Entrevista con CLAMM
El aislamiento geográfico de algunas ciudades en el mundo, aunado al aburrimiento que suele desprenderse de esta situación, ha dado pie al florecimiento de expresiones creativas, artísticas y musicales por parte de las juventudes en distintos periodos temporales a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la década pasada, la ciudad de Melbourne, en Australia, ha sido el foco de este tema sobre la producción musical y sus contextos de desarrollo específicos, brindándonos una serie de bandas afines al rock y al punk que han enriquecido la tradición de sus respectivos géneros. Para esta ocasión, nos dimos a la tarea de ahondar en una de ellas.
CLAMM es una joven agrupación compuesta por Jack Summers (guitarra y voz), Maisie Everett (bajo) y Miles Harding (batería). Después de transitar y formar parte de varias bandas, sus tres integrantes coincidieron para llevar a cabo la composición y el lanzamiento, en agosto de este 2022, de su segundo álbum de estudio titulado ‘CARE’. Ahondando en temas sociales y políticos que inminentemente nos acechan día tras día, como la incapacidad de gobernar de las personas a cargo del poder y la necesidad de un cambio drástico que aspire a una convivencia más inclusiva y justa para todxs, es como esta banda ruge para expresar sus ideas. Musicalmente, podemos notar sus gustos por el garage rock y el hardcore punk, así como una mentalidad abierta a incluir pasajes instrumentales con instrumentos de viento y canto a dos voces que brindan de versatilidad a sus temas.
Platicamos con Jack sobre los detalles de este disco, así como de la historia de la banda, la importancia de la inteligencia emocional al tratar con emociones explosivas como la ira, la escena musical actual de Australia y de su primer experiencia estando de gira en Europa y el Reino Unido.
Cuéntame qué estaba pasando en sus vidas cuando empezaron la banda.
JS: Han pasado varios años. Miles y yo estuvimos tocando en otros proyectos durante un tiempo hasta que empecé a grabar algunos riffs de guitarra pesados que tenía guardados. Decidimos usar las grabaciones de algunas de estas cosas en las que habíamos trabajado juntos. Al final abofeteamos todo para juntarlo, no fue algo tan planeado. Terminamos lanzando eso en casetes hechos por nosotros y de alguna manera fue bien recogido. La radio comunitaria es algo muy importante en Melbourne, mucha gente escucha la radio comunitaria, no tiene fines de lucro y hay una gran comunidad a su alrededor. De repente, tuvimos la suerte de que nuestra primera cinta se reprodujera bastante, llegó a generar un poco de revuelo a su alrededor. Después Maisie se unió a la banda y pudimos dedicarle más tiempo a este segundo disco.
Acaban de terminar su primera gira por Europa y el Reino Unido, ¿cuáles fueron las experiencias más significativas para ustedes estando de gira?
JS: Creo que lo más significativo fue que había personas atendiendo a los shows [ríe], nos habían dicho que iba a pasar pero al llegar ahí fue increíble poder ver que la gente venía al concierto. No sé qué esperábamos, yo no podía creer que algunos de los shows estaban llenos. Eso fue hago difícil de asimilar: que había personas alrededor de Europa que estaban lo suficientemente interesadas como para venir a vernos por la música. Para nosotros fue grandioso poder experimentar eso.
Siguiendo el título del álbum, la preocupación por mostrar descontento ante situaciones injustas de la vida en sociedad guía buena parte de las letras. ¿Puedes hablarme un poco acerca de las ideas detrás de ‘CARE’?
JS: Históricamente ha sido difícil crear un cambio dentro de los sistemas políticos, ¿sabes? Así que, como alguien que escribe música al respecto, me pregunto: “¿Qué está haciendo esto para crear un cambio?”. Las revoluciones no siempre tienden a ir muy bien. Espero que ocurra un cambio, socialmente se está produciendo un cambio político de pensamiento en Australia; la elecciones pasadas fueron realmente positivas. Si encuentras que no puedes hacer cambios masivos en este sistema que está haciendo las cosas muy difíciles para cierto grupo de personas, lo que puedes hacer es crear una sociedad donde haya un poco más de compasión, comprensión y cuidado por las personas alrededor de ti. Eso es lo que creo que puedes hacer como individuo, creo que es importante.
