Entrevista con Triángulo de Amor Bizarro
Exploraciones hacia y desde el sonido hispanohablante.
Desde su formación en 2004, el proyecto conformado por Isabel Cea, Rafael Mallo, Rubén Muñoz y Rodrigo Caamaño se ha consolidado como uno de los referentes de la sónica española para toda una generación. Nominaciones internacionales, álbumes multipremiados, shows alrededor del globo y más de un himno shoegazepop insertado en la columna de lo hispanohablante, han hecho que Triángulo de Amor Bizarro necesita a penas presentación entre una salvajada de oídos a la redonda. Expandiendo, de manera más que natural, el vínculo de lengua compartida a toda Latinoamérica, siendo la capital nacional una de las ciudades más cercanas al cuarteto de los tres vértices.
Tras una solemne cancelación debido al sismo de 2017, y aprovechando el impulso post pandemia al interior de ‘No Eres Tú’ (lanzado vía Mushroom Pillow Records a finales del año pasado), los gallegos regresan a saldar su deuda sobre escenarios mexicanos, no sin compartir sus sentires en voz del guitarrista Rodrigo Caamaño. Con quien platicamos sobre todo lo relacionado a esta nueva etapa para la banda, sus aspiraciones tras casi veinte años de carrera y la chispa creativa que les ha mantenido, record a record, en el filo de la navaja sonora.
Han pasado poco más de quince años desde que el primer acorde prendido drive de TAB impactara nuestros oídos en 2007. Tomando en cuenta la tonelada de experiencias que esto implica ¿cómo han logrado mantener juntos, proponiendo a través de su sonido?
R: Al final, creo que una banda tiene que estar siempre buscando algo nuevo, algo que sea incitante a la hora de hacer canciones, intentar explorar, ir hacia adelante. Somos un grupo que lleva ya varios años ¿sabes? es una cuestión de aburrirte de ti mismo, buscar siempre lo que puedes hacer. Sentirte siempre como el primer día; cuando empiezas a tocar y tienes delante tuyo todo el universo musical obviamente no sabes lo que vas a hacer, vas explorando, encontrando una voz a través de todos estos estilos, creo que es por eso que jamás hemos sido un grupo al que le interese realmente fijar algo y hacer siempre lo mismo. Sino eso, ir probando cosas nuevas, escuchar todo tipo de música, la clave es seguir transmitiendo nuestra personalidad a través de cada uno de esos cambios. Eso ha sido la clave todos estos años para que la banda continúe.
Supongo que siendo creadores, su propia sensibilidad, aunada a la del público, son los mayores puntos de referencia. El poder extender la vida de un proyecto depende, en gran medida, de encontrar el punto medio entre ambos rubros ¿Cómo han hecho coexistir ambas exigencias a lo largo de cada nuevo disco?
R: No estoy seguro. Sé que queremos hacer música que tenga ese componente humano, emocional, lejano a lo mecánico, a esa música pensada para llegar a las listas de éxitos; comercial por el hecho de serlo. Queremos que transmita lo que sentimos, es decir, emociones buenas y malas, momentos de alegría y de tristeza. Que nuestros discos reflejen la estación de nuestras vidas justo en ese momento. Lo que nos importa es el impacto musical, no el sonido, ni los acordes, ni las melodías… las notas mismas son sólo permutaciones. Lo que vale es que transmita una emoción, que todo ello se refleje en otro ser humano y produzca algo… odio, amor, lo que sea. Que el mensaje, o más bien nuestro mensaje porque es nuestro grupo [ríe], resuene entre la gente. Esta es la fuerza primordial que mueve a Triángulo de Amor Bizarro, tras tantos shows suponemos que hay personas detrás de ello, escuchándonos.
Cuando pienso en la dinámica de los públicos dentro del panorama actual creo que el suyo, los afines al harsh español, encabeza la lista de solidez –bendita la escena española–, pero las situaciones muchas veces escapan a lo que nosotros como público, prensa o artistas podemos manejar, muestra de ello los últimos dos años. ¿Cómo se sienten en este regreso al oleaje musical?
R: Está siendo un año muy intenso, por el regreso post pandemia, porque venimos de momentos realmente complicados a nivel emocional. Retomar los conciertos como eran antes fue una experiencia reveladora; volver a empezar. Estando en medio del confinamiento, sin saber qué iba pasar, a merced del punto cero, regresar significó disfrutarlo como la primera vez. Este momento se siente como volver a ser una banda de primer año, reencontrarnos con personas nuevas y con quienes no nos habíamos visto desde 2019. Con el último disco crecimos mucho, ganamos mucho público joven, pero es hasta ahora, dos años después de lanzado el álbum, que nos podemos ver en directo; salir de una patada al nuevo mundo. Creo que es una sensación común entre los proyectos justo ahora, pero nada como reescucharla desde sus cojones. Ya hacían falta en México.
R: Hablando con nuestro manager, durante ese caótico periodo de tiempo, llegamos a que debíamos volver a México a como diera lugar. Uno; para cerrar el capítulo que habíamos dejado abierto y dos; para enfrentarnos con el reto de los conciertos tras pandemia, retos de nueva era. Nos propusimos justo eso como capricho de 2022; cerrar este ciclo de años turbulentos con nuestra visita a México, abriendo, al mismo tiempo, las puertas al nuevo disco.
Creo que es en estos momentos de cierre donde volteamos atrás para hacer un recuento de los pequeños puntos rojos que conformaron el camino ¿es así para ustedes? ¿tienen presente momentos incrustados en su trayectoria o todo es más un continuo musicalizado por las voces de su público?
