ECHOES
VIAGRA BOYS:
El retroceso del hombre y el avance del post-punk
entro del panorama actual de bandas influenciadas por el punk rock de finales de los setenta, sobre todo
D
Tras formarse en 2015 y sacar una serie de EPs en los años siguientes, debutaron con su primer álbum de larga duración en 2018, titulado ‘Street Worms’. Su tirada musical se apreció con claridad desde el comienzo: un bajo directo al grano que, junto a la precisión de la batería, funciona como el motor de sus composiciones; letras con un humor ácido que, por un lado, cuestionan satíricamente visiones y prácticas nocivas de nuestra contemporaneidad y, por otro, humanizan temas relacionados a las adicciones y trastornos de salud mentales; una instrumentación variada que da lugar a dinámicas, tanto rítmicas como melódicas, entre los teclados, sintetizadores, guitarras y el saxofón. Mientras que ese lanzamiento se distinguió por su hipnótica versión del garage punk, su sucesor de principios de 2021, ‘Welfare Jazz’, nos mostró un lado más contemplativo y experimental del grupo, pero no por eso menos abrasador.
En ‘Cave World’, su último disco, siguen explorando con géneros como la música techno, el new wave y el rock industrial: una conjunto de estilos eclécticos que logran cohesionarse bajo una estética de art punk a lo largo de su duración. Al trazar paralelismos entre situaciones actuales, tales como como el incremento de la violencia armada y el extremo escepticismo hacia la ciencia, y el estilo de vida de los primates hace millones de años, se problematiza la idea errónea de que la evolución implica progreso. Humorísticamente inteligente y sensible ante nuestro presente, el álbum arremete contra actitudes dañinas vinculadas a la masculinidad hegemónica, mismas que han hecho descender a la humanidad a un estado peor que el de aquellos simios “salvajes”.
Para inaugurar “Echoes”, platicamos con Oskar acerca de las temáticas del álbum, de la inspiración que les ha brindado la música techno, de su forma de tocar el saxofón, del importante papel que desempeñó el guitarrista Benjamin Vallé en la banda y de sus icónicas sesiones en vivo: las Shrimp Sessions.
por el post-punk y el art punk, podemos darnos cuenta de que se han ampliado las posibilidades sonoras y estéticas a las que el género, y estas dos vertientes, puede llegar. Tal es el caso de Viagra Boys, agrupación proveniente de Estocolmo, Suecia, compuesta por el vocalista Sebastian Murphy, el bajista Henrik Höckert, el baterista Tor Sjödén, Oskar Carls en el saxofón y Elias Jungqvist en los teclados y sintetizadores.
Hola Oskar, ¿podrías platicarme cómo conectan entre ustedes al momento de tocar? Tengo entendido que vienen de orígenes musicales diversos.
OC: Sí, tenemos distintos orígenes. Yo vengo del free jazz y la improvisación musical, Benjamin estaba en una banda de hardcore punk, con gustos como Discharge y bandas así. Seb, él tiene una vibra distinta. Todos venimos de diferentes lugares, tal vez esa es la parte más divertida de la banda: cada uno aporta algo único y tratamos de hacer algo juntos a partir de eso. Nos permitimos ser nosotros mismos tanto como podamos.
¿Qué tan diferente es el grupo ahora a cuando te uniste en 2017?
OC: Es un proceso interminable, yo creo. La vida sigue y siempre tenemos nuevas influencias, todo cambia naturalmente. No nos aferramos a cosas que hicimos seis años atrás, en lugar de eso tratamos de hacer cosas nuevas y estar abiertos a lo que nos depara el presente.
Acerca del proceso de grabación para este lanzamiento, cuéntame cómo fue trabajar con el material que tenían previamente hecho. Me parece que lo regrabaron y le modificaron varias cosas.
OC: Oh, sí. Esa ha sido la historia de todos nuestros álbumes de estudio, con ‘Street Worms’ fue lo mismo, y ‘Welfare Jazz’ también tiene mucho de eso. Si bien recuerdo, para este disco tuvimos tres sesiones, pero siempre es una mezcla. Al estar de gira constantemente, tratamos de hacernos el tiempo debido para hacer nueva música. Algunas canciones fueron hechas en nuestro espacio de ensayos; otras en el estudio, mientras experimentábamos; otras a partir de demos caseros que alguno de nosotros compartía, para después aprendernos juntos la canción. Es una gran mezcla, como siempre.
“Well, out here in your local jungle, ain't nobody vaccinated
We spend our time throwing shit at each other, we're just hanging out masturbating
Well, leave society,
be a monkey”
- Return to Monke
Al exponer una mirada cruda y sarcástica que reflexiona entorno a problemas colectivos actuales, el álbum se burla de la visión del progreso como parámetro evolutivo. ¿Qué piensas del progreso?
OC: Si empiezas a mirarlo de cerca surgen muchos problemas para resolver, algunos muy grandes, y fácilmente se convierte en una pregunta política. Creo que lo mejor que puedes hacer es tratar a las demás personas como te gustaría que te trataran, ser extra amable con quienes te rodean y esperar que eso se comparta. Tal vez esto se escuche como una canción de los Beatles, pero lo que más necesitamos en este mundo es amor, sin ser hippie [ríe]. Podemos tratarnos amorosamente y no apuntar siempre al éxito o a nuestras carreras individuales, tomarse un tiempo y mirar alrededor para devolverle algo a lxs demás.
