con Deep Sea Diver
- Lilith Jaime
- hace 14 horas
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Muchos pensarían que llevar más de la mitad del trabajo hecho es una victoria asegurada. Aunque, lo que verdaderamente define si una obra va por buen curso, es la sensación del camino en todas sus partes. Para Jessica Dobson (vocalista), esa es una premisa esencial. La banda de Seattle, Deep Sea Diver, es el proyecto y pasión más personal de ella. Con un sonido indie rock y arte distintivo aludiendo al post punk, han ido construyendo una carrera musical desde el 2007. Sus 3 álbumes de estudio – ‘Impossible Weight’ destacando por su buena recepción– los han llevado a compartir escenario con artistas como Beck, Pearl Jam, Wilco y Death Cab For Cutie.
En pleno 2025, Deep Sea Diver, lanzó su nuevo álbum ‘Billboard Heart’, con un concepto de intensidad y superación emocional. Si bien, sónicamente el material trae a la luz una identidad de indie rock bien definida, el detrás de cámaras de su significado es turbulento y confuso. O al menos lo fue al principio.
En esta ocasión, la cantante del grupo de Seattle nos cuenta acerca del verdadero proceso creativo que conllevó crear su cuarto disco, así como sus más profundos pensamientos cuando se trata de hacer música y sus ideas conceptuales y visuales para darle una voz e imagen a este material.
Hola, Jessica. Encantada de conocerte. ¿Cómo va todo?
JD: Me encuentro bien, gracias. Estaba en Los Ángeles ayer y mi vuelo se retrasó diez horas. Fue hasta la mañana de hoy, que llegué a casa y pude dormir un poco. Aunque, ahora que ya tengo mi café, puedo seguir con mi día.
Lamento que tu vuelo se haya retrasado, pero me alegro de que el día esté funcionando para ti. Primero que nada, gracias por hablar con nosotros hoy. Hace poco, Deep Sea Diver lanzó un nuevo álbum llamado ‘Billboard Heart’. Cuando leí acerca de este, me interesó mucho el proceso versátil que vivieron para concretarlo. ¿Podrías hablarnos más a profundidad de esto?
JD: Absolutamente. Esta fue una experiencia interesante, donde nos sentimos más preparados cuando comenzamos a hacer el disco. Tocamos algunos shows secretos para los super fans con lo que iba a ser el disco. Fue muy angustiante estrenar, ya sabes, 11 canciones seguidas que aún no estaban grabadas, pero había mucha energía positiva al entrar al estudio. Sin embargo, ahí descubrí que aún luchaba con muchos años de miedos, críticas interiores, y todas esas cosas que asesinan la vibra en ese ambiente.
Cuando estás grabando algo, no quieres estar pensando en nada más que en el arte en sí y capturar el espíritu. Así que, cuando finalmente llegamos a Los Ángeles para grabarlo, hubo una mezcla de razones por las cuales sentí que todo fue un pequeño tropiezo al principio. Tuve que mover un poco a las personas con las que estábamos trabajando, volver a mis raíces y empezar a usar algunas de mis propias grabaciones caseras.
Entonces, cuando regresamos de Los Ángeles sin nada que mostrar, me di cuenta de que iba a dar un paso atrás y dejar que el álbum revelase lo que quería ser. Creo que antes lo estaba agarrando demasiado fuerte, al punto de que lo apreté hasta matarlo. Al final, el disco se encontró a sí mismo con algunas raíces muy dulces, comenzando con cuatro de las canciones del álbum que terminaron siendo las que había grabado en mi estudio en casa. Creo que sólo quería ser un material más orgánico.
¿Esta situación de tomar un paso atrás en un proceso creativo, cuando mayoritariamente ya tenías contenido hecho, te había pasado antes? ¿O es tu primera vez en esta situación turbulenta?
JD: Esta es la primera vez que paso por esta situación en particular. Creo que ha habido otras ocasiones en las que vamos a grabar una canción, –y esto le pasa a todas las bandas o artistas– donde es como: "Oh, no capturamos la esencia realmente bien, tal vez para el próximo disco”. O tal vez no fue la mejor combinación con un productor o la ingeniería no estaba bien. Sé que, típicamente, nadie planea gastar mucho dinero sin regresar con algo que mostrar. No es lo más ideal, pero, una vez más, todos estamos buscando esa electricidad en un álbum. Y cuando no está ahí, lo sabes, y cuando está, simplemente sigues adelante.