R: Echando la vista atrás nos damos cuenta de que el tiempo pasó muy rápido; vernos aquí, justo ahora, nos recuerda que somos una banda que empezó en otra ola musical. Seguimos siendo los mismos cuatro, seguimos llevándonos muy bien (que la relación de banda siempre es complicada), y el grupo se ha mantenido con los mismos métodos. Disfrutamos estar juntos, sobre el escenario, en el estudio, pensando siempre en lo siguiente. Es claro que al final resuena con la gente porque te encariñas, el paso del tiempo lo hace posible.
Mantener esa relación, el nexo entre escucha y artista, suena infinitamente valioso ¿Qué hay de los nuevos oídos y la masificación inherente?
R: Quizá las personas con quienes empezamos ya no van a tantos conciertos, pero seguimos viendo caras nuevas, creemos que aún somos importantes para mucha gente. Nunca pretendimos ser uno de esos grupos comerciales que llegan a todo el mundo, pero nuestra visión siempre fue coincidir con esa clase de personas como nosotros, gente que nos entienda, y gustarle mucho. Gustarle un poquito a mucha gente será siempre más rentable, pero a la hora de tener una banda, de que perdure, lo que importa es conectar. Nos hemos sentido crecer disco a disco, la gente nos ve como una banda que está ahí, siempre, con la garantía de que no vamos a decepcionarlos. ¿Cuál dirías que es la filosofía que les ha llevado a esto; a siete de álbumes de estudio, a festivales internacionales, a ser un referente español, a resonar entre tantas personas en generaciones distintas?
R: Al final de nuestro caso llegas a una conclusión; hacer lo que tú quieres, siendo una especie de dictador con tu propia música. Y que después de trabajar y trabajar y trabajar, finalmente obtienes un poco de lo que estás buscando. La música es algo tan de altibajos, tan de temporadas, épocas que van bien, mal, lo vivimos justo ahora con todo lo de la pandemia. Solo queda creer en tus ideas y aceptar todas esas cosas que no puedes controlar. Hacerlo de forma sincera, esforzarte tanto como puedas y no obsesionarte con la mucha o poca gente a la que puedas llegar.
¿Alguna vez sintieron esa presión de tener que llegar a más?
R: Diría que jamás fue nuestro caso, nos obsesionaba lograr que las canciones dijeran exactamente lo que queríamos, tener un buen directo, que nuestro sonido fuera innegociable. Llevamos un buen rato en esto, pero que cada uno escribe su propio libro, sus propias normas, ese es el camino que escoges.
¿A dónde se dirige el camino de TAB?
R: Con suerte, que nos siga gustando hacer música. Hay tantas cosas externas a la música en este negocio (porque es un negocio) que, si te sigue emocionando dar un concierto o grabar un disco, estás del otro lado. Al final es un trabajo y, si además de darte de comer te gusta, eso es la hostia. Se trata de trabajar y tener claro a donde quieres llegar. Nuestro camino es eso, mantenernos centrados en el siguiente disco, que cuando lo terminemos, de aquí a un año o dos, nos sintamos orgulloso de la música a la que hemos llegado. Si pasan los años y lo que sientes es "Puah, está bastante bien" qué mejor. Desde que sacamos el primer disco la idea fue “Esto me gusta tanto, trataré de que no me deje de gustar y poder seguir toda la vida con ello”, supongo que es el sentimiento común al que aspira cualquier persona que intente ganarse la vida.
Creo que es una de las cosas más bellas a las que podemos aspirar, vivir enamorado de lo que hacemos, sentir la libertad de dejarlo cuando eso se detenga.
R: ¡Sí! Si en algún momento nos sorprendemos haciendo cosas más vacías, pues será momento de dejarlo, por ahora lo veo lejísimos. La pandemia nos puso frente al espejo, haciéndonos echar de menos algo que no sabíamos que podíamos perder tan fácilmente. Volver se siente como una segunda oportunidad. Iniciamos 2022 con una cantidad de energía e ideas y canciones como no teníamos desde hace años [ríe].
Supongo que el futuro material beberá de esta gran explosión creativa ¿Cómo pinta esta nueva etapa?
R: Como se rompió el ciclo habitual de disco, gira, disco, gira, nos dimos cuenta de que podíamos entrar en una especie de etapa súper creativa. Y, si tienes nueves meses súper creativos, quizá ya hay canciones para cinco años [ríe]. Coincide con lo mucho que hemos vuelto a girar en España y otros lugares. Sucede una situación extraño porque, terminas la gira y obviamente estás cansado, agotado, un poco harto de la música, y poco a poco, vuelves a hacer canciones. Esta vez no es así, esta vez se está juntando todo. Tenemos canciones de un montón de estilos que debemos ponernos a ordenar; tenemos canciones mucho más ambientales de inicios de pandemia, más obscuras, más pausadas, un poco reflejo de cómo estábamos ¿sabes? Contrastando con las canciones mucho más enérgicas de ahora. Con base en eso armar un puzzle, encontrar un hilo narrativo y salir con nuevo disco.
¿Alguna fecha en mente para la nueva música?
R: La idea es empezar a grabar en otoño y lanzarlo a lo largo del año que viene. No tenemos fecha fijada pero la intención es empezar a tocar canciones nuevas en directo, posiblemente estrenos algunas en Ciudad de México.
Ha sido genial poder platicar contigo Rodrigo, no podemos esperar por sus shows en CDMX y Guadalajara ¿Algo más que quieran agregar para Vibras?
R: Nada que, encantado de hablar contigo y tenemos un montón de ganas de verlos en vivo. El concierto va a estar súper bien, haremos un setlist repasando todos nuestros discos al disfrute de la gente ¡Allá nos vemos!
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