La ira es un combustible para mucha de su música y letras, ¿qué tan importante crees que es tener inteligencia emocional cuando tratas personalmente con emociones tan fuertes como la ira?
JS: Definitivamente sí, durante nuestras vidas experimentamos muchas emociones. Cuando estamos en piloto automático y no pensamos en la manera en que nos afectan creo que puede ser muy fácil no estar en control de nuestras emociones, y no presenciar cómo afectan nuestras relaciones y nuestras vidas. Aceptar nuestra ira, o cualquier otra emoción, y utilizarla de manera positiva o para reflexionar y direccionar nuestro enojo es algo útil y saludable. De lo contrario, sólo estamos proyectando o enojándonos en el tráfico. Quiero decir, el tráfico es molesto, pero es peor si te enojas mucho por estar en el tráfico. Tener una relación con nuestras emociones, y tener tiempo y espacio para trabajar lo que estamos sintiendo, es muy importante hoy en día.
A diferencia de su primer disco ‘Beseech Me’ (2020), ¿cómo dirías que cambió la producción para este nuevo álbum?
JS: En retrospectiva, siento que ambos discos son similares. El primero no estuvo súper bien pensado: fue apresurado y no hubo tiempo ni teníamos dinero. Lo cual está bien, sigue siendo un gran proceso, no hay nada de malo en eso. Esta vez tuvimos un poco más de tiempo y consideración, le pusimos más cuidado, simplemente porque pudimos. De alguna manera, creo que quisimos hacer el primer disco de nuevo, pero con mayor perspectiva y aspirando a que fuera más grande. No fue tan diferente, tuvimos que hacer muchas canciones en muy poco tiempo porque todavía no teníamos dinero [ríe]. El mismo tipo que grabó nuestro primer disco también grabó éste. Hicimos casi todas las mismas cosas: grabamos unos demos, después nos sentamos a escucharlos y platicamos sobre incorporar algunos instrumentos que no habíamos empleado antes.
Las partes de saxofón de Anna Gordon en “Something New” y “NRG” le dan al álbum una versatilidad de texturas que se siente refrescante. ¿Cómo surgió la colaboración con Anna?
JS: Cuando estábamos trabajando con los demos de las canciones antes de grabarlas propiamente, había algunas secciones instrumentales que pensamos que podían beneficiarse si agregábamos otros sonidos. Siendo un trío, estás limitado por lo que puedes hacer dentro de esa formación. Nos interesaba agregar sonidos diferentes y lo platicamos con Nao Anzai, quien grabó nuestro disco, él nos puso en contacto con Anna. Después de eso ella vino para algunas de las sesiones de grabación e hizo cosas increíbles, inmediatamente quedamos muy contentos por el resultado.
La letra de “Incompetence” realmente refleja el estado actual de muchos de los gobernantes del mundo. ¿Qué es lo que más te parece alarmante de estar en una posición de poder con tanto control sobre una población?
JS: Bueno, me parece extraño que dentro de Australia y otras partes del mundo haya tanta expectativa de lo que se espera de nosotros, en tanto individuos. Hay tanto que tenemos que hacer para vivir dentro de la sociedad que puede ser financieramente abrumador vivir y sobrevivir en esta situación. Ya sabes, pagar la renta y tu seguro médico, todas esas cosas. Lo que me parece extraño es que incluso si tienes un trabajo, cubres esos gastos y vives en sociedad- incluso haciendo todo eso- parece que, de cualquier forma, no funciona. Se siente como si estas personas en el poder aún no supieran cómo crear una sociedad justa y que funcione para todos. Es alarmante el cómo a pesar de jugar con sus reglas, sigue resultado insuficiente.