Ahora bien, después de contarme esta experiencia inusual por la que atravesaron, ¿crees que hay algunos temas en el álbum que abordan esta situación?
JD: Sí, siento que revela una línea de tiempo en “Billboard Heart”, pues la canción en sí fue escrita al final antes de que fuéramos a Los Ángeles. Y fue como un precursor o una voz interior diciendo que necesitaba dejar ir. Pese a que aún no había escuchado eso, ya lo había escrito. Muchas canciones son como tú hablándote a ti mismo, sin que sepas esa verdad todavía. Como si tu yo interior ya lo supiera. Por ejemplo, “See in the Dark” es así también, donde no hay necesidad de encontrar otro camino. Me decía a mí misma que sabía el camino. Todos lo sabíamos.
Entonces, hay muchos de esos temas en el disco. Creo que lo que cierra todo después de que recibimos ese impulso de confianza y terminamos el álbum, fue la última canción “Happiness Is Not a Given”, donde todas las cosas que vinieron antes importaron, y crearon una propia felicidad. Es como una perspectiva en la vida, en la cual podría ver toda la situación de Los Ángeles como algo fallido, que nunca querría revivir, o como algo que importó. Pensé en usar un montón de cosas de mi casa, e infundió al disco con esa electricidad que quería. Así que, definitivamente, está en todo el disco. ¿Consideras que “Happiness Is Not a Given” retrata bien todo el concepto del álbum?
JD: De hecho, sí. Todo el tema del álbum es dejar ir, y en el disco empieza con “Billboard Heart” y termina con “Happiness Is Not a Given”. Hay una libertad en eso, ya que hay muchas personas que tienen control y agencia sobre las decisiones que toman, pero yo no tengo ningún control sobre eso. Entonces, a partir de ahí, sólo tienes que dejar ir y dejar que el universo haga lo suyo. Creo que ambas canciones responden a eso, y “Happiness Is Not a Given” tiene un final muy místico y onírico para un disco que da esperanza y que sabe que la felicidad no es algo que simplemente se tiene. Tienes que luchar por ella.

Durante este tiempo que fue complicado en términos creativos y emocionales, ¿cuál fue el mejor consejo que te dieron con respecto a seguir trabajando en el álbum?
JD: Me lo dio mi mejor amiga. Cuando regresé de Los Ángeles molesta y desanimada, me llevó a un bar donde me dijo: “Jessica, sabes que te quiero. Te he visto en este carrusel antes, donde te saboteas a ti misma”. Ella es una persona realista, pues dice las cosas como son. Y le dije que tenía razón. Ella me dijo que creía que yo ya sabía, antes de entrar en esto, qué debía hacer, pero tal vez no estabas escuchando a mi voz interior. Desde ese momento, me di cuenta de que esta voz interior es tan importante, pues de alguna manera, ponemos mantas en el mundo de las redes sociales. Es decir, lo que sea que esté robando nuestra atención, cubre esa voz interior que suele ser muy callada. Así que aprendí a seguir mis instintos mucho más rápido, y creo que, en parte, fue gracias a ella siendo realista conmigo. Básicamente me dijo: “Te he visto hacer esto antes y sé que hay una mejor manera de que lo hagas”.
Cuando hablas de esta voz interior y el entorno de las redes sociales, ¿alguna vez estos factores han contribuido a verte en la necesidad de preguntarte constantemente si tu arte es lo que tus fans están esperando de ti?
JD: Totalmente. Cuando estoy escribiendo una canción, trato de silenciar todas esas voces críticas o de expectativas, y nunca trato de escribir pensando en que a mis fans les va a gustar. Trato de hacer algo que me guste a mí, con la esperanza de que a ellos también les guste. Pero creo que donde me quedé atrapada fue en el álbum que vino antes de este, pues le fue mejor que a cualquier otro. Y pensaba como: ¿Cómo voy a igualar eso? ¿Voy a decepcionar a la gente?