Nunca sobra transmitir ese tipo de mensajes, concuerdo contigo. Siguiendo con la temática de ‘Cave World’, me gusta que la visión despectiva con que algunas personas miran a los primates sea cuestionada y subvertida. ¿Qué opinas al respecto?
OC: A veces es triste lo claro que se ha vuelto ver cómo los humanos trabajamos entre nosotros, agregamos capas adicionales de las peores cosas que puedas pensar y después llamamos a eso extra inteligencia. Resulta extraño observar cómo, a partir de todas las cosas que hemos creado, nos nombramos la especie suprema, cuando lo que estamos haciendo es lastimarnos entre nosotros para el beneficio de unos pocos.
En canciones como “Ain’t No Thief” y “ADD” se nota que han seguido su exploración con la música electrónica; la primera es cruda y transmite una energía como de rave, mientras que “ADD” es igual de movida pero no tan desenfrenada, creo que ambas tienen algo de techno. ¿Cuál es su relación con esta vertiente de la música electrónica?
OC: Para nosotros, la música techno siempre ha sido una gran inspiración. No sólo por la música en sí, pero sobre todo por la idea de tener un concierto. Cuando la gente viene a vernos tocar, tenemos la esperanza de ser tan inclusivos como cuando vas a ver a un DJ de techno. No queremos pararnos y decir: “Hey, vengan a escuchar nuestras canciones, son geniales. Tienen que escucharnos”. Lo que nos gusta, más bien, es que las personas sientan que están en una gran y linda fiesta junto a nosotros. Esa idea nos ha parecido muy alentadora. Leí este libro hace algún tiempo, en donde describía que la música es o para el cerebro, o para el trasero. Nosotros tratamos de hacer música para sus traseros [ríe], y ser más inclusivos. Para que vayan a nuestros shows no es necesario que conozcan de antemano las canciones, esa es nuestra meta. Como si fuera un rave o un lugar donde escuchas música techno.
Quisiera preguntarte acerca de su colaboración con Jason Williamson, de Sleaford Mods, en “Big Boy”. ¿Cómo se llevan entre las dos bandas?
OC: Los hemos escuchado bastante, su energía ha sido estimulante para la música que hemos estado haciendo. Ese tipo de rap, crudo y como escupido, es muy directo al igual que sus letras, significó mucho. Empezaron a mostrar interés en nosotros y ahí fue cuando comenzó el coqueteo [ríe]. Decidimos probar nuestra suerte y les enviamos una canción, él estaba emocionado de hacerlo y nosotros contentos. Tocamos juntos alguna vez, les abrimos un show en Londres, me parece que antes del COVID… estos últimos años la claridad respecto al tiempo se ha difuminado.
Considero que los instrumentos que rodean la sección rítmica experimentan con los detalles de una forma minimalista, ampliando sus matices musicales. ¿Qué es lo que más disfrutas de tocar el saxofón en esta banda?
OC: Me encanta ser parte de la sección rítmica con mi saxofón, para mí eso es lo más interesante y desafiante de hacer: formar parte de la sección rítmica en una banda de rock con el saxofón. No sólo ser un instrumento solista, sino ser parte de todo el sonido de la banda, como un guitarrista rítmico. Desde que comencé a tocar con ellos eso ha sido un reto, incluso antes de estar en Viagra Boys. Tocaba con una banda polaca llamada Kurws, y en ese sentido era igual. Siendo parte de ese sonido, no podías ser un instrumento solista, tenías que ser parte de todo lo demás. Ellos me enseñaron mucho sobre eso, son increíbles. No tengo tiempo para estar con ellos ahora, pero los extraño mucho.
Acerca de Benjamin, ¿puedes contarme de la importancia que tuvo para Viagra Boys? Personalmente, creo que su forma de tocar la guitarra en ‘Street Worms’ es fenomenal.
OC: Lo es, en verdad es impresionante. A pesar de no venir del mismo tipo de música que a él le gustaba, como el hardcore punk y otro tipo de bandas afines, enseguida supe que tenía un gusto musical increíble, y eso se notaba en su forma de tocar. También era súper gracioso, siempre tenía historias que contar… Era un personaje único, lo extrañamos todos los días. Él era una parte muy importante de esta banda, por lo que tratar de mantener la esencia de esto sin él ha sido muy difícil. De cierto modo todavía está con nosotros.
“But when we had hairy arms and legs
And you were still swimming round in a lake
Yeah, you were still a troglodyte
You just evolved a bit too late”
- Troglodyte
Gracias por abrirte respecto a esto, lo aprecio mucho. Finalizando, platícame cómo surgió la idea para realizar las Shrimp Sessions.
OC: Siempre hemos sonado muy distinto en vivo que en estudio, así que quisimos capturar las dinámicas que surgen entre nosotros cuando damos un concierto. Después nos dimos cuenta de que las personas las estaban apreciando, la idea de siempre hacer Shrimp Sessions nos gusta. Creo que puedes esperar Shrimp Sessions 3 pronto, lo sé porque ya está hecha [ríe].
En noviembre vendrán a México como parte del cartel del Corona Capital. ¿Cómo se sienten de esta próxima presentación en la CDMX?
OC: Por supuesto, va a ser como una explosión. Me encanta la comida, entonces espero con ansias probar los tacos, otros platillos tradicionales y un buen mezcal. Tengo muchas ganas de ir, toda Sudamérica en general, pero sobre todo México por la comida. Queríamos venir desde hace tanto tiempo, pero luego el COVID se interpuso en el camino, por lo que ha sido un largo camino hasta aquí. Todos estamos muy emocionados.