En general, el álbum tiene una sensación intermitente de desorden y caos. ¿De qué manera estos conceptos se traducen a lo musical en su proceso creativo?
JS: Sí, es una pregunta interesante. Creo que es muy diferente a nuestro día a día, ¿sabes? Las emociones que vienen al tocar música que es tan caótica, ruidosa y abrasiva difieren mucho de nuestras experiencias en la cotidianidad. La experiencia cotidiana probablemente alimenta la música de una manera que rompe sónicamente con la mundanidad, ya que es rápida y desordenada. La música crea un tipo de intensidad que probablemente no encuentres en el día a día, quizás por eso nos gusta y a otras personas también.
Culturalmente, ¿cómo percibes la escena musical en Australia en este momento?
JS: Hay grandes bandas en toda Australia, eso es seguro. Por alguna razón, parece ser que en Melbourne tenemos muchas de estas bandas. En varias entrevistas que he tenido con personas europeas, siempre me preguntan qué está sucediendo con la música de Melbourne. Mi teoría, aunque posiblemente no sea correcta, es que Australia es como la capital rural del mundo. Está tan lejos de todo que no puedes irte a otro país tan fácilmente, en parte porque es una isla. No es como en Europa, donde la gente suele viajar por todo el continente sin mayores dificultades. Siento en que Australia tenemos más aburrimiento y una mentalidad de pensar que no hay mucho qué hacer, por eso creo que hay muchas bandas. Posiblemente no sea del todo cierto [ríe], pero así lo percibo.
Creo que sí hay algo de cierto en ello, en el sentido de que el aburrimiento puede propiciar la creatividad. Me gustaría preguntarte: ¿qué estaban escuchando durante el periodo de tiempo en que grabaron ‘CARE’?
JS: Creo que los tres tenemos gustos ligeramente distintos. Recuerdo escuchar un poco de los canadienses Metz y haberlos descubierto poco tiempo después de terminar ‘Beseech Me’; alguien alguna vez nos vinculó con ellos. Al momento a grabar los demos escuchamos lo nuevo de Eddy Current Suppression Ring, una banda de Melbourne que, de la nada, acababa de lanzar un nuevo disco. Han estado en nuestro radar y en el de muchas otras bandas australianas desde hace tiempo, son muy buenos. Qué más… A los Wipers. En ese momento no los conocía mucho, pero alguien ya me los había mencionado y dicho que los escuchara. Esas son las bandas que me vienen a la cabeza ahora.
Para esta parte final te daré una afirmación y después me dirás si estás de acuerdo o no con ella y porqué, ¿te parece?
JS: Sí, claro.
“La música es una forma de comunicación que antecede al lenguaje”.
JS: Estoy cien por ciento de acuerdo con esa afirmación, porque no creo que el lenguaje pueda explicar la música y el arte. No creo que las personas sepamos exactamente porqué nos gusta la música y el arte, y menos las razones detrás de porqué hacemos música. Yo mismo no sé exactamente las razones por las cuáles hago música, y no me siento del todo responsable por la creación de mi música, ¿sabes? Personalmente siento que, cuando hacemos música, estamos accediendo a algo que no puede comprobarse. La música, el arte y la creatividad, de todas las formas de comunicación, son las cosas más cercanas a la magia que tenemos.
Para terminar, ¿qué consejo le darías a las personas que también están enojadas y descontentas con la situación actual del mundo?
JS: Les diría que encuentren una salida para sus frustraciones y que usen su ira para afectar positivamente sus propias vidas. Porque si estás enojado con el gobierno o cualquier otra cosa de una manera en que no te esté sirviendo, entonces ellos están ganando. Pero si lo usas para crear algo para ti, entonces puedes sacarle provecho. Creo que es bueno usarlo para beneficiarte tú mismo.