Al final, sólo tenía que aplastar esas voces. Llegué a un lugar donde no creo haber imaginado nada, excepto una especie de presencia realmente infantil. Es decir, los niños no tienen ego. Ellos no tienen comprensión del futuro, o usualmente, no están demasiado enfocados en el pasado. Simplemente están creando algo y están absortos en ello. Así es como me sentí, como si estuviera lanzando un montón de pintura a la pared, y divirtiéndome a la vez.
Cuando hablas de escribir canciones en la banda, ¿cada miembro contribuye a este proceso o tienen roles en particulares?
JD: Normalmente, comienzo una canción y la completo en su totalidad, o Peter y yo escribimos juntos. Hubo un par de excepciones, en las que incluimos a alguien de afuera, e improvisamos; de ahí salió “Tiny Threads”. Pero creo que la manera que mejor funciona es que, Peter y yo tengamos una idea realmente sólida o una canción terminada, la llevemos a la banda y a quien sea que esté colaborando con nosotros, para partir de ahí.
Hay discos como ‘Another Green World’ de Brian Eno, que no tenía una idea al principio, y siempre me intrigó que surgió de eso. Él simplemente dijo: “Reuní a todos estos músicos increíbles, y confiamos en que ocurriría algo mágico.” Y eso también me gusta. Me gusta dejar espacio para eso, pero tal vez me asustaría para un disco entero.
En esta ocasión, su álbum ‘Billboard Heart’ tiene una colaboración con Madison Cunningham en la canción “Let Me Go”. ¿Cómo fue trabajar con ella? ¿Cambió la forma en la que estaban creando música en ese momento?
JD: Cuando la conocí, me intrigó mucho la manera en que tocaba la guitarra y cantaba. Me recordó un poco a Jeff Buckley, Joni Mitchell y Elliot Smith, pues recurre a patrones realmente complejos. Además de que toca en muchas afinaciones bajas, y suena muy grave y resonante. La vi en vivo, y le envié un mensaje directo por Instagram. Le dije: “Oye, siento que deberíamos conocernos. Tenemos tantos amigos en común.” Al final, nos hicimos muy buenas amigas en los últimos años.
Intentamos escribir juntas varias veces, pero la última vez, de último minuto, estábamos jugando en el estudio, sin siquiera tener una canción y yo comencé a tocar un riff que había escrito en la preparatoria en la guitarra. Lo que fue genial de Madison fue que no se habló de nada, simplemente entró de lleno y empezó a tocar una parte de guitarra contrapuesta. Siento que la manera en que tocamos juntas es muy acolchonada y estridente, ya que combinamos muy bien nuestras diferencias. Fue muy divertido colaborar con otra figura musical femenina. Nos entendimos muchísimo y nos llevamos de maravilla. Además, ella es muy graciosa y con mucha energía.
Definitivamente, suena como una buena dinámica con química. Seguramente el trabajo fue más ligero de llevar. ¿Hay alguna canción en particular con la que te sientas conectada como lo describiste con Madison?
JD: Sí, diría que “Tiny Threads” es la esencia de este disco. Su crudeza es realmente genial. Sólo quería aceptar lo que era absolutamente necesario para ella. Tiene bajo, sintetizador, batería, guitarra y algunas voces. Para mí eso era todo. Me encantan esas canciones que te dicen lo que quiere o te dirigen y luego rechazan. Si eres una de esas bandas que tienden a meter demasiadas pistas en una canción, se hará un hábito eso. Pero “Tiny Threads” es sobre la letra, y el muro de retroalimentación al final es más fuerte que las palabras. Así que a todos nos encanta esa.
Dijiste que a tu anterior álbum le fue muy bien, y querías cumplir con esas expectativas, pero ahora con ‘Billboard Heart’. Entonces, ¿cuáles son algunos aspectos que hacen que este material nuevo resalte de los demás?
JD: Creo que el elemento fue que fui más libre con las letras. Estaba haciendo ejercicios de escritura que me ayudaban a describir cosas que no necesariamente abordaría, sin estar viendo el mundo desde una perspectiva diferente. Creo que Jeff Tweedy de Wilco es muy bueno en eso, al ser juguetón con las letras. De hecho, más a menudo de lo que piensas, cuando algo te parece tonto o tal vez demasiado juguetón, en realidad hay mucho más significado en eso de lo que podrías imaginar. Así que creo que hay más de una sensación de despreocupación en muchas de las formas en las que pudimos extender las canciones.
