Entrevista con Allie X
La máscara del goth desde el lente pop: contrastes, introspección y new wave

La compositora canadiense Allie X lanzó, con el comienzo del año, ‘Girl With No Face’, un álbum que, en medio de la rabia y el caos, encuentra espacio para melodías pop. En su contraste natural, brinda un equilibrio sonoro único, que la misma artista denomina como ‘goth-pop’: un subgénero que colisiona el post punk y el new wave, con armonías pegajosas de pop.
Este nuevo material, además, explora el mundo a través de las máscaras, Allie X busca su propia identidad navegando un viaje introspectivo, pues fue compuesto y producido enteramente por la artista. En este ambiente reflexivo y energético, se da lugar el baile y las vibraciones naturales del new wave, el género nuclear del disco, desde una perspectiva actualizada. Para conocer más sobre el entramado de influencias, el proceso individual y la creación del goth pop, platicamos con ella.
¿Cómo empiezas el proceso de trabajar en tu música por tu cuenta? Considerando que tú escribiste las letras, compusiste la música y, además, produjiste el disco. Imagino cambia por completo la experiencia.
A: Fue la primera vez que intenté hacer la producción completa de un álbum completamente sola. Fue una experiencia larga y difícil de aislamiento, pero creo que hice algo que no podría haber hecho de ninguna otra forma. Ahora que estoy del otro lado me siento muy cansada, pero contenta de hacerlo, de terminarlo.
De alguna forma, esta producción individual tiene un rasgo importante de autenticidad, se siente como tú misma.
A: Sí sí, se siente como la versión más distal de mí que alguna vez haya puesto en un disco.
Este álbum, además, parece como una nueva identidad sonora para ti, pensando en ver hacia el interior o hacia el exterior, como el mismo nombre del álbum ‘Girl With No Face’, ¿crees que exista un concepto como cuando nuestra cara se deforma al mirarnos mucho en el espejo?
A: Sí, es lo interesante de este álbum, como mencionas y comento en mi biografía, pasé tanto tiempo mirándome, metafóricamente, en un espejo, que empecé a ver cosas diferentes en él, cambió mi perspectiva. Sabía lo que quería, específicamente, en el sonido de este disco, pero, temáticamente y líricamente, de hecho, estaba muy sorprendida de lo que salió de mí. Me sorprendió la cantidad de rabia y enojo que había en mí, creo que fue un proceso sano para mí poder liberar esta parte al mundo, en una canción, y dejar que el mundo lo escuchara. Creo que mucho de eso estaba guardado dentro y lo pude liberar de esa forma.
Este álbum en su sonido me recordó a la escena clásica del new wave, artistas como Yazoo, The Human League o New Order, que entiendo son bandas que también disfrutas, ¿cómo fue incorporar música que te inspira en tus propias canciones?
A: Soy como tú, una gran fan del new wave, fue algo a lo que me acerqué como adulta, probablemente en los últimos cinco años. Comencé con Cocteau Twins, me enganché con The Cure y comencé a ir todavía más atrás, hasta que llegué a Kraftwerk y Joy Division. Después empecé a leer algunos libros y memorias sobre ese tiempo, aprendí sobre el equipo de sonido, me enamoré con los tonos de guitarra. Como fui la única persona involucrada en esto por tantos años, pude dejar libre ese gusto, incluso en mi álbum anterior, ‘Cape God’, ya estaba interesada en un sonido goth, aunque solo lo escuchas un poco, porque tuve que compartir mis gustos con los de otras personas. Esta vez fui completamente retro, en ese tipo de escape sónico, porque podía, nadie iba a detenerme.
Aun así, creo que esta es una visión moderna de un sonido del pasado, hay un trabajo muy detallado detrás de cómo fueron armadas las canciones, mientras recuerdas los beats de New Order o referencias a Kraftwerk.
A: Sabía que estaba siendo referencial, pero tenía miedo del riesgo que tiene de sonar extremadamente viejo. Tenía la confianza de que la forma en lo filtré a través de mí crearía algo nuevo y fresco.
Mencionaste que este estilo podía llamarse ‘goth pop’, yo lo llamaría hasta ‘melodic goth’, el álbum en sí muestra estos dos lados, ¿cómo fue potenciar estos contrarios?
A: Es un poco como lo anterior, tomé una referencia de un género goth, post punk, sabiendo que yo soy increíblemente pop y melódica en mis instintos. Fue la confianza de que mi perspectiva en esa música, que no suele ser muy melódica, y las melodías que yo escribo crearían una contradicción interesante. No fue muy intencional, era como una chef en la cocina y sabía que tenía un sabor, mientras añadía otro completamente diferente, confié en que haría algo tanto pop como goth.

Además, hay un contraste muy interesante de la dureza del noise con algo tan melódico como tu voz, ¿sentiste que lo vocal fue diferente en este álbum?
