‘Five’ de White Lies: La prueba de que el Rock y el Synth Pop siguen con vida
White Lies festeja 10 años de su debut con su disco Five, una producción que deja un poco de lado el coqueteo con la música electrónica que nos mostraron en el álbum anterior y nos vuelve a regalar pinceladas de nostalgia ochentera y guitarras melódicas.
El primer sencillo lanzado es también la canción que abre el disco. “Time to Give” inmediatamente establece el tono del álbum con sintetizadores que nos recuerdan el new wave ochentero, no obstante los más de siete minutos de duración merman un poco en la fluidez del inicio, haciéndolo incluso monótono.
“Never Alone” vuelve a subir los ánimos con algunos acordes nostálgicos, pero sobre todo continua con la influencia de hace tres décadas recordándonos que el synth pop puede ser tan emotivo como cualquier melodía acústica. “Finish Line” aporta el descanso después del intenso inicio, pero para nada significa una transición aburrida, al contrario, se convierte en uno de los tracks destacados con sus cambios de ritmo y sorpresivos sonidos que llegan como bocanada de aire fresco.
“Kick Me” baja un poco más las revoluciones, ahora sí una canción de transición que si bien continúa a la perfección con el recorrido del álbum, es fácil de olvidar. “Tokyo” regresa la vida al álbum con vibrantes sintetizadores que nos llevan a sonidos similares a los de New Order, mientras que la distorsión en la voz de Harry McVeigh nos da un aire al más puro estilo de Imagine Dragons. Una canción con los tintes perfectos y el potencial para ser el sencillo más notable del álbum.
“Jo?” es otra de las canciones en donde predominan las guitarras, y precisamente por ese elemento, la voz de McVeigh nos recuerda a Editors, una de las bandas con las que más comparan a White Lies. En “Denial” podemos apreciar más calidez en la voz, ahora con cierto coqueteo al rock de los ochentas al estilo The Cars. “Believe It” vuelve a ser presa de las comparaciones, ahora con Joy Division, no obstante es un sencillo que sin duda es de lo destacado del álbum.
“Fire and Wings” inicia con acordes intrigantes que desatan toda una energética combinación de guitarras y sintetizadores que se van extinguiendo de a poco, cerrando lentamente un recorrido dejando un grato sabor de boca.
Five no será recordado como el mejor material de White Lies, pero sin duda ha traído de vuelta ese indie rock oscuro de la década del 2000 y el clásico new wave ochentero con una naturalidad digna de reconocerse, lo que nos hace darnos cuenta que a veces lo refrescante viene en envases reciclados.
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