Como ejemplo está el final de “Billboard Heart” que fue simplemente una improvisación de cuatro minutos y medio que mantuvimos. En “Tiny Threads” pasa lo mismo con el cierre de dos minutos. Muchas de mis grabaciones caseras, como “Loose Change” y “What Do I Know”, se sienten como si tuviera todo el tiempo del mundo para probar cosas. Ahí puedes escuchar pequeños elementos que se refieren a Wilco. Como tenía su propio estudio, estaban teniendo una especie de "libertad total". Y creo que se escucha eso en este disco también, donde no estás contra el reloj. No estás analizando todo. Es como: "Voy a hacer esta cosa rara con el sintetizador". Puede o no funcionar. Y más a menudo de lo que pensaba, funcionaba y era súper raro e inspirador.

Es muy interesante que menciones la libertad total en este disco. ¿Sientes que al momento de nombrar tu álbum tenías el mismo pensamiento de probar cosas para ver si funcionaban?
JD: Estuvimos discutiendo sobre esto durante un tiempo, porque al principio me preocupaba que la gente pensara que significaba como: “Tengo mi gran corazón bajo la manga”. Cuando no es así en absoluto. ‘Billboard Heart’ para mí representa algo más grande que la vida, es decir, llegar a aceptar que tenemos tantas narrativas que mostramos a los demás, ya sea que nos demos cuenta o no. Y algunas historias tratamos de esconder o pintar por encima. El álbum me hace pensar en un espectacular publicitario cuando conduzco en medio de Texas.
Hay capas y capas de pintura, y aun así puedes ver un poco a través de ellas. Todos llevamos tantas narrativas que, si simplemente aceptamos lo bueno y lo malo, es mucho más fácil seguir adelante. Y eso fue un poco lo que tuve que hacer. Llegar a ese lugar muy profundo y tranquilo y aceptar que no quería ser gobernada por ciertas cosas. Quiero tomar toda esta historia, concebirla como buena y seguir adelante en mi vida con anticipación y felicidad. Solo tenemos una. Así que ‘Billboard Heart’ revela más, pero sin reparos al respecto.
¿Cómo esta idea optimista y de aceptación se ve reflejada en la portada del álbum?
JD: Comencé a pensar en el arte para el álbum justo después de que firmamos con Sub Pop. Me inspiré mucho en la película Paris, Texas de Wim Wenders. Fue una película increíble de los años ochenta. También, la portada del álbum ‘Loveless’ de My Bloody Valentine es rosa y negra. Al tener esas dos ideas, muchos azules, rosas y rojos estaban por todo mi tablero de arte. El rosa es un color tan nuevo para nosotros, pues todo lo anterior había sido más oscuro o tenue. Yo pensaba que el rosa se sentía nuevo, vivo y eléctrico, y quería un toque de neones en esto. Así que cuando firmamos con Sub Pop, nuestro director de arte lo vio y dijo: "Oye, creo que deberíamos hablar con mi amigo Neil Krug". Para mí fue una locura.
Neil Krug ha hecho muchas portadas de álbumes, como los de Tame Impala y Lana Del Rey por mencionar los más destacado. Para ese entonces, ya era una gran fan, y antes le había mencionado a Peter, mi compañero en la banda, que quería trabajar con él. Una semana después, salió el tema. Al final, no pudo hacer ninguna fotografía original con nosotros, pero nos envió una serie de obras de arte llamada Spirit, que me dejó impresionada. Luego vi este géiser rosa y rojo junto con el cielo azul en una de ellas. Conectó muy bien porque este álbum se trata de horizontes, de mirar hacia adelante y ver posibilidades en el futuro.
