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‘Infest The Rats’ Nest’ de King Gizzard & The Wizard Lizard


King Gizzard & The Wizard Lizard estuvo hace unos meses en nuestra ciudad con el propósito del festival Hipnosis, además de presentarse en otros estados del país como Nuevo León, Baja California y Jalisco. Este año, con un segundo material de estreno bajo la discográfica Flightless, los King Gizzard nos siguen sorprendiendo.

Se trata del Infest The Rats’ Nest, un disco de thrash metal y poco más de treinta minutos de duración que comienza con “Planet B”. Una melodía fuerte, ruidosa, cargada de energía y armonía sonora que nos lleva hacia trabajos como Murder Of The Universe, algo que muchos de los fanáticos agradecieron tener de vuelta.

En segundo puesto tenemos a “Mars for the Rich”, un tema diferente al anterior que suena al rock duro de los ochenta y noventa, e integra una composición lírica sobre la historia de un chico fuera de lugar, que creció encontrando en Marte un mundo más atractivo que la Tierra.

Al tema tres viene “Organ Farmer”, más metal que se mantiene independiente de los tracks anteriores, algo que nos permite darnos una noción de la dinámica auditiva que tendrá el resto del disco en poco más de su primera mitad.

Para el número cuatro llega “Superbug”, otro tema con más sonoridad a rock que a metal, pero que no pierde la ruta trazada por el thrash. Aquí podemos identificar una mayor similitud a los últimos trabajos de King, pero preserva las nuevas influencias.

Con “Venusian 1” volvemos a subir al metal pesado, armónico y lleno de una fusión instrumental impecable. Las temáticas espaciales vuelven a aparecer y las acompaña un escenario apocalíptico en el que la Tierra ya no es un lugar habitable y resulta mejor estar cerca del Sol.

“Perihelion”, canción número seis, mantiene por primera vez la atmósfera generada con el track anterior. Nos da más riffs interpretados con virtuosidad, una batería que mantiene el ritmo y perfecta, pero profana comunión, con la voz de Stu Mackenzie.


Hasta este punto es evidente que King Gizzard ha dejado de lado los terrenos hipnóticos de la psicodelia, para presentarnos universos apocalípticos en los que las costas siderales son la mejor opción para preservar la vida.

El track siete llega con “Venusian 2”, una canción que si comparte nombre con el tema cinco, resulta completamente diferente a éste. Acá hay más riffs y mayor tempo, más aceleraciones cardíacas y una turbulencia en el viaje.

Para la penúltima canción aparece “Self-Immolate”, un tema que cautiva por su propio nombre y a su segundo cuarenta y cinco obtiene tal energía que nos deja con una angustia premeditada por saber que se acerca el final de Infest The Rats’ Nest.

Aquí ya no hay cordura ni moralidades, sino un desenfrene eufórico lleno de tragedia y caos. Es quizá una de las canciones más destacadas del álbum y también una de las más populares, que bien logra dejar en la mente el mensaje de que lo que se busca es el Nirvana a toda costa.

Cerramos con “Hell”, un tema brutal que nos anticipa el destino al que llegamos luego de ocho canciones. Presentando un sonido todavía más atronador, pero dentro de la línea de sus antecesores, esta canción se vuelve sólo una continuación en el material discográfico de King Gizzard, porque francamente resulta imposible imaginar un cierre tan abrupto.

Lo mejor del tema son las subidas y bajadas por ondas sonoras en menos de cuatro minutos de duración, sin mencionar la letra que hace mención al sentido de todo el disco: la llegada a un lugar de temperaturas extremas donde la puerta es de ámbar.


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