Entrevista con Yellow Days
El sonido de lo que realmente importa.
George Van Den Broek ha sabido llegar a los oídos adecuados mediante su proyecto solista, Yellow Days. Esto a través de la expresividad de su paleta de sonidos entre guiños soul, efervescencia R&B y uno de los indie sounds más refrescantes de los últimos años.
Desde el 2016, el inglés se ha dedicado a inundar el oído internacional de sencillos icónicos y una línea cada vez más definida. Consolidada entre álbumes como ’Harmless Melodies’ (2016), ‘Is Everything Okay In Your World?’ (2017), ‘A Day In Yellow Beat’ (2020) y, más recientemente, ‘Inner Peace’ (2022).
Con los detalles del reciente material ya cubiertos en nuestra primera entrevista y la impresión de su visita a tierras nacionales aún fresca, dedicamos estas líneas para dar una mirada más profunda al hombre detrás del proyecto. Donde conversamos sobre los eventos que han resonado hasta su actualidad, la perspectiva filosófica detrás de su intención artística y la brújula sensible que guía la vida del joven músico.
¿Qué tal tu visita a tierras nacionales?
GV: Absolutamente genial, hombre. He estado haciendo música durante más de cinco años, pero jamás había tenido la oportunidad de viajar a México. Es un lugar hermoso, la Ciudad de México es increíble. Y, bueno, las personas en Inglaterra amamos beber, así que he estado disfrutando del tequila que ya había probado en Londres, pero el mezcal… ¡Ah, el mezcal! Así que sí, me la he pasado muy bien, turisteando. El hecho de tocar aquí es asombroso. Saber que hay muchos fans aquí me emociona.
Debe ser un poco extraño estar en una de las grandes ciudades tan lejos de casa, te hace pensar en todo lo que llevó a este punto. ¿Cuál es tu historia antes de Yellow Days?
GV: Nací en Manchester pero me crié en el Sur, mi familia es una mezcla de cardinalidades inglesas. También pasé buena parte de mi niñez en EE. UU. ¿Sabes? Es por eso que tengo esta mierda de acento revuelto. Esa es mi historia, pero diría que mi vida empezó realmente con la música, cuando tenía 16. Fuera de la escuela me dedicaba a ser este bebé del entretenimiento, sin ninguna noción sobre quién era realmente [ríe].
Pensando en cómo fue tu juventud y tu colisión con el mundo artístico ¿cuál es el momento que te hace apostar tu vida enteramente a esto?
GV: A los 14 escribí “People”, canción que terminó en mi primer álbum. Desde ese momento fue pura determinación, practicar todos los días, escribir todos los días, llegar de clases y tocar cada canción para mi mamá. Ahora tengo 23, pero eso ha sido mi vida durante los últimos años. Ha estado en mí desde hace mucho tiempo, es extraño que de hecho esté sucediendo [ríe], me hace sentir muy agradecido.
Vaya, yo tengo 22 y jamás me había sentido más perdido. Suelo perderme en la intensidad de lo que me rodea.
GV: Decir que tienes 22 y mantienes esta extraña relación con el mundo es algo que entiendo completamente. A los 18 me sentía con mucha más seguridad sobre absolutamente todo, ¿sabes? Ahora siento que todo se abalanza contra mí: política, sociedad, conflicto global…
Es absolutamente abrumador.
GV: ¡Exacto! Empiezas a darte cuenta de que el mundo es realmente un lugar horrible [ríe]. Al mismo tiempo he tenido la fortuna de salir, tocar mi música, conocer personas alrededor del mundo. Mierda, amo eso. Es un recordatorio constante de la gentileza del espíritu humano; todas las personas son genuinamente lindas, cada uno posee aunque sea un dejo de bondad. Como toda persona de mi edad, me hierve la sangre cuando pienso en política y en la vida en general; una colisión automovilística donde debería estar tu mente. Es desafiante, pero pensar en todas estas personas restaura mi fe en que todo estará bien, o eso creo [ríe].
¿Cómo se traduce este sentimiento de calidez general en tu día a día?
GV: Sé que hago y digo todas estas cosas, pero vivo una vida increíblemente pequeña: tres amigos, mi novia y mi familia. Me apasiona dar amor a esta parte más íntima de la vida, se equilibra con la amplitud existencial de las grandes preguntas. Como artista, me cautivan estos pequeños detalles del día a día: las amistades, las relaciones… hacen que vivir valga la pena. Viajar alrededor del mundo me hace querer una vida en casa cada vez más pequeña. Creo que mi mundo artístico, el cómo suena mi música, lo explica en gran parte mi carácter reclusivo. Intercalo este ambiente de fiestas, drogas y alcohol con el aislarme completamente.
Después de ubicar a las relaciones en un punto tan central surge el problema siguiente, ¿cierto? Aceptar que todo acaba. ¿Cómo encajas esto en tu filosofía personal?
GV: Cuando tenía 18 y recién empezaba a salir de gira, no tenía tiempo para ver a mis amigos. Fue un periodo realmente solitario. Creo que es algo con lo que aprendes a lidiar, lo entiendes como un proceso inevitable y natural. Cada vez estás más y más solo; debes volverte mejor para estar contigo mismo. Paralelamente, los puntos donde encuentras compañía cobran más valor; la vida es corta e impredecible, debes invertir tu tiempo en personas a quienes les importes, con quienes realmente compartas ese algo más. No hay nada peor que sentirse incomprendido. Mientras estés vivo, trata de pasar tu tiempo con personas lindas, da lo mejor de ti.