A: De hecho, me gusta mucho hablar de mi voz en este álbum porque yo hice la producción vocal. Normalmente cuando eres una cantante de pop y en las canciones de pop en general, hay una forma muy específica en cómo se producen los vocales ahora. Corre por muchísimos plug-in diferentes, lo que llamamos una cadena de efectos, frecuentemente hay dobles, triples, hasta cuádruples de vocales, hay autotune… Si escuchas lo que sea en el radio, es así, me aburrí un poco de ese sonido. Siento que, si escuchas mi voz real, como en los shows en vivo, había una disparidad entre ella y como sueno en mis discos pasados, en este intenté regresar a cómo se grababan los vocales en los ochenta, setenta, donde es más crudo; no hay mucha afinación, no está perfectamente en tiempo, así que fui muy intencional. Otra cosa interesante que sucedió en este álbum es que mi voz es muy alta, vibrante, y tiendo a ser algo teatral naturalmente en mi interpretación, probablemente porque hice teatro musical y sentí que siempre intentaba limitarlo hasta este disco. Dejé que mi voz y sus excentricidades vivieran libremente, sin tanto control, eso fue muy interesante para mí también, porque por muchos años intenté deshacerme de mi vibrato o cantar más bajo o grave, en este disco lo dejé ser y fue satisfactorio.
Incluso puedes escuchar en canciones como “Black Eye” un beat que se asemeja a “Blue Monday” de New Order, con esa armonía especial que no es totalmente paralela. ¿es complejo retomar la perspectiva única de otros artistas?
A: Es algo que la gente puede admitir o negar, pero que casi todos hacemos, hasta The Beatles tomaron inspiración del blues, soul y Elvis [ríe]. Hay una línea muy fina entre plagiar y hacer referencia, yo intento ser audaz al respecto, a veces hago referencias más obvias. Es la confianza en que mi perspectiva única hará algo nuevo, incluso si es referencial. Sí tienes que ser consciente de no cruzar esa línea, así que espero no haberla cruzado, sabré si me demandan [ríe].
Aunque sea algo arriesgado, ¿crees que ‘Girl With No Face’ es un álbum conceptual? Considerando toda la introspección y la cantidad de trabajo que hay en él.
A: Pienso que mi trabajo suele ser algo conceptual, en el sentido de que hay una historia que contar, hay un mundo que construir, hay un color relacionado con él, hay una estética que lo engloba, y todo eso lo pienso cuidadosamente. Incluso podría decir que este álbum es el menos conceptual, porque se sintió más como una instantánea del momento en que estaba, mientras que en otros álbumes como ‘Cape God’ me transporté a un mundo que no existe, que tuve que crear. En ‘Girl With No Face’ había menos intención en crear un concepto, pero por virtud de ser una pieza cohesiva de trabajo, definitivamente tiene temas como identidad, tener que fingir, enemistades, enojo, dolor, estar molesta con la industria musical, ese es el concepto. La portada del álbum, esa imagen, engloba todas estas ideas, por lo que estoy muy feliz al respecto.
Cuando vi la portada del álbum, con la máscara, incluso pensé en que cada canción era una máscara diferente por sus singularidades, como si fueras cambiando dependiendo de los sonidos. De alguna manera es una carta hacia ti misma.
A: Me gusta mucho esto de que sea una carta para mí misma, eso resuena, y también es una carta para el mundo. Pude revelar algunas verdades sobre mí misma, pude representarme de una forma como nunca antes, que se sintió profundamente honesta.
Esa misma honestidad puede resonar en los otros, pueden encontrar una parte de sí mismos en las canciones.
A: Esa es la belleza de ser un compositor de canciones, aunque de cualquier tipo de escritor en realidad, una de las partes más hermosas es que puedes escribir algo que se siente muy específico y personal, único para ti, te sientes tan solo y aislado en tus emociones, pero lo pones de cierta forma que se vuelve universal. Muchas personas lo entienden de verdad, de dónde nace, porque experimentan algo similar, poder recibir esa conexión es un gran privilegio.
Este mismo sentido de colectividad rompe el ciclo con el aislamiento al inicio del proceso creativo en este álbum. Algo tuyo se convierte en algo de los otros. ¿Crees que podrás apreciar mejor esa recepción en tu próximo tour?
A: Me emociona mucho ver cómo es recibido en vivo, porque, aunque hice algunas presentaciones en tiendas de discos en la semana del lanzamiento, la mayoría de los fans aún no sabían la letra de las canciones. Es emocionante saber cómo será la audiencia después de tener el álbum después de algunos meses, conocer las letras… Imagino que veré este álbum de diferente forma en ese punto, en cuanto te distancias de él, comienzas a verlo como un reflejo de otras personas y cómo lo perciben, es un proceso interesante y bueno, porque puedes soltarlo en una forma saludable.