Entonces, al ver eso de inmediato supimos que era lo indicado. Partimos de ahí y tomamos algunas fotos en el desierto para la portada trasera. Es como una rara foto de perfil en neón rosa de mí. Cuando veo la portada, representa algo nuevo para la banda y para este disco comparado con nuestros trabajos anteriores. De hecho, me gusta poner los vinilos en el suelo juntos, y ver que encajan perfectamente. No lo supe hasta que lo tuvimos en físico, y fue como: “Oh wow, es increíble”.
Creo que esto que mencionas de poner todos los vinilos y verlos juntos me da pie a preguntarte cuál ha sido el cambio más grande en cómo has visto la música. Tomando en cuenta que ya tienen una carrera artística consolidada en estos años.
JD: Creo que me encanta que, mientras más crecía, más lo hacía. Empecé como artista solista y me tomó un tiempo encontrar mi lugar como colaborador porque antes sabía hacer todo yo misma. Al inicio, podía tocar todos los instrumentos y hacerlo todo sola, llevándome a crear rápidamente, pero tal vez me estaba perdiendo de lo que otros podrían haber aportado para expandir la música. Creo que cuando escuchas mi material temprano como solista, está bien, pero es singular.
Aunque, ahora dejo entrar más voces, siempre y cuando tenga una visión clara de a dónde quiero ir. Igual no es sólo dejar entrar cualquier voz. Es dejar entrar lo que amas en tu proyecto. Hay algo en la comedia de improvisación que llaman ‘yes ending’, que es tomar la idea de alguien y expandirla, pero nunca decir que no. Así que ese concepto te lleva a más lugares nuevos. Me encanta eso y me sorprendió los esfuerzos colaborativos en este álbum, que no sería el mismo disco, si no hubiera dejado entrar esas voces colaborativas.
Veo que el álbum en sí tiene como pilar el concepto de dejar entrar cosas buenas y dejar salir las malas. Me parece increíble un material así en estos tiempos que vivimos. Por último, me gustaría preguntarte algo más general sobre tu música. ¿Cuándo estás escribiendo música en el estudio, para quién escribes?
JD: Es una pregunta genial. Diría que escribo para mí misma, es como, emocionarme y sorprenderme a mí misma y a las personas a mi alrededor. Soy una persona que quiere complacer y me hace ser consciente de la energía de las personas. Sólo quiero que la gente se emocione, se sorprenda y se sienta viva. O encontrar un lugar donde puedan experimentar todas las emociones de la vida y sentirse bien con eso. Así que trato de hacer eso por mí y espero que eso se refleje en el álbum en su totalidad.
Es muy considerado hacia ti misma hacer arte para tu persona y para los demás. ¿Te gustaría agregar algo más?
JD: Claro. Fui a la Ciudad de México en diciembre por primera vez con motivo de mis vacaciones. Antes había visitado, pero fui con The Shins y Beck. Recuerdo que tocamos en el Corona Capital.
Increíble. ¿Recuerdas qué edición del festival fue?
JD: Creo que fue en 2012. Cuando te presentas en un festival, no tienes la oportunidad de ver toda la ciudad. Esa vez me la pasé en el evento y en mi hotel.
Nos gustaría mucho tenerte de regreso con motivo de algún show.
JD: Ansío mucho ir. Estamos tratando de ver cómo puede suceder. Mi amiga, Caroline Rose, acaba de hacer una serie de conciertos en solitario. Ya sabes, es mucho más fácil ir allá como solista. Nosotros estamos tratando de llevar a toda la banda. Creo que ella hizo una gira en un par de lugares diferentes alrededor de la Ciudad de México, y pareció lindo. También, mi otra amiga Luz, quien es DJ, está mucho allá.
Definitivamente, tenemos que organizar algo porque me encanta la ciudad y el país en general. Me gusta, intentar volver a mis raíces porque soy mitad mexicana. Fui adoptada y criada por mi mamá adoptiva, quién es de México. Entonces, estoy tan intrigada por seguir explorando quién soy y de dónde vengo. Igualmente, me encanta toda la comida y la cultura, así que voy a regresar sí o sí, tanto de vacaciones como con la banda.
Estoy muy segura de que te veremos pronto. Recuerda que siempre eres bienvenida y considera México como tu segundo hogar. Muchas gracias por hablar con nosotros. Ha sido un placer conocerte.
JD: Gracias a ti. ¡Cuídate mucho!