Hablar sobre comprensión me hace pensar en lo difícil que es comunicarnos. La distancia que nos diferencia, unos de otros, termina distorsionando el mensaje inicial. La idea interna no es la que entregamos al otro. Pensar que esa imposibilidad es una constante, aún dentro nuestro, es duro… incomprendidos por nosotros mismos.
GV: Fui un fracaso como estudiante de filosofía, pero sigo leyendo algunos libros al respecto. Buena parte de la filosofía y de algunas religiones orientales se basan en la idea de continuar, de dejar ir, de admitir que no tienes control alguno. Creo que son principios muy importantes para la vida en general. Lo que me ha ayudado a mí en momentos de ansiedad o depresión, ha sido reforzar mi gratitud mediante la idea de la finitud. Perder a alguien que amas remarca la lo corta que es nuestra experiencia. Cuando te aferras a la idea de que eventualmente morirás, dejas de joder con tu vida, te tomas seriamente. La diferencia entre las personas que ponen atención a las cosas que realmente importan y aquellas que creen que vivir para siempre es su pensamiento, es el gran punto para ser un buen ser humano. Sin todo ese extenso proceso necesario terminas alejando a las personas, malgastando tu tiempo, sintiéndote vacío. Se trata de hablar contigo mismo de la manera más franca posible; admitir tus debilidades, tus fracasos, confrontarlos, ser valiente. Muchas personas tienen miedo de hacerlo, pero debes buscar la manera de avanzar, es eso o perderte entre la vaguedad. Decirlo es fácil, pero toma mucha fuerza y tiempo ser capaz de hacerlo, se requiere crecer. Crecer es genial.
Pensar que no tienes ningún problema por resolver no es más que narcisismo [ríe]. Entre redes sociales y consumismo las cosas se tornan profundamente narcisistas muy rápidamente. Debes luchar contra ello por el bien de las cosas puras de la vida: amor, familia, amistad. Eso es lo que quiero comunicar a través de mi música, impulsar a las personas para que vean lo que realmente importa y admitir que son cosas con las que yo mismo sigo luchando. No es un “miren lo feliz que soy ahora, lo resolví”. No es así como funciona estar vivo. Sin importar la cantidad de avance que hagas, siempre habrá un nuevo problema.
Volteando hacia el otro lado, ¿hay algún logro en específico al que apuntes mediante tu música?
GV: Creo que no pienso las cosas así ¿sabes? Sé que he tenido ciertos logros en cuanto a la música, pero no fueron pensando en alcanzar ciertos números en plataformas o lo que sea. Estoy en esto porque me nace hacerlo, a algunas personas les gustará y a otras tantas no y eso está bien.
No pensar en términos de “éxito” es la única manera de obtenerlo.
GV: En música, claro. Si lo tuyo son las finanzas, quizá no sea la mejor idea [ríe]. Una de las razones principales para seguir creando arte es trascender ese estado creativo inicial, ir mucho más allá. Para mí se traduce en hacer buena música, es lo único que quiero.
¿Qué hay de lo personal? ¿Cuáles son algunas de las experiencias que quieres vivir?
GV: Casarme, ser padre, ver a mi familia llegar a viejos. Creo que son las únicas cosas que pueden hacer realmente feliz a alguien. Tener a alguien para ti, sentir amor.
Esperemos que todas ellas lleguen acompañada de nueva música de Yellow Days.
GV: Tengo un montón de música nueva que estaré lanzando muy pronto. Para mí, una parte crucial del proceso musical es la exploración de géneros. Así que he estado trabajando en toda clase de nuevos sonidos, las fusiones jazz son lo siguiente en la lista.
Siempre es un gran momento para cubrir de jazz cualquier expresión musical, quizá ahora un poco más.
GV: Estamos en una gran era para la música pop, siento que se vuelve mejor cada día. Tienes a artistas como Tyler, The Creator en Estados Unidos o Tom Misch en el Reino Unido llenando nuestros oídos con referencias jazz, soul y R&B. Recuerdo cuando Tame Impala, Mac DeMarco o King Krule estaban en el undeground y ahora veo sus nombres liderando festivales a dondequiera que voy. Mierda, Thundercat, antes de ‘Apocalypse’ (2013) jamás había escuchado un álbum tan salvaje. Recuerdo escucharlo drogadocon mi novia de ese entonces y pensar algo como: “esto es jodidamente raro”. Ahora veo su nombre en las primeras líneas de cada cartel; la cultura está avanzando sobre sí misma.
Estamos dejando atrás el absurdismo sintético para volver a la musicalidad; artistas enteramente dedicados al oficio instrumental. Realmente creo que los próximos diez años serán increíbles para la música en general. Me siento ridículamente optimista respecto a la música que está por suceder, ‘IGOR’ será el soundtrack de la vida del próximo Stevie Wonder.
Realmente lo espero. Despertar cada día con sonidos más intensos que los anteriores. Ha sido genial poder conversar contigo George, ¿algo más que quieras agregar para Vibras?
GV: Solo que ha sido un placer compartir este espacio y espero que cualquiera que lea esto me acompañe el resto